Compartimos la crónica y reflexión de una trabajadora de Madygraf sobre la asamblea de trabajadorxs realizada en la fábrica recuperada.
Lunes 2 de mayo de 2022 22:27
La previa
Mi 1 de mayo comenzó el sábado 30 al mediodía. Esa misma noche se realizaba una asamblea de trabajadores impulsada por el PTS en un espacio prestado por los trabajadores, en la fábrica recuperada Madygraf. Como parte de los anfitriones de la fábrica, me ofrecí a hacer los carteles de bienvenida junto con otra compañera. Ya con cada pincelada presentía que esto sería distinto... un 1ero de mayo dentro de la fábrica que desde hace 7 años gestionamos sin patrón. Quería de esta forma simbólica, recibir a cada uno que entrara.
A medida que se acercaba la hora de la asamblea, veía llegar caras conocidas y muchas otras que no conocía. Todos entraban con alegría al enorme galpón que estaba preparado con gran esmero. Los compañeros que organizaban el encuentro, habían pensado en todos los detalles. Todas las mesas dispuestas, la decoración, los compañeros de medios que colgaban las últimas fotos de la muestra, probaban el sonido y sacaban fotos. Porque los trabajadores también nos lo merecemos. Al pasar por entre las mesas buscando mi lugar, escuchaba las conversaciones sobre las distintas fábricas, escuelas, barrios... el aire estaba lleno de expectativa.
Eduardo, histórico dirigente desde antes que la patronal intentara cerrar la planta, abrió la asamblea. Enumerando todos los motivos por los cuales nos encontrábamos allí.
La conspiración
No era la primera vez que veía la fábrica llena de compañeros de tantos lugares distintos. Pero esta vez no era como las otras. Esta vez no estábamos allí por la expropiación de nuestra fábrica, o por los despidos en otra fábrica, o por coordinar una pelea contra los tarifazos o establecer alguna demanda concreta. No sólo. Estábamos por todo y por todxs...
Los grandes empresarios y los políticos patronales, se juntan a conspirar contra nosotros todo el tiempo. En lugares lujosos o a la vista de todos como se hizo esta semana en el LLao LLao. Esta vez nosotrxs también. Y en nuestro día. Y en nuestra fábrica. Que más que nunca era de todxs. Y ese era el calor que se sentía en ese inmenso galpón una noche fría. Y aunque no me gusta hablar en público... una tremenda emoción me carcomía el pecho.
Así que tomé el micrófono para agradecer a todos los que estaban allí, para decirles que esta fábrica era de todos. Que en un país donde millones de trabajadores son pobres y hay mil cosas por las que luchar... les queríamos decir que se puede. Que nosotros sabemos que, aunque cueste, vale la pena pelear. Que en estos años de historia de la clase obrera, tuvimos grandes derrotas pero también triunfos. Y qué conmemoramos en el 1 de mayo la lucha por las 8 horas de trabajo y tantos años después, hay compañeros que dejan la vida en la fábrica mientras otros no tienen trabajo, e igual no llegan a fin de mes. Que nos debíamos el reflexionar las cosas que nos pasan y en base a nuestras experiencias, debatir que hacer y organizarnos. Es que esa visión que tenía frente a mí me daba la certeza que en algún momento podríamos volver a juntarnos y decir que la victoria fué posible.
Limpiar paraísos ajenos
A medida que la vergüenza se disipaba, más compañeros hablaban. Confirmando que estamos en el camino correcto. Que estamos dando un primer paso al juntarnos. Nos mirábamos y escuchábamos sabiendo que, aunque no nos conocieramos, teníamos una historia, presente y un futuro en común. Cada experiencia y conclusión que nace individual y se hace colectiva nos fortalece. Así, una compañera contaba que ella estaba desocupada cuando empezó a organizarse. Y que no sabia cual podía ser su lugar de lucha. Al juntarse con compañeros de otras fábricas, con los compañeros de Guernica que pelean por vivienda, se dió cuenta que la clave es luchar todos juntos. Hoy trabaja "Limpiando paraísos ajenos" y continúa dando esta pelea.
Voces que quieren ser escuchadas
Un compañero desocupado habló sobre la demonización que se hace de las movilizaciones de desocupados o de los que reciben planes sociales. Que hay una pelea por trabajo que es ocultada intencionalmente. Y que hay que unirse "porque el esfuerzo que uno hace solo, no sirve de nada." Se organiza en la Asamblea Permanente porque hay compañeros que quieren ser escuchados, y aquí encontraron un lugar. Donde además de debatir y que salgan nuevas ideas, tienen compañeros que los escuchan. Y saludó los talleres de oficios que dan en Madygraf.
Los docentes comentaban no solo la terrible situación de la educación o sus salarios, sino también de las condiciones de vida de sus alumnos y sus familias, que ellos viven de primera mano. Una compañera docente decía, “que no hay que acostumbrarse a que otros hablen por nosotros. Tenemos que empezar a hacerlo nosotros. ¿Quiénes van a hacerlo por nosotros? ¿Milei va a hablar de lo que pasa en mi barrio o a mis alumnos que no vienen o vienen con hambre? ¿El Frente de Todos? Que nos quieren arreglar la vida con un bono. O que nos revientan el medio ambiente. Hay que perder el miedo porque es lo único que tenemos.”
La juventud: La precarización del trabajo, la precarización de la vida
Un joven comentó que antes a él no le interesaba la política. Su experiencia cercana con las "instituciones" lo había marcado... el asesinato de su amigo Franco por la policía. Y “comenzó a organizarse para luchar contra el sistema que antes no le importaba.“
Es que el descreimiento en los cambios y el futuro, es el mejor tributo a este sistema que la precarización de la juventud puede lograr. La ganancia en este caso, no es sólo económica. Y no sólo en el joven que no tiene trabajo y no ve futuro. También en los jóvenes que trabajan pero no pueden conseguir estabilidad. La precarización del trabajo es la precarización de la vida. Una joven contaba que se recibió de docente y no conseguía cargo. Se sumó también a la Asamblea Permanente, apoyando a otras luchas como las de EMA y LAN. “Porque aunque ya la están pasando demasiado mal, va a ser peor con el ajuste del FMI que no importa si se paga con nuestras condiciones de vida, la devaluación del trabajo..”. Finalmente consiguió trabajo con la modalidad de precarización docente de los ATR, y en la última negociación de su sindicato, extendieron la precarización 3 meses mas, sin salida de fondo. Avalando este fraude laboral.
¿La vida ? trabajando
Pero también los trabajadores ocupados se encuentran en una difícil situación. Distintos compañeros comentaron que aunque tengan un salario y condiciones de cierta estabilidad, deben hacer horas extras para poder mantener el nivel de vida. Hay fábricas donde se trabaja de lunes a lunes. Y muchas donde ni con extras se llega al salario por encima de la línea de pobreza. Algunos ya habían tenido experiencias de lucha. Habían enfrentado despidos y recordaban el apoyo recibido por otros trabajadores y jóvenes estudiantes. Y reafirmaron la necesidad de fortalecer esa unidad para prepararse. Porque los sindicatos dejan pasar todo y esto no da para más. “o trabajas menos horas y ves a tu familia pero no le das lo que necesita, o trabajas para darle lo que necesita y no la ves”.
Una batalla por la conciencia
Y así continuaban las reflexiones. Comenzó el cierre de la asamblea con las ideas más claras. Tenemos por delante grandes batallas, y tenemos grandes ideas. Tenemos que pelear contra el individualismo que nos quieren imponer. Contra la idea del mal menor o de que nada se puede cambiar. Jorge y Eduardo de Madygraf, comentaron su experiencia. De como, previo a la toma de la fábrica, también debieron dar esas batallas. La de la unidad de los trabajadores, no solo de otros gremios o desocupados, también dentro de la planta misma. Contra la discriminacion a los tercerizados, a los inmigrantes, en defensa de una compañera trans, contra persecuciones judiciales como la que se hizo a los petroleros de Las Heras. (La verdad que todo esto merece una nota aparte). Contra la resignación. Contra la naturalización de las injusticias. “Y estoy estamos acá. Y continuamos batallando y resistiendo. Dando a cada problema individual que tenemos, una solución social. Que distinto sería todo si un gobierno de los trabajadores pudiera organizar la economía en base a las necesidades sociales y no a las ganancias empresarias. Dando respuestas sociales a los grandes problemas de las mayorías.... Un sistema distinto. Y tenemos que organizarnos para eso…”
El locro sellando un compromiso de lucha
A medida que los aplausos se hacían más fuertes, se confundían con la bocina del clarck que venía desde el comedor y anunciaba la llegada de la comida.
Desde las uñas del clark se descargaron las enormes ollas humeantes, y el debate se continuó entre bocado y bocado. Con las bandas que tocaban y la gente que se paseaba intercambiando más opiniones.
Cuando ya no quedaba nada en los platos, los que aun podían moverse luego de su porción de locro, se sumaron a bailar junto a la banda que tocaba candombe... Yo los mire desde la mesa, junto a mis compañeros, mientras hacía la digestión de todo lo vivido y del locro más rico que comí.