En tan solo 9 meses del gobierno de Milei el conjunto de trabajadores del Garrahan perdió un 36% de su poder adquisitivo. Un análisis sobre la situación salarial del reconocido hospital según datos relevados por La Izquierda Diario. Uno de los motivo del paro y la movilización al Ministerio de Salud que realizarán el próximo jueves.
Pablo Herón @PhabloHeron
Martes 17 de septiembre 16:31
El gobierno está implementando un ataque muy profundo, al derrumbe salarial se le suma el pluriempleo y jornadas laborales interminables para intentar llegar a fin de mes poniendo en juego la calidad de atención. Por eso más de mil trabajadoras y trabajadores vienen de protagonizar un paro y abrazos las semanas pasadas para visibilizar su lucha en defensa de la salud pública. Reclamos que ponen en el centro la necesidad de unir a todos los sectores afectados y rodear de solidaridad esta causa con distintas iniciativas como difundir, movilizarse o impulsar un fondo de lucha.
La pelea que se viene llevando adelante en el Garrahan problematiza distintas aristas: la caída de los ingresos generalizada, la degradación de las condiciones para atender pacientes y las consecuencias del ajuste feroz que sufren las familias que llegan cada día al hospital.
La caída estrepitosa tras la devaluación en diciembre, implica que un camillero sin antigüedad debería tener al día de hoy un 150% de aumento para llegar a cobrar una canasta básica familiar calculada en 1.468.989 para insumos y servicios básicos según ATE Indec. Mientras tanto, un camillero asegura “mi último aumento de sueldo vale un kilo de yerba”. A pesar del discurso contra la “casta política” a fin de cuentas un senador cobra en mano 6 veces más que una enfermera profesional. Ni hablar de aquellas enfermeras o enfermeros a quienes no se les reconoce aún su título profesional.
En su discurso de presentación del Presupuesto 2025, Milei dejó en claro que su principal jerarquía será el pago de la deuda. Todo el resto queda relegado: educación, salud, ciencia, jubilaciones y vivienda. Durante 2024 hasta agosto se destinó para el pago de intereses de deuda en total 45 presupuestos anuales del Garrahan. Para el 2025 el Ministerio de Economía proyectó un monto para el hospital tan solo 20% superior al de 2024. Un número que a la vez es un mensaje: se pretende consolidar la situación actual y a la vez profundizar los recortes.
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En tan solo 9 meses el salario de una licenciada en enfermería, el de un camillero o el de una administrativa del hospital perdieron en promedio 36% de poder adquisitivo. Es lo que ya no se puede comprar debido a que durante el mandato de Milei la inflación fue de 144%, mientras que los aumentos reales de salario en ese período rondan un 57% para las categorías bajas. No se llega a fin de mes por los constantes tarifazos o subas como en los alquileres, lo que lleva a cargarse con más trabajos, horas extra (que incluso fueron recortadas) o en algunos casos directamente profesionales renuncian por esta situación.
Si ya antes esos sueldos no llegaban a cubrir los gastos básicos de un grupo familiar, ahora lo hacen mucho menos. Quienes logran superar esa canasta básica, se ven afectados al mismo tiempo por la pérdida general del poder adquisitivo y el impuesto a las “ganancias” (salarios). No es una novedad exclusiva de este gobierno el ataque a la salud pública, en los últimos años el equipo de salud del Garrahan fue protagonista de paros y movilizaciones durante los mandatos de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos.
El Gobierno y el Consejo Profesional del Garrahan vienen aplicando la misma paritaria que UPCN pacta a nivel nacional. En agosto fue 3%, en septiembre será 2%, en octubre del 1%, todos números muy por debajo de la inflación y que van profundizando la caída salarial. Según lo anunciado por Nación en noviembre y diciembre directamente no habrá incrementos: congelamiento. Desde el Ministerio de Salud intentan instalar que supuestamente la institución no atraviesa problemas y que se dio un “bono de 200 mi pesos” con recursos generados a partir de la facturación a obras sociales. Un dato falso, se trata de una parte del salario que hace años paga el hospital con los recursos que genera y que estuvo congelada desde noviembre de 2023 hasta agosto de 2024, cuando subió apenas un 25% contra el 144% de inflación.
Con este ataque al personal que atiende a miles de pacientes y familias por día se busca naturalizar un ajuste que es más general y se proyecta a largo plazo contra la salud pública. En el hospital las consultas crecen proporcionalmente a la crisis de todo el sistema sanitario. Trabajadores denuncian que cada son más comunes las trabas para garantizar tratamientos de alto costo para pacientes, hay faltantes de algunos medicamentos, e insumos -que en muchos casos bajaron la calidad- o aparatología que no funciona como el equipo de nutrición parenteral.
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Esto tiene su propia expresión puertas afuera cuando se quitan descuentos de medicamentos para jubiladas y jubilados del PAMI, se les veta un aumento magro o se congela el salario de docentes universitarios. Un cúmulo de ataques que no tendrían posibilidad de desarrollarse de no ser por la ayuda y complicidad de los partidos que gobernaron las últimas décadas y sindicatos como UPCN que hasta amenazan a quienes pretenden dar una respuesta.
Por eso cobra gran valor la unidad que se está forjando entre los distintos sectores de trabajadoras y los trabajadores del Garrahan para enfrentar el ajuste en la salud pública, reclamando un salario igual a la canasta básica familiar, un 100% de aumento para todxs y abajo el impuesto al salario. Unidad que hay que apostar a seguir desarrollando en cada acción, en cada asamblea, sumando sectores que están sufriendo ataques para coordinar y ganar más fuerza.
Pablo Herón
Columnista de la sección Género y Sexualidades de La Izquierda Diario.