El DNU N°908 crea el plan Cobertura Universal de Salud (CUS) por el cual el gobierno nacional financiará al sector privado.
Jueves 1ro de septiembre de 2016 18:20
Durante la presentación del decreto N°908 que crea el “Plan Universal de Salud” Macri se atrevió a decir que la Argentina no tiene un problema de carencia de recursos humanos en el sector de la salud y tampoco de equipamiento. Pero sí habría un severo problema de organización, en un sistema que definió como “fracturado e inequitativo” y que no dialoga entre los tres sectores principales: sistema público, obras sociales y prepagas.
En su diagnóstico, el Presidente dejó más que claro que nunca ha tenido que recurrir a una guardia de urgencia en un hospital público.
Profundizar las políticas neoliberales
El deterioro progresivo que ha llevado a que hoy haya hospitales públicos desabastecidos de insumos, aparatología, recurso humano y con graves problemas de infraestructura, no es nuevo, y se profundizó con las políticas neoliberales recomendadas por el Banco Mundial y aplicadas obedientemente por el gobierno de Carlos Menem en los años 90.
El decreto de Macri va en el mismo sentido. El plan de Cobertura Universal de Salud plantea que la falla de las políticas públicas en el sector sería la fracturación y la falta integración con el sistema privado y las empresas de medicina prepaga.
“Esto no es por falta de dinero –señaló Macri-, destinamos un presupuesto muy importante, pero hasta ahora se gasta mal”. Con este plan “se incorporan 15 millones de personas que no pueden acceder al sistema solidario de obras sociales, ni al privado”.
Lo que obvió decir el Presidente es que ese sector social que según él está sin cobertura, ya tiene a su disposición los hospitales públicos, por lo cual la cobertura ya es universal.
Mediante un seguro de salud aquellos que según Macri hoy no acceden al sistema de salud, con este nuevo plan ingresarían y podrían elegir atenderse en instituciones privadas: clínicas, laboratorios bioquímicos, odontólogos, etc. llevando a la definitiva mercantilización de la medicina pública.
En lugar de aumentar el financiamiento de la salud para abastecer a los hospitales con personal, tecnología, insumos y medicamentos, transfieren una masa de dinero al sistema privado. Buscan que el hospital de “autogestión” compita con las clínicas privadas por las Obras Sociales y por los indigentes que tengan cobertura del seguro, para seguir achicando el ya magro presupuesto de salud.
El sistema se iniciaría con plata proveniente del Fondo Solidario de Redistribución, pero al igual que en otros países de América Latina, su funcionamiento habría que garantizarlo con préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo o del Banco Mundial (que pasan a engordar la deuda externa).
Con ese decreto Macri dice querer garantizar el acceso a la salud de toda la población, afianzando los principios de equidad y solidaridad, pero más que con la población pareciera ser solidario con Banco Mundial, dándole un golpe mortal a la Salud Pública.