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Red Internacional
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PRECARIZACIÓN Y CORONAVIRUS. ¿Un labial es esencial?: propuestas del personal de Farmacity para trabajar en la pandemia

El accionar de esta empresa es otro ejemplo de que las únicas mentes que pueden organizar el trabajo pensando en la salud de la población antes que en otra cosa, son las de trabajadores y trabajadoras.

Juana Galarraga

Juana Galarraga @Juana_Galarraga

Viernes 27 de marzo de 2020 23:43

Imagen: Enfoque Rojo

Imagen: Enfoque Rojo

Imágenes con denuncias extraídas de las historias del Instagram de Nicolás del Caño

A este diario llegan todo el tiempo denuncias de trabajadores y trabajadoras. Ante el accionar de muchos patrones y empresas, cualquiera con un mínimo de sentido común y solidaridad con las demás personas ante la crisis en curso, podría preguntarse: ¿es que no usan la cabeza?

Por ejemplo, Farmacity. El comercio debe seguir abierto y su personal está exento de cumplir la cuarentena obligatoria, por tratarse de un servicio esencial vinculado a la salud. Sin embargo, lejos de funcionar como una simple farmacia, en Farmacity se puede encontrar de todo. Desde golosinas, hasta lápices labiales. ¿Todo lo que hay en Farmacity es esencial? Por su puesto que no. Sin embargo, la empresa está obligando a presentarse bajo amenaza de despidos a todo su personal, incluido el de las áreas de cosmetología.

Farmacity, al igual que la mayoría de las patronales, interpretó la excepción de la cuarentena obligatoria para los servicios esenciales como se le antojó. Obliga a su personal a presentarse a trabajar sin haber tomado mínimas medidas de seguridad. A Farmacity, la calificación de esencial le sirvió de pretexto para el que el negocio siga funcionando con total normalidad. Por eso sus trabajadores y trabajadoras publicaron una carta denunciando la situación.

Podés leer: Farmacity amenaza con despidos

“Sabemos que como colaboradores de un centro de atención primario de la salud, nuestro deber es seguir facilitando el acceso a medicamentos y artículos de primera necesidad para la vida de las personas y facilitar de este modo la cuarentena total; sin embargo (...), creemos que esta exposición diaria no se justifica”, afirman. Es por eso que pensaron una serie de propuestas:

  •  Limitar la oferta exclusivamente a medicamentos y artículos de higiene esenciales: suspender la comercialización de productos no esenciales en las sucursales como cosmetología. La empresa lejos de hacer esto, hasta hoy sostiene las promociones y descuentos que alientan a la gente a concurrir a sus locales por cosas que no son necesarias ni urgentes.
  •  Reorganización de los turnos: para disminuir la concurrencia y ofrecer solo medicamentos vitales o insumos de higiene personal esenciales. Dividir el staff de las sucursales para cumplir los turnos en tandas. “Por ejemplo 2 de farmacia a la mañana y dos a la tarde, junto con dos en salón de mañana y dos a la tarde, y rotarlos cada cierto tiempo para que finalmente se cubran las brechas horarias de todos los días y disminuyamos el contacto y contagio potencial. De no ser posible, la reducción de la carga horaria a fin de no contar con tantos colaboradores por turno y evitar de esta forma el contagio”. Así se podría evitar que, de comprobarse algún caso, no todo el staff tenga que caer en cuarentena simultáneamente.
  •  Atención por ventanilla: para disminuir el contacto con pacientes. Una medida muy elemental y que está entre las posibilidades de cualquier farmacia.
  •  Disminución del horario de apertura de las sucursales: “tan amplio como para garantizar el acercamiento de los medicamentos y productos de higiene a todos los pacientes, pero tan estrecho como para garantizar la seguridad del regreso a casa", dicen. Sugieren un horario acorde con las medidas de la cuarentena. Hasta las 20h sería algo lógico y un horario en el que todos los pacientes hayan podido concretar la adquisición de lo necesario. Se puede seguir con la atención de las farmacias que proveen servicio 24h, pero por ventanilla”, aseguran.

    La patronal, como ya denunciamos a través de este diario, respondió a este pedido con amenazas de despido a través de supervisores. Los y las laburantes además impulsan un pedido en la plataforma Change.org. Ahora, tras la repercusión de la denuncia y la bronca que va en aumento, la patronal tuvo una iniciativa que daría risa si no fuera porque en realidad, es muy grave: pretende conformar a su personal regalando un pomo de 50 centímetros cúbicos de alcohol en gel.

    ¿No debería estar proveyéndoles alcohol en gel en abundancia y gratuitamente desde el primer minuto? ¿Serán los mismos pomos que la empresa tenía guardados en un depósito? Según informó el sitio LetraP en las primeras pesquisas de la Secretaría de Comercio y la AFIP para controlar el abastecimiento de este insumo básico, "no encontraron alcohol en gel en ninguno de los locales. Ante esta situación e incluso viendo que desde antes de la pandemia la firma tenía una promoción de ’2x1’ en la versión en gel que expiraba el 23 de marzo, se intensificaron las acciones de fiscalización". La empresa evadió los controles y evitó el ingreso de los inspectores a un depósito en el barrio de Chacarita. Estos finalmente revisaron un camión que salía del depósito y se encontraron con que llevaba alcohol en gel. "En ese depósito había más de 9 mil unidades de alcohol en gel en la variante 50 centímetros cúbicos, entre otros productos, por un valor total de entre un millón y un millón y medio de pesos. Este lunes, volvieron a recorrer los locales: mágicamente, había vuelto el producto a las góndolas", sostiene el mismo sitio. Tal como denuncian mensajes anónimos que llegan a las redes del diputado nacional por el PTS-FIT, Nicolás del Caño, Farmacity estaría acumulando mercadería como paracetamol, sin distribuirla para especular con los precios.

    En tiempos de crisis, toda forma de precarización se puede aprovechar

    El cinismo de Farmacity es tan grande que mientras hace todo esto, en sus redes intenta mostrarse como una empresa responsable con el hashtag #QuedateEnCasa: “En nuestro e-commerce, los envíos son gratis. A través de Rappi y Glovo podés recibir tus medicamentos en casa”. Claro está. Los trabajadores y las trabajadoras de las apps, monostributistas que no comen si no salen a repartir, son puestos a disposición de este servicio por parte de Farmacity, pero nadie se hace cargo de los elementos de seguridad e higiene como alcohol en gel o barbijos, que necesitan para no exponerse. Ni las grandes multinacionales de las apps, ni patronales como Farmacity.

    ¿No podría Farmacity hacerse cargo de la salubridad y de los ingresos de esos repartidores y repartidoras, que llevando medicamentos a las casas de personas en cuarentena también brindan un servicio esencial y colaboran con el menor flujo de personas en las farmacias? Reorganizar los lugares de trabajo bajo esta perspectiva permitiría pensar no solo en la salud sino en el plato de comida del conjunto de los sectores, que en este momento están padeciendo los primeros embates de la crisis económica que disparó la cuarentena. Como los precarizados y precarizadas de las apps.

    La crisis del coronavirus lo hace cada vez más evidente: quienes verdaderamente pueden usar la cabeza para pensar en la salud de la población y hacer funcionar los lugares de trabajo de manera razonable, son los trabajadores y las trabajadoras.

    Los empresarios solo piensan en su bolsillo, nos llevan al colmo de la exposición y la desesperación. Así es como piensan siempre, pero el coronavirus está mostrando qué tan lejos pueden llegar para no hacer ningún sacrificio, ni el mínimo de sus ganancias. Por eso además de la inmediata prohibición de los despidos, es necesario que en cada lugar de trabajo, sobre todo en aquellos vinculados a un servicio esencial, se pongan en pie comisiones de seguridad e higiene a cargo de trabajadores y trabajadoras para poder pensar, de acuerdo a cada situación concreta, la forma de trabajar salvaguardando la salud antes que cualquier otra cosa. Ni el gobierno que los deja actuar ni los empresarios, pueden hacer esto.

    A continuación compartimos denuncias de trabajadores anónimas de otras farmacias del país que atraviesan situaciones similares: