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Red Internacional
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Copa Libertadores. Un Vélez con personalidad eliminó a River y clasificó a cuartos de final

Empataron sin goles, pero en el resultado global y en recursos futbolísticos se impuso el equipo de Liniers. Mal anulado un gol de River por el VAR que hubiera modificado la historia.

Augusto Dorado

Augusto Dorado @AugustoDorado

Jueves 7 de julio de 2022 00:00

Gómez y Godín se acercan a Hoyos para el abrazo del festejo por la clasificación de Vélez.

Gómez y Godín se acercan a Hoyos para el abrazo del festejo por la clasificación de Vélez.

Una noche fría bajo la garúa y un gol de Matías Suárez injustamente anulado por el VAR le pusieron mayor dramatismo a la eliminación de River de esta edición 2022 de Copa Libertadores. Pero cuando pare la lluvia y amaine la bronca, la conclusión de la historia quedará reluciendo al sol: la clasificación de Vélez Sarsfield es justo desde el punto de vista deportivo. Los dirigidos por el Cacique Medina fueron mejores sumando los 180 y pico de minutos de partido divididos entre el Fortín y el Monumental. Fue un equipo con carácter y personalidad, que superó claramente a River en la ida y supo manejar los tiempos y hasta acercar algo de peligro por momentos en la vuelta como visitante. La demostración está en las pelotas que tapó Armani, una de las figuras de una noche sin demasiado brillo.

Apenas comenzado el partido, los de Gallardo tuvieron una chance clarísima con el remate de Braian Romero que besó el palo de Hoyos. Pero fue prácticamente de las pocas dosis de peligro que aportó el local. Con el correr de los minutos, la paciencia de Vélez se fue imponiendo a la ansiedad de River. Armani tapó dos claras y un mano a mano, suficientes como para dejar la impresión de la superioridad de los visitantes.

Los ingresos de Matías Suárez y Ezequiel Barco en el segundo tiempo le aportaron a River frescura y movilidad. Esa sociedad lo plasmó en el arco: un arranque con pique corto del pibe Barco, su gambeta y el centro preciso con cabeza levantada que le puso a Suárez para que empujara de cabeza al gol tenían destino de 1-0 y empate para ir al alargue. Sólo el capricho del VAR torció ese destino porque los árbitros vieron un toque con el brazo de Suárez que -si existió, cuestión dudosa- fue casi imperceptible y no tenía incidencia en la trayectoria que le marcó la frente del delantero a la pelota. En fin, el VAR haciendo de las suyas.

Vélez llega a cuartos de final dejando una buena imagen y enfrentará a un sorpresivo Talleres de Córdoba; tiene argumentos para soñar con semifinales el club de Liniers, aunque hay que jugar dos partidos bravos. Por el lado de River quizás es donde más hay que analizar las cosas: la realidad es que este equipo de Gallardo no parece un equipo de Gallardo. River no logró imponerse, tuvo poca reacción (salvo el gol anulado) y por momentos parece apagado. Todo pareciera indicar que no está en el aspecto físico el problema sino en cierto agotamiento anímico difícil de explicar. River durante años daba la sensación de no rendirse nunca, de tener siempre la última palabra, daba vuelta resultados. En la versión de las últimas semanas parece inseguro, aplacado. Habrá que ver si se acomodan las piezas, si se logra superar el trauma de la ida de Julián Álvarez y si de esta caída se renuevan las ambiciones riverplatenses. Por el momento, le queda medio año para enfocarse en el campeonato local.