Ayer se realizó el Congreso de la Federación Universitaria de La Plata, con el ingreso de La Cámpora a la conducción se consolida el rumbo “hay 2019”.
Sábado 22 de septiembre de 2018 19:20
Cerca de las cinco de la tarde, en el Instituto Malvinas (una dependencia ignota de Ingeniería) ubicado lejos de los escenarios que fueron centro de la lucha y organización de las tomas y asambleas de miles de estudiantes de la UNLP, empezó el “debate” en comisiones fantasmas.
A pesar de las maniobras de vaciamiento del espacio por parte de la conducción de la Federación (Patria Grande/Miles), participaron delegaciones de activistas de las distintas tomas que repudiaron a la misma por el boicot permanente a las medidas de lucha y organización.
La conducción de la FULP, durante las largas horas que duró este congreso, no perdió oportunidad alguna para mostrarle a les estudiantes no agrupades lo poco que les importa desarrollar algún tipo de proceso de lucha estudiantil. Es que con la incorporación de La Cámpora se consolida una orientación política de aquellos que abandonan la lucha en 2018 en nombre de un idílico 2019.
Nueva conducción: el frente “Hay 2019”
La novedad de este Congreso fue la incorporación de La Cámpora a la Vicepresidencia de la Federación, conformando el “Frente 22 de noviembre”, por el día que Perón decretó la gratuidad de la enseñanza universitaria, todo un símbolo de entrada del kirchnerismo duro a la conducción. Así se profundiza el viraje que había comenzado unos años atrás Patria Grande, con el voto a Scioli y la alianza con el Miles (kirchnerismo no camporista), bajo la excusa de que "así se desplaza a la Franja Morada".
No es casualidad que tanto las conducciones de ADULP y ATULP que cerraron las paritarias de docentes y no docentes a la baja, así como la de la FULP respondan al mismo proyecto político kirchnerista que hoy está dejando la pelea contra el ajuste para las elecciones del 2019, mientras el movimiento estudiantil se pone de pie para enfrentarlo hoy.
Las organizaciones que conducen la Federación están a destiempo del proceso estudiantil que emerge en todo el país: es que sus aspiraciones para hacer frente a esta crisis pertenecen al orden de la vieja política, esa política que conserva para las federaciones los estatutos que dejó la Franja Morada y prioriza los armados y alianzas para acumular secretarías, y no para ponerlas en función de desarrollar la autoorganización de los estudiantes. Su máxima apuesta con este frente de conducción para enfrentar la crisis que amenaza al conjunto de los trabajadores y estudiantes es votar otro proyecto político en 2019, dejando de lado el rol colaboracionista de quienes negocian abiertamente el presupuesto con el mismísimo Mauricio Macri, habiéndole votado previamente todas las leyes necesarias para llevar a cabo el ajuste hasta ahora. Sueltan la mano del movimiento estudiantil para caminar apretando la de los rectores.
Sin embargo, ante esta crisis les estudiantes surgieron mostrando cuál es la nueva política que va a barrer a todas estas conducciones de los centros y federaciones y que va a refundar al movimiento estudiantil. De la mano de les trabajadores del Astillero Río Santiago, que son la escuela que muestra el camino para luchar contra el ajuste, y las mujeres que se pusieron al frente de la lucha contra las instituciones del monstruoso Estado nacional. La unidad obrera estudiantil surge como conclusión práctica de la propia experiencia, que recupera lo mejor del Cordobazo y el Mayo Francés y va a llevarse puesto todo lo viejo con un programa y una perspectiva de lucha. “Luche como Astillero” dicen las banderas de la FAHCE tomada.
Esta generación cuestiona todo y del proceso de lucha saca conclusiones profundas. Una muestra de lo alejada que está la dirección política de la FULP de esta realidad: Patria Grande, entre risas, votaba en contra de repudiar los dichos del Papa Francisco que patologizaban a la comunidad LGTBI.
Por una alternativa de les que luchan
A pesar del vaciamiento de la conducción, el activismo impuso mediante la votación un programa que incluye el rechazo al presupuesto 2019 que están pactando a espaldas de millones, Macri con los gobernadores; la unidad obrero-estudiantil, conclusión que se viene llevando adelante con la lucha de Astillero Río Santiago; democratización de la UNLP y la recuperación de los centros y federaciones. Además como plan de acción concreto se votó participar de los cortes y piquetes del 24 y del 25, y la convocatoria a una asamblea interfacultades para el día 4 de octubre. Todas las mociones se ganaron contra las burocracias estudiantiles que quieren que sigamos esperando.
Toda esta perspectiva estuvo plasmada en una lista de unidad de las corrientes de izquierda (Juventud del PTS, Partido Obrero, Cauce, Agite, Lupas, INTI, Izquierda Socialista) y compañerxs autoconvocadxs que expresó un primer paso en un gran polo de referencia de les que luchan: “Frente de Estudiantes de Izquierda en Lucha”. Increíblemente el MAS, en el marco de que se logró constituirse un amplio bloque de toda la izquierda, junto con los activistas de Psicología y Bellas Artes con los que venimos peleando hace semanas, decidió retirarse del Congreso sosteniendo una política rupturista y alternativista contra la unidad de les que luchan.
La izquierda que sostuvo un planteo unitario tiene una gran tarea: desarrollar nuevas formas que articulen el cuestionamiento a las actuales conducciones y el proceso de autoorganización de les estudiantes, parte de comprender que las peleas por la democratización y recuperación de los centros de estudiantes se dan apostando a un programa común, en pos de construir una alternativa política que dispute la dirección del movimiento estudiantil, sin mezquindades y dando las peleas en todos los terrenos que sea posible.