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Red Internacional
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EVENTO ESPECIAL. #Trotsky2020: homenaje internacionalista a 80 años de su asesinato

Desde Alemania, Italia, Francia, España, Brasil, México, Estados Unidos y Argentina, militantes de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional (FT-CI), que vienen participando de las luchas más emblemáticas de EEUU, Europa y Latinoamérica reivindicaron la vigencia de sus ideas.

Sábado 22 de agosto de 2020 19:38

#Trotsky2020: la actualidad de sus ideas a 80 años de su asesinato - YouTube

A 80 años del asesinato de Leon Trotsky, la Red internacional La Izquierda Diario proyectó una producción audiovisual a modo de homenaje, reuniendo voces de militantes de las distintas organizaciones que integran la Fracción Trotskista - Cuarta internacional (FT-CI) y vienen participando de las luchas más emblemáticas de EEUU, Europa y Latinoamérica. Sintetizamos en esta nota las principales definiciones.

El inicio estuvo a cargo de Stefan Schneider, de la Organización Revolucionaria Internacionalista (RIO), quien habló en alemán: “La segunda lengua de los líderes bolcheviques, lengua central de las dos primeras Internacionales y de los primeros congresos de la Tercera Internacional”.

Stefan destacó que: “Después de la Revolución de Octubre, la clase obrera en Alemania era la gran esperanza de Lenin y Trotsky, quienes comprendieron que sólo la extensión internacional de la revolución a Alemania y a otros países altamente industrializados podría asegurar la supervivencia de la revolución rusa. Que estas revoluciones no se hayan materializado favoreció el proceso de burocratización en la Unión Soviética”.

Una de las conclusiones centrales de Trotsky sobre la burocratización de la URSS, cuenta Stefan, fue que: “Evidentemente el estalinismo ha ‘surgido’ del bolchevismo; pero no surgió de una manera lógica, sino dialéctica; no como su afirmación revolucionaria, sino como su negación termidoriana.”

Giacomo Turci, de la Fracción Internacionalista Italiana, habló de la ligazón de Trotsky con Italia alrededor de la trágica experiencia del ascenso del fascismo, con la instauración del gobierno de Mussolini por invitación del rey en 1922, tras la derrota del movimiento revolucionario del Bienio Rojo.

“Hoy no vivimos bajo un régimen de dictadura fascista en Italia, pero en nuestro país, así como en el ámbito internacional, es plenamente válida la defensa de un programa de transición que incluya y relance las consignas democráticas, sin dejarlas separadas de las demás, y también es plenamente válida porque no reivindicamos un socialismo burocrático desde arriba hacia abajo, sino un socialismo basado en la autoorganización de las masas, en la democracia de los trabajadores y el pueblo reunido en consejos”, explicó.

Desde Francia, Daniela Cobet recordó el contexto en el que Trotsky estuvo exiliado en ese país durante parte de la primera mitad de los años 1930: el momento de la Gran Depresión y todos los fenómenos políticos que esta generó: desocupación masiva, radicalización de capas importantes del movimiento obrero, desesperación en sectores de la pequeña-burguesía y emergencia de grupos fascistas.

Daniela afirmó que, si bien la situación actual es muy distinta de la de los años 1930, “Frente a las convulsiones que la crisis actual va a generar, la obsesión de Trotsky por fusionar el marxismo revolucionario con el movimiento obrero de masas y a no conformarse con una posición marginal, mantiene una gran actualidad. Y por eso “Luchar hoy contra la disolución del NPA y para convertirlo en una herramienta de recomposición de una extrema izquierda que reanude la audacia táctica de Trotsky, para construir en Francia un poderoso partido revolucionario que este compuesto por militantes de diferentes tradiciones, pero también por los mejores elementos de la vanguardia obrera que emergió en las luchas recientes, alrededor de un programa y de una estrategia revolucionarios”, es el mejor homenaje que se puede rendir al gran revolucionario ruso a 80 años de su asesinato.

Para Santiago Lupe, de la Corriente Revolucionaria de los Trabajadores (CRT) de España, La derrota de la Revolución en ese país en los ‘30 confirmó la teoría de la Revolución Permanente y dejó planteadas lecciones valiosísimas: “En primer lugar, la alianza con una burguesía que se viste de combativa, es una estrategia impotente que conduce a la no resolución de las tareas democráticas y sociales pendientes, y en la guerra contra el fascismo conduce, precisamente, a la derrota tanto de la guerra como de la revolución. Asimismo, la lucha independiente de la clase trabajadora y el desarrollo de organismos de autoorganización, como habían sido los soviets en Rusia y que en el Estado español no llegaron a desarrollarse, era una tarea fundamental para pensar en una posible victoria. Y también que no hay victoria sin partido revolucionario, una lección que había quedado clara en Rusia, por la positiva, con el rol del Partido Bolchevique y que en el Estado español quedó demostrado también por la negativa, con la derrota a manos del fascismo y 40 años de dictadura”.

Andrea D’atri, fundadora de la agrupación feminista, socialista y revolucionaria Pan y Rosas, recuperó algunas definiciones de Trotsky sobre la relación entre la pelea contra la opresión de las mujeres y su rol en los procesos revolucionarios:

“Para Trotsky, los derechos civiles conquistados por las mujeres con la Revolución Rusa de 1917 son algo elemental: derecho a tener un documento de identidad, a votar y a ser votadas, al divorcio, al aborto seguro realizado en los hospitales públicos. Pero para Trotsky es mucho más fundamental que la revolución socialista cree las condiciones materiales necesarias para la liquidación del trabajo del hogar, porque consideraba, como también lo consideraban Lenin, Kollontai y otros bolcheviques, que ese trabajo convierte a las mujeres en ‘esclavas domésticas’ y, en los hechos, les impide detentar sus derechos a la educación, a la participación política, al trabajo, al acceso a la cultura, etcétera. Sin embargo, cuando dice que hay que mirar la vida a través de los ojos de las mujeres, está planteando que ni siquiera las más radicales transformaciones materiales resuelven, en sí mismas, la opresión. Que es necesario ‘un deseo íntimo e individual de cultura y progreso’, para embestir conscientemente contra las ataduras del pasado; contra esa subordinación de las mujeres que, de tan milenaria, se ha hecho imperceptible, se naturalizó y se convirtió en hábitos y costumbres. Por eso, lejos de toda victimización que nos condena a la pasividad, estamos convencidas, como escribió Trotsky hace casi cien años, de que ‘quienes luchan más enérgica y constantemente por lo nuevo, son quienes más han sufrido a causa de lo viejo’”.

Desdes Brasil, Marcelo Pablito recordó que Trotsky decía que “los negros conscientes están convocados por el desarrollo histórico a tornarse la vanguardia de la clase obrera”, y sostuvo que “la enorme furia negra, que conmovió al corazón del capitalismo mundial, cuestionó la policía asesina, cruzó continentes enteros e impactó acá en Brasil, el país negro más grande fuera de África, gobernado hoy por la extrema derecha de Bolsonaro, subordinado a Trump. Ello muestra la actualidad de la estrategia revolucionaria y socialista, que no se limita a “disolver” las cuestiones raciales en las determinaciones de clase, sino que ve la articulación entre raza y clase como una de las más poderosas reservas de energía liberadora de los oprimidos”.

En 1937, Trotsky llegó junto a su compañera Natalia Sedova a México, el último país de su largo exilio, donde sería asesinado por un sicario de Stalin en 1940. Durante su estadía, en 1938, el presidente Cárdenas, que le había otorgado asilo, decretó la expropiación de las empresas ferrocarrileras y petroleras. El petróleo era (y es) una de las principales riquezas naturales de México y se encontraba en manos de las trasnacionales imperialistas.

Yara Villaseñor, del Movimiento de Trabajadores Socialistas (MTS) de ese país, sintetizó las principales conclusiones que sacó el revolucionario ruso en esa situación: “Trotsky comprendió que el gobierno de Cárdenas representaba un bonapartismo nuevo, de tipo especial o sui generis, que era característico de los países coloniales y semicoloniales, que se debatían entre la opresión imperialista y una clase obrera cada vez más fuerte y más activa”. Además, Yara planteó una reflexión sobre la vigencia actual de sus ideas: “Las elaboraciones de Trotsky tienen gran actualidad para los y las revolucionarias de hoy: para sostener –frente al “progresismo” latinoamericano como López Obrador, Alberto Fernández y otros-, una postura que combine un antiimperialismo sin cuartel, con una firme defensa de la independencia política de la clase obrera”.

La anteúltima oradora del especial fue Madeleine Freeman, militante de Left Voice en Estados Unidos, que desde Nueva York repasó algunos extractos de “Si Norteamérica fuera comunista” un texto escrito por Trotsky en 1934, dirigido a la clase obrera estadounidense con el objetivo de demostrar que la salida a la gran crisis que atravesaba el gran imperio en ese momento podía ser resuelta por los trabajadores. “Es un testamento a la inmensa creatividad de Trotsky para pensar en las posibilidades de una futura sociedad socialista. Las soluciones que plantea a los problemas que continúan plagando la sociedad capitalista de EE.UU. son de gran relevancia para los socialistas que luchan por la liberación en el corazón del imperialismo hoy en día.”, cerró Madeleine.

Para culminar esta emisión especial en homenaje a Leon Trotsky, entrevistamos a Emilio Albamonte, dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas y de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional y coautor del libro Estrategia socialista y arte militar. Buscamos reflexionar sobre el significado histórico de Trotsky y su corriente así como la actualidad del trotskismo, en esta situación de crisis económica, política y social agudizada por la pandemia del coronavirus. A continuación transcribimos algunas de las preguntas que respondió durante la conversación. La misma se puede ver completa en el video que encabeza este artículo. Además, en los próximos días el suplemento Ideas de Izquierda publicará un artículo con la transcripción.

¿Cuál es el significado histórico del teórico y político revolucionario que hoy homenajeamos? ¿Cómo podrías definir la situación luego de la muerte de León Trotsky? ¿Por qué decís que la actual se parece a una crisis histórica como la de los 30’? ¿Cuáles serían para vos las condiciones subjetivas para que esta época termine con revoluciones socialistas triunfantes? ¿Planteás que la situación subjetiva es muy mala para la gran crisis que enfrentamos? ¿Dónde se expresa hoy el movimiento de masas? ¿Qué significa ser trotskista hoy? ¿Cuál es la teoría del trotskismo? ¿Esta teoría es solo para los países atrasados? ¿Y cual es el programa, es decir, cual es la comprensión común de las tareas de las masas movilizadas? ¿Dónde entra en el programa cómo se deben organizar los trabajadores? ¿Cuál es el objetivo último del programa? ¿Cómo sacar del poder a los capitalistas y a sus fuerzas armadas y de seguridad?

Como conslusión final del especial, Albamonte planteó: “Repasamos rápidamente distintos problemas a los que nos enfrentamos. En este día de conmemoración del trágico asesinato de Trotsky, considero que el mejor homenaje que podemos hacerle es desentrañar las oportunidades que nos abre a nosotros, los revolucionarios, la crisis capitalista. Por esto este video y esta entrevista solo puede culminar diciendo: ¡Viva la vida y el legado de Trotsky, dedicado a liberar a los explotados y oprimidos de toda la tierra! ¡Viva la lucha por la reconstrucción de la IV Internacional!