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Red Internacional
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Juventud Precarizada. UNLZ: Clases virtuales y precarización juvenil en medio de la pandemia

Nos proponemos abrir este debate ¿qué modelo de centro de estudiantes necesitamos las y los estudiantes?

Viernes 24 de abril de 2020 15:14

En sintonía con el gobierno de Alberto Fernández las autoridades de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, que tiene como rector a Diego Molea, decidieron a espaldas de los y las estudiantes, docentes y no docentes, continuar con el calendario académico mediante las cursadas virtuales en medio de la pandemia del COVID 19. Las autoridades no se preocuparon en hacer un relevo para determinar si los más de 60.000 estudiantes podían arrancar las cursadas virtuales. En condiciones normales los estudiantes hacemos un gran esfuerzo para seguir con la carrera, y aún así muchos se ven obligados a abandonar por no poder pagar los materiales, no tener con quien dejar a sus hijos e hijas o tener que elegir entre cursar y trabajar. En medio de esta crisis, si no hacemos nada al respecto, la deserción podría ser mayor.

Esta virtualización de las clases claramente es una modalidad que excluye a muchos pibes y pibas, e incrementa la precariedad del trabajo de los docentes y no docentes que ven duplicado su labor. A los centros de estudiantes no les puede pasar esta realidad por el costado.

¿Como golpea la crisis a la juventud del conurbano?

La semana pasada, una docente nos acercó la siguiente preocupación: “de los alumnos que tenía asignados para corregir, ya se bajaron la mitad porque no contaban con los recursos para mantener la cursada virtual”.

¿Sabias que 2 de cada 3 jóvenes de 18 a 24 años trabaja en condiciones no registrada y/o precarias?

“La profesora preguntó ¿cuantos personas de esta cursada trabajan en condiciones registradas?, y de un aula de aproximadamente 50 personas, sólo 3 levantaron la mano” nos cuenta Stefania, estudiante del profesorado de Letras sobre la cursada de una materia de verano, que, como muchos, se encuentra suspendida y sin goce de sueldo.

Muchos de los que estudiamos en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora vivimos en los barrios del gran conurbano bonaerense, uno de los sectores más golpeados en esta crisis sanitaria. Para que tengamos una idea, según el Indec el 40,5% de las personas se encuentran bajo la línea de pobreza. Son millones que no tienen garantizado el acceso a elementos sanitizantes ni a servicios básicos, por lo que corren un alto riesgo de infectarse y de contagiar a otros. Esta realidad no es producto de ningún fenómeno natural, sino que son más de 28 años de gobiernos peronistas y los últimos 4 años de cambiemos.

En el municipio de Lomas de Zamora gobernado hace 10 años por Martín Insaurralde, la falta de cloacas, de obras de infraestructura y de políticas activas, como por ejemplo un plan de viviendas, que de respuestas a los problemas habitacionales, se ve reflejada en los problemas de hacinamiento, inundaciones y de contaminación. Un sin fin de condiciones estructurales que deja al descubierto décadas de abandono y desfinanciamiento. Hoy, ante la agudización de esas problemáticas, la respuesta por parte del oficialismo es fortalecer las fuerzas represivas como es el caso del cierre en barrios de Llavallol. O la represión por parte de la Policía Bonaerense de Sergio Berni a los trabajadores del frigorífico Penta de Quilmes. ¿Por qué pensar que los barrios llenos de policías son más seguros, cuando son los viejos conocidos implicados en el maltrato a la juventud, los casos de gatillo fácil, la trata de personas y el narcotráfico?

En este contexto uno de los blancos de ataque es sin duda la juventud trabajadora. Como se mostró con las rebajas salariales y suspensiones por parte de multinacionales como McDonald´s, Burger King, Starbucks. Pero los pibes se plantaron a estas patronales, y hoy se organizan contra la precarización de sus trabajos y vidas.

En esta tónica el gobierno nacional no duda en rescatar a las empresas con $107 millones provenientes de la caja de Anses que irán al pago del 50% del salario, sin discriminar entre las pymes y los Paolo Rocca. Mientras que para los sectores populares decretó un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) de unos míseros $10.000 por familia, cuando según el Indec la canasta básica familiar ronda los 40.000 pesos. Este bono se entregará por única vez en el mes de abril y, de los 11 millones de inscriptos, hay al menos 3,5 millones de familias que quedaron excluidas. Parece que la solidaridad por parte del gobierno es para con los empresarios que no dudan en privatizar las ganancias y socializar las pérdidas dejando miles de familias en la calle.

Es urgente que se impulse un salario de emergencia de cuarentena de $30.000 para todos aquellos que se quedaron sin ingresos, como propone el proyecto de ley presentado por Nicolás Del Caño desde el Frente de Izquierda. Este proyecto se basa en aplicar un impuesto a las personas más ricas del país, afectando sólo a un 0,03% de la población. Además, se conseguirían los recursos para no tener que optar “entre 100.000 muertos o un 10% más de pobres”, como dijo Alberto Fernández.

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¿Qué modelo de centro de estudiante necesitamos?

Ya sabemos que no podemos esperar nada de ningún gobierno. Para que las medidas que venimos proponiendo se lleven adelante hace falta que nos organizamos desde abajo, en cada barrio, en cada fábrica y en cada universidad. En ese sentido se nos abre el debate de qué centro de estudiantes necesitamos, más aún en este contexto.

En la Facultad Ciencias Sociales, la presidencia del centro de estudiantes, FEP, hace campaña con “tips para ordenar tu cursada”, reivindicando una modalidad que deja a muchos afuera. Llevan adelante un centro de estudiantes de servicios, que solamente digitaliza los materiales y brinda un “acompañamiento” o clases de apoyo, cuando la situación de los miles de estudiantes que se ven obligados a abandonar las cursadas amerita otra salida. Tampoco le exigen a las autoridades que hagan un relevo de la situación que viven todos los estudiantes, por lo que rige una lógica de "sálvese quien pueda" que no contempla a muchos jóvenes precarizados y con falta de recursos.

Desde En Clave Roja, Pan y Rosas en la Secretaría de Género y Diversidad Sexual le exigimos a la presidencia del centro que se pronuncie contra los despidos y rebajas salariales, por el pago de salario a todos nuestros docentes, y por becas integrales para los estudiantes que se quedaron sin ingresos. Es decir para que tome las demandas de los jóvenes estudiantes precarizados y los docentes ad honorem.

Pero además, peleamos por otro modelo totalmente diferente de centro de estudiantes. Que se pare sobre la enorme fuerza social que somos los miles que estudiamos en el conurbano, para potenciar la lucha de esos jóvenes precarizados. Que se proponga poner en pie observatorios sociales, junto con docentes e investigadores para ayudar a difundir y hacer visibles las denuncias por despidos y rebajas salariales de los trabajadores de la zona. Que pelee por que desde nuestra Facultad de Ciencias Sociales podamos poner nuestros conocimientos y recursos al servicio de darle una salida a la crisis social y sanitaria. Un centro que se organice democráticamente, que sea independiente de las autoridades y de los gobiernos patronales, y que luche por la unidad obrero estudiantil.

Por eso te invitamos a organizarte desde hoy a construir una organización estudiantil que pelee por este modelo de centro. Para que se exprese con fuerza la voz de aquellos a los que la gestión y el centro le dan la espalda. Los pibes precarizados. Para impulsar la más amplia organización de esos pibes.

Si querés sumarte, si sos parte de esa juventud, hablamos a nuestras redes. Nos estamos organizando.

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Publicado por En Clave Roja UNLZ en Miércoles, 22 de abril de 2020