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LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE DE 1917. Trotsky: el temple de Octubre

Sumergidos en la barbarie de la Primera Guerra Mundial, desde la entrañas de la Rusia zarista, nace la gran Revolución Rusa de 1917. En Febrero, las mujeres obreras inician el movimiento que dará fin a la monarquía y estallará la revolución más extraordinaria de todos los tiempos. Aquí señalaremos el papel dirigente de León Trotsky en Octubre: el momento más candente.

Daniel Lencina

Daniel Lencina @dani.lenci

Lunes 25 de mayo de 2020

La fusión entre Lenin y Trotsky

León Trotsky llega a Rusia en Mayo de 1917 luego de 12 años de exilio por el mundo. Lo primero que pregunta es qué posición tenía Lenin y le informan de la orientación que éste le imprime al Partido Bolchevique, bajo la consigna “¡Todo el poder a los Soviets!”. La confluencia entre ambos se da en torno a la estrategia; es decir unir a los trabajadores con los soldados –de origen campesino- y plantear que la resolución íntegra y efectiva de las demandas no vendría de la mano de una Asamblea Constituyente democrático burguesa, sino de un gobierno obrero y campesino.

Rápidamente inician las tratativas para que la organización de Trotsky (1) ingrese al Partido Bolchevique y en los puestos más importantes de dirección.

A lo largo de los 12 años precedentes, la política de Trotsky fue la de intentar unir a bolcheviques y mencheviques: pero la experiencia demostró que los mencheviques apoyan la política de continuar la guerra -y por esa vía dan apoyo a la burguesía liberal- lo cual los aleja de toda perspectiva revolucionaria.

Por ello las Tesis de Abril de Lenin, acerca la posición del grupo de Trotsky con la política bolchevique justo en el momento crítico. Lenin dice que desde que Trotsky comprendió la necesidad del partido revolucionario “no hubo mejor bolchevique que él”.

Sobre esta fusión entre ambos dirigentes es pertinente volver sobre una importante lección que extrae León Trotsky en la posteridad, con respecto al papel de las personalidades:

[…] la historia es un proceso de lucha de clases. Pero las clases no miden su peso, ni automática ni simultáneamente. En el proceso de la lucha las clases crean órganos diferentes que juegan un papel importante e independiente y están sujetas a deformaciones. Es esto lo que nos permite, igualmente, comprender el papel de las personalidades en la historia […] la llegada de Lenin a Petrogrado, el 3 de abril de 1917, ha hecho girar a tiempo al partido bolchevique y le ha permitido llevar la revolución a la victoria. Nuestros sabios podrían decir, que si Lenin hubiese muerto en el extranjero a principios de 1917, la revolución de Octubre hubiese ocurrido "de la misma forma". Pero no es cierto. Lenin constituía uno de los elementos vivos del proceso histórico. Encarnaba la experiencia y la perspicacia de la parte más activa del proletariado. Su aparición en el momento preciso en el terreno de la revolución era necesario a fin de movilizar a la vanguardia y de ofrecerle la posibilidad de conquistar a la clase obrera y a las masas campesinas. En los momentos cruciales de los giros históricos, la dirección política puede convertirse en un factor tan decisivo como el de un comandante en jefe en los momentos críticos de la guerra. La historia no es un proceso automático. Si no ¿Para qué los dirigentes? ¿Para qué los partidos? ¿Para qué los programas? ¿Para qué las luchas teóricas?” (Ver “Clase, partido y dirección”)

De aquí se desprende que Lenin es la dirección del partido, su factor decisivo y audaz. La lucha de estrategias, de partidos, las luchas teóricas y la participación activa en la lucha de clases; forjaron al partido bolchevique y sus cuadros obreros concientes de la estrategia, que son quienes dirigen el triunfo de la revolución de Febrero. Esos cuadros obreros, estuvieron ubicados a la izquierda de la dirección bolchevique antes de la llegada de Lenin a Rusia, por ejemplo; estuvieron muy a la izquierda de Stalin, quien bregaba inicialmente por dar “apoyo crítico” al Gobierno Provisional y quería unir sin principios a bolcheviques y mencheviques. La llegada de Lenin a tiempo, impidió tal desastre. Y sobre esas condiciones nacerá la unidad con Trotsky.

Trotsky en la tribuna revolucionaria

La crisis del país se manifiesta en la situación del “doble poder” que atravesaba el país desde inicios de la revolución de Febrero (aunque hay un leve descenso de la actividad de las masas en el mes de junio y julio, para volver a incrementarse a partir de agosto). De un lado el poder moribundo que expresaba el Gobierno Provisional encabezado por el partido Kadete representante de la burguesía liberal junto con los socialistas revolucionarios y los mencheviques, y del otro, el poder obrero expresado en los Soviets que inundaban todo el país, donde intervenían todos los partidos socialistas. Allí el partido bolchevique agita su programa para conquistar un gobierno obrero y campesino y para desenmascarar al Gobierno Provisional que continúa participando en la sangrienta guerra imperialista. Así describe él mismo aquellos días agitados:

“Yo solía hablar en el Circo por las tardes y a veces por las noches. El público se componía de obreros, soldados, laboriosas madres de familia, adolescentes de la calle, la gente mas oprimida de la gran ciudad. No había espacio libre, la gente se apretujaba. Los niños se subían a los hombros de sus padres. Los bebés succionaban el pecho de sus madres. Nadie fumaba. Parecía que las galerías iban a hundirse de un momento a otro por la sobrecarga. Para llegar a la tribuna, tenía que pasar por una angosta trinchera de cuerpos, cuando no me levantaba en brazos el público. En aquélla atmósfera cargada de respiraciones y espera, estallaban en gritos, en esos alaridos apasionados característicos del Circo Moderno. En torno a mí, encima mío, codos estrechamente cerrados, pechos, cabezas... Hablaba como desde el fondo de una cálida caverna de cuerpos humanos. Cuando hacía un gesto un poco amplío, tropezaba con alguien que me daba a entender con un gesto amistoso que no le diera importancia y siguiera hablando. Ningún cansancio podía subsistir a la tensión eléctrica de esa aglomeración humana. Esa multitud quería saber, comprender, encontrar su camino. Había momentos en que parecía sentirse hasta en los labios el conmovedor cuestionamiento de aquélla multitud fundida en un sólo ser. En aquél instante, todos los argumentos, todas las palabras preparadas de antemano se esfumaban bajo la presión imperiosa de aquélla solidaridad de sentimientos. Y surgían otras palabras de las sombras, otros argumentos, armados inesperadamente por el orador, pero necesarios para las masas [...] Así era el Circo Moderno. Tenía su propia fisonomía, fogosa, tierna, apasionada. Los bebes seguían succionando tranquilamente los senos de donde partían gritos de entusiasmo o de amenaza. La propia muchedumbre era como un bebé cuyos labios resecos se pegan a los pezones de la revolución. Pero esta criatura se hacia rápidamente mayor.

Salir del Circo Moderno todavía era más difícil que entrar. La multitud, fundida, no quería separarse. No se dispersaba. Agotado, casi desfallecido, era necesario ir flotando sobre los hombros, sobre las cabezas de la muchedumbre, hasta ganar la puerta.” (2)

Sin embargo las Jornadas de Julio dieron por resultado una profunda confusión entre los trabajadores, al punto de que se acusa a Lenin y Trotsky de ser agentes del imperialismo alemán. Lenin pasa a la clandestinidad, en tanto Trotsky es detenido en prisión nuevamente donde corre peligro su vida –ya había sido encarcelado en 1905 cuando era presidente del Soviet de San Petersburgo. Pero luego del intento de golpe contrarrevolucionario de Kornílov, Trotsky es puesto en libertad por presión de las masas, en particular de los marineros de Kronstadt, y se lanza ya como dirigente del partido bolchevique (3), a organizar el levantamiento armado contra el gobierno.
Lo que parecía imposible, se vuelve probable y lo probable: se vuelve real.

Los preparativos de la insurrección:

¿Cómo lo hace? A iniciativa de un joven militante del partido socialista revolucionario se crea como parte del Soviet el Comité Militar Revolucionario, con el argumento de que había que defender la capital revolucionaria, Petrogrado, del imperialismo alemán. Y luego del intento de Kornílov, era un argumento más que justo para crear tal organismo dependiente del Soviet de diputados obreros y soldados. De esta manera, Trotsky hace coincidir la defensa de la capital de la revolución, con la ofensiva de la toma del poder. Maneja el arte de la insurrección a la perfección: combinando defensa y ataque al mismo tiempo.

Pero ¿cómo plantear públicamente la cuestión de la toma del poder?

El agotamiento de la experiencia de las masas con el gobierno de Kerensky que continuaba la guerra y quería establecer un gobierno republicano burgués había llegado a su fin. Cada vez ganaban mayor fuerza las consignas de Paz, Pan y Tierra. La hegemonía bolchevique se expresa conquistando la mayoría en los Soviets
“¡Paz!” significaba el fin de la guerra y los bolcheviques proponían una sin anexiones ni indemnizaciones a los verdugos del capital extranjero. El “¡Pan!” significaba para los obreros el fin del hambre en la ciudad y la puesta en marcha de la economía sin los patrones. La “¡Tierra!” significaba para los campesinos el reparto de las grandes extensiones que estaban en manos de los terratenientes, que a esa altura sus grandes mansiones eran incendiadas y sus propiedades tomadas. Pero para resolver esas demandas había que reunir al II Congreso de los Soviets de toda Rusia.

Frente a esta nueva situación, Lenin propone el levantamiento armado y le ponen fecha a la insurrección para el 20 de Octubre. En el Comité Central de los bolcheviques surgen profundas diferencias y los dirigentes Kamenev y Zinoviev revelan el plan en la prensa del escritor Gorki. Trotsky es interrogado en el Soviet Nota publicada en LIDacerca del levantamiento. Pero él explica que los preparativos son para garantizar el Congreso de los Soviets y prueba la relación de fuerzas desafiando al gobierno.

Los bolcheviques ganan unos días de tiempo ya que el Congreso debía iniciarse el 25. Trotsky ordena a través del Comité Militar Revolucionario que se arme a los obreros de las Guardias Rojas. La orden se cumple con éxito y el plan del levantamiento armado de los trabajadores comienza a ponerse en movimiento. Mientras tanto, Lenin permanece oculto en casa de un obrero en los suburbios de Vivorg - donde lo tratan amablemente- ya que aún tiene pedido de captura: una calabozo de la prisión lo esperaba.

Durante este período Trotsky recorre desde Kronstadt hasta las fábricas, del Soviet al Comité Militar Revolucionario, de éste al Instituto Smolny donde se establece el Estado Mayor bolchevique. Todos los obreros lo conocen en persona. Parecía que hablaba en simultáneo en cada rincón.

En la noche del 24 al 25 de Octubre toman el poder sin derramamiento de sangre. El gobierno, o lo que queda de él, se atrinchera en el Palacio de Invierno. Pero el crucero Aurora desde el río Neva lo bombardea con salvas de cañón sin munición, lo que es suficiente para que sean rápidamente derrotados. Kerensky escapa hacia el extranjero.

La revolución rusa ha triunfado, abriendo una nueva era en la historia de la humanidad. Pronto Lenin aparece en público junto a Trotsky en el soviet proclamando el triunfo y entregando todo el poder a los soviets. Mientras tanto redactan en una pequeña hojita y en lápiz los primeros decretos revolucionarios dando por satisfechas las consignas de “¡Paz, Pan y Tierra!”.

Trotsky se convierte en una de las principales figuras de la revolución mundial y aunque el arquitecto del triunfo es Lenin, Trotsky es quien dirige en el terreno el alzamiento; que se da sin derramamiento de sangre.

Sin dudas, Trotsky se forja como el temple del acero indestructible que sólo puede otorgar el ardiente calor de la revolución socialista.

Notas:

* Nota publicada en LID, 25/10/2018.
1. La organización de Trotsky se llama “Interdistritos” y reúne entre 3 y 4 mil militantes. Se mantenía por fuera del Partido Bolchevique, pero en este periodo se fusionan con la organización que Lenin había construido pacientemente.
2. Trotsky, León, Mi vida, Ed. CEIP-Museo Casa León Trotsky-OE Vol. 2, pp. 314-315.
3. Trotsky había sido elegido miembro del Comité Central del partido con la máxima votación al igual que Lenin. El congreso de fusión se dio mientras Trotsky estaba preso.


Daniel Lencina

Nacido en Buenos Aires en 1980, vive en la Zona Norte del GBA. Integrante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 1997, es coeditor de Diez días que estremecieron el mundo de John Reed (Ed. IPS, 2017) y autor de diversos artículos de historia y cultura.

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