Hay cerca de 8000 hoteles en la Zona Norte de Buenos Aires. En el marco de ajuste y crisis a nivel nacional, Tamara nos cuenta la cara más brutal de la precarización en la juventud.
Jueves 30 de mayo de 2019 09:23
Tiene 20 años. 4 veces por semana, su día arranca a las 5 de la mañana, toma un desayuno rápido y 6:20 emprende el viaje hacia otra ciudad, lo que le demora mas de 3hs por día. Todavía no asoma el sol cuando sube al colectivo (con un gasto diario de $120), que la llevará a su lugar de destino: un hotel donde realiza pasantías gratuitas de 4hs diarias.
Al terminar su jornada, se dirige nuevamente hacia su casa, teniendo solo dos horas de descanso para luego volver a salir hacia su lugar de estudio, donde se encuentra hasta las 10 de la noche. Finalmente logra llegar a su casa cerca de la medianoche totalmente agotada.
Estas pasantías, son llamadas “capacitaciones” o “actividades formativas”, cuando no es más que trabajo gratuito no remunerado en beneficio de empresas estatales y en gran porcentaje de privadas. Tami nos comentaba, que una parte de la ley le llama la atención: “Lograr que los pasantes profundicen la valoración del trabajo como elemento indispensable y dignificador para la vida, desde una concepción cultural y no meramente utilitaria”
Ni siquiera nos mencionan como trabajadores, sino como pasantes, pero nosotros realizamos tareas de limpieza, cafetería y viandas. Al parecer eso no es trabajo, sino experiencia cultural. Entonces, ¿no es meramente utilitaria? ¿Qué hay de cultural en limpiar pisos para la patronal 30 h semanales?
La experiencia
Nos hablan de inserción en el mundo laboral, pero, ¿qué tipo de experiencia real se obtiene si las empresas no te dejan tener contacto directo en atención al público? Son artificiales, muy lejos de la realidad del mundo laboral que nos espera.
-Cuanto recibís de salario por estas pasantías?
Ni un centavo, nuestro sueldo es la supuesta “experiencia”, pero cumplimos un horario como cualquier otro trabajador y hoy, leyendo la ley, me entero de que existe una tal “Asignación Estimulo” la cual no recibo y sería de gran ayuda, ya que paralelamente al estar estudiando también debo considerar los gastos que tengo tanto en fotocopias, almuerzos, los viajes mensuales que realizo. Está claro que si bien la educación es pública uno tiene que tener al menos un mínimo de ingresos extra para poder sostener su aprendizaje.
-¿Tus compañeros de estudio también realizan estas pasantías?
Particularmente, en nuestro curso somos 40 personas, no podemos realizarlas al mismo tiempo, sino que es una rotación constante, pero es condición obligatoria para finalizar la carrera. Como nosotros hay miles de pasantes a nivel nacional, muchos teniendo que combinar el trabajo, las pasantías y el estudio al mismo tiempo, bajo una situación de desfinanciamiento general de la educación.
Muchos de mis compañeros tuvieron que abandonar la carrera ya que no podían sustentar el gasto que esta les generaba, tuvieron que elegir entre trabajar o estudiar, creo que hoy en día es la realidad de muchas pibas y muchos pibes que suelen caer en trabajos precarios como en comercios, comidas rápidas, restaurantes, entretenimiento, construcción, el cuidado de personas, etc.
Las llamadas “pasantías” surgen de una ley impuesta por decreto por el gobierno kirchnerista durante el 2011 donde ya eran cientos de miles quienes se encontraban trabajando en condiciones miserables o estaban desocupados.
De hecho el 58,7% de los jóvenes de entre 18 y 24 años trabaja en negro, con un salario que no llega ni a la canasta básica familiar, mientras tanto, los sindicatos,brillan por su ausencia.
Esto no va más, nuestro futuro no puede depender de que las empresas decidan o no, otorgarnos la experiencia a cambio de trabajar gratis.
Por eso nos sentimos identificadas con las trabajadoras de Nordelta, los jóvenes que trabajan en plataformas virtuales, en call-centers o en gastronomía por sueldos de miseria.
Cambiemos y los gobernadores cómplices del PJ y el kirchnerismo quieren que la juventud trabajadora sea la que pague la deuda con el FMI a costa de vaciar los presupuestos de salud y educación. Este esquema de pasantias no pagas, trabajo precarizado, contratos basura y ataque a las conquistas en derechos laborales, es el que va a exigir el FMI a cambio de “renegociar” como propone la formula Alberto Fernández-Cristina Kirchner.
Te proponemos que te sumes a los comités del Frente de Izquierda, donde nos organizamos para que todes sepan que hay una alternativa política para evitar que nos roben el futuro. Como plantean Nico del Caño y Myriam Bregman, necesitamos dejar de pagar la deuda para destinar todos esos recursos a las necesidades de educacion y trabajo de toda la juventud. Sumate hoy mismo porque ¡Nuestras vidas van primero!, por una salida de fondo para los trabajadores, las trabajadoras, y para que la crisis la paguen los empresarios, banqueros y especuladores.