¡Estudiantes, funcionarios y profesores a decidir! La universidad está en medio de la elaboración de un nuevo Estatuto Orgánico. Si piensas que estudiantes, profesores y funcionarios deben decidir en la universidad, este es el momento de impulsarlo.
Martes 25 de junio de 2019
Luego de la escandalosa renuncia de los integrante de la mesa ejecutiva de la Federación de Estudiantes de la Usach (Feusach) por denuncias de malversación de dinero, los centros de estudiantes de la universidad están levantando una mesa interina con representantes de las distintas facultades. Sin embargo, no son los únicos acontecimientos políticos, sino que una decena de carreras han levantado estados de movilización que van desde el rechazo a los cambios curriculares para tercero y cuarto medio, hasta el proceso de impugnación de Zolezzi como rector y la elaboración de Estatutos Orgánicos.
Se levantó una moción de votar paro indefinido para la Usach, ¿cuál es el eje de la discusión?
Estatuto Orgánico
El Estatuto Orgánico es el cuerpo normativo bajo el que se rige la universidad. Actualmente este obedece al DFL 149 impuesto en dictadura, que asienta el autoritarismo universitario y elimina los procesos democráticos que ya se habían conquistado en la antigua UTE, que establecía el ejercicio de triestamentalidad con la participación de profesores, estudiantes y funcionarios en la toma de decisiones, con una educación enfocada desde y hacia la clase trabajadora y las necesidades del país, en donde incluso profesores, funcionarios y estudiantes podían elegir al rector de la universidad, como sucedió con la elección de Enrique Kirberg.
Con la nueva Ley de Universidades Estatales, la universidad tiene el plazo de 3 años para actualizar la normativa y “avanzar” en la democratización, por lo que la misma rectoría ha levantado un proceso para la elaboración de un nuevo estatuto orgánico, el cual no está libre de trampas para hacer un lavado de imagen de la institucionalidad, puesto que este proceso mantiene la estructura universitaria casi intacta. Así, se quiere legitimar un Estatuto Orgánico construido en democracia, pero que mantiene el trabajo precario y las decisiones tomadas en un puñado de personas.
En esa misma línea, los representantes de funcionarios han señalado que el proceso no es el que querían, pero indican la importancia de participar activamente y sentar las bases para un nuevo estatuto pensado por toda su comunidad y no que resguarde los privilegios de unos pocos. Es el momento de organizar a la comunidad y pelear por las demandas de funcionarios, profesores y estudiantes.
¿Qué es lo que cambia con el estatuto orgánico?
A partir de su cuerpo normativo, la universidad puede definir principios, visión y misión, así como también establecer los mecanismos de participación y definir quienes forman parte de la “comunidad universitaria”. En este aspecto, cobra relevancia la discusión ¿Quiénes eligen a las autoridades?.
Actualmente, para la votación del cargo de rector, participan profesores de planta, los cuales están en una posición privilegiada frente a sus pares que son contratados con jornadas parciales, aun cuando realicen la mayoría de la actividades académicas. De este proceso también se excluye la participación de funcionarios y de estudiantes.
Un nuevo estatuto orgánico puede definir que sean profesores, estudiantes y funcionarios que participen de forma triestamental en la elección de las autoridades, así como también la orientación de la educación, la construcción de las mallas, incluso conquistar las demandas que se instalaron con el movimiento feminista con respecto a las comisiones triestamentales que lleven los procesos de denuncia con independencia de las autoridades, que hoy son quienes toman esas decisiones a espaldas de la comunidad.
El proceso de elaboración de estatuto, actualmente está siendo dirigido por la rectoría. Profesores por hora denuncian que en estos espacios no se ha velado por las demandas de su gremio, señalando que además rectoría se estaría cuadrando con los representantes estudiantiles del comité de elaboración de estatuto.
Frente a eso se ha levantado una exigencia, desde carreras de la universidad, de renuncia de los representantes estudiantiles que estarían faltando a los compromisos frente a los cuales responder, como lo es la asistencia a las reuniones, (denuncian que no están participando). En caso de que se lleve a cabo la renuncia, el proceso pierde su calidad de triestamentalidad por lo que se debe frenar, da tiempo para constituir una comisión verdaderamente democrática y que ponga las demandas históricas plasmadas en los nuevos estatutos.
Elección del rector: ¡Que voten profesores, funcionarios y estudiantes!
Tras la impugnación de Zolezzi por la exclusión de los profesores horas del padrón electoral cabe preguntarse si en razón de un contexto que demanda la democratización universitaria y en el marco de la elaboración de un nuevo Estatuto Orgánico, ¿no debiese integrar a la votación también a funcionarios y estudiantes para la elección de las autoridades? En la UTE esto era un hecho.
Estudiantes, funcionarios y profesores por hora rechazan el trato diferenciado a los profesores como de “primera” o “segunda” categoría, demandando su reconocimiento en su condición de “docentes” para así participar del proceso. Esta es una alianza que debe ser fortalecida para que sea la comunidad en su conjunto la que pueda decidir.
¡OJO! que cualquier propuesta para los estatutos orgánicos sólo necesita la firma de 25 personas para poder ser levantada; también que esa decisión no pasa por la comunidad en su conjunto. Esto es una de las cosas a revertir, por lo que es necesaria la organización triestamental.
No más trabajo precario: Poner fin a la subcontratación y reconocimiento a la docencia
La universidad se mantiene contratando servicios que son permanentes (labores de aseo y jardines) pero que son llevados por empresas externas (que según las leyes de la administración pública deben ser destinado para servicios temporales, no lo que sucede actualmente).
La razón de esta relación comercial entre la universidad y las subcontratistas no obedecen a temas de presupuesto, todo lo contrario, se ha demostrado que la universidad invierte más dinero con las empresas subcontratistas que con el contrato directo. A cambio, esta modalidad de empleo mantiene a trabajadores sin su reconocimiento como parte de los funcionarios de la universidad, así como también los mantiene desorganizados y atomizados, puesto que tras cada proceso de licitación, se deben enfrentar a la inestabilidad laboral, donde las empresas en complicidad con la universidad despide a trabajadores, tal como sucedió en el proceso de licitación de trabajadores de jardines del 2016, que resultó un duro golpe a la organización al sindicato interempresa de aseo y jardines de la usach, porque se despidió a todos los jardineros, y apenas una docena de ellos fueron recontratados por la otra empresa ganadora de la licitación. A muchos de los despedidos se les obligó a renunciar al sindicato como condición para no perder el trabajo, lo que para muchos de ellos fue una falsa promesa.
La universidad es consciente de la precariedad de sus condiciones de trabajo, tal como lo ha revelado la Fundación Sol e investigaciones de los propios estudiantes. Hoy anuncian vía correo institucional que no van a haber despidos en el nuevo proceso de licitación de aseo de la usach, sin embargo, no fue capaz siquiera de colocar la carta de compromiso de “retención de trabajadores” en los documentos de licitación.
Hoy trabajadores de aseo denuncian que hay hostigamiento y amenazas de despidos.
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Con la elaboración del nuevo estatuto es importante poner fin a estas prácticas, demandando un proceso de internalización de trabajadores de aseo y jardines y poner fin de una vez por todas al subcontrato con el paso a planta.