Una nueva carta pública del colectivo Trigo Limpio —integrado por científicos, académicos y referentes ambientales— sostiene que la resolución de Gobierno que autorizó el evento transgénico incumple la normativa vigente en materia ambiental y de acceso a la información pública. Entre ellas, la Ley General de Ambiente y el Acuerdo de Escazú.
Sábado 23 de octubre de 2021 14:17
Foto: Diego Álvarez.
El colectivo Trigo Limpio —integrado por científicos, académicos y referentes ambientales— emitió un comunicado en el que advierte nuevamente el peligro ambiental y sanitario que implica el trigo transgénico HB4, y reclama que se aplique el principio precautorio previsto en la Ley General del Ambiente y se garantice el acceso al derecho a la información ratificado en el Acuerdo de Escazú. «Lo que se puede prever, se debe prever», sostienen. Solicitan que se detenga la siembra del trigo HB4 y no se avance en su aprobación definitiva, hasta tanto se habiliten las instancias de participación pública amplia establecidas por ley.
«Esto debe dar lugar a recabar y completar de manera interdisciplinaria y pública la información requerida, antes de aprobar un evento biotecnológico que, a priori, parece presentar riesgos ciertos para la salud y el ambiente», se lee en la declaración de Trigo Limpio. «Estos riesgos y eventuales daños que pueden ser irreversibles, deberían ser exhaustivamente evaluados antes de realizar tal aprobación», agrega la organización.
Para Trigo Limpio, basado en la legislación nacional y el principio precautorio, se debería dejar sin efecto la Resolución 41/2020 del Ministerio de Agricultura, que autorizó el trigo transgénico en nuestro país. La misma prevé en su artículo 4 la posibilidad de revertir el permiso: «Si, a criterio de la autoridad competente, existe nueva información científico-técnica que invalida las conclusiones científicas o comerciales en las que se basan los dictámenes que sirven de sustento y antecedentes de la presente autorización».
Trigo Limpio realiza un paralelismo con México, donde se prohibieron las versiones transgénicas del maíz, mientras que Argentina «avanza de hecho en la implantación y, de derecho, en una aprobación inconsulta, cuestionable y cuestionada del trigo HB4». El colectivo sostiene que Argentina incumple con el Artículo 41 de la Constitución Nacional, con la Ley General del Ambiente y con el Acuerdo de Escazú respecto al acceso a la información pública en materia ambiental.
El texto de alerta publicada por el colectivo hace hincapié en la necesidad de hacer valer el principio precautorio que establece la Ley de General de Ambiente. El principio sostiene que, cuando haya peligro de «daño grave o irreversible», la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente.
Brasil bloquea la aprobación del trigo transgénico
En su Artículo 2, la Resolución 41/2020 sostiene que Argentina «deberá abstenerse de comercializar variedades de trigo con el evento IND-ØØ412-7, hasta tanto obtenga el permiso de importación en la República Federativa del Brasil». Sin embargo, la empresa Bioceres —desarrolladora del evento transgénico junto al Conicet como socio estratégico— anunció que ya hay 50 mil hectáreas sembradas con el evento transgénico.
«Esta avanzada de Bioceres, además de ser arbitraria ya que el cultivo no cuenta con licencia social, entra en contradicción con el dictamen de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, la cual supedita la aprobación de este evento biotecnológico a su aprobación por la República Federativa de Brasil», sostiene la organización. La Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad de Brasil (CTNBio) aplazó su aprobación en reiteradas oportunidades.
La Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo) ya expresó que “la liberación en Brasil involucra numerosas preguntas y estudios de evaluación que aún son insuficientes sobre los impactos del trigo modificado genéticamente en la salud humana, los animales y la biodiversidad, además de sus impactos socioeconómicos.” Asimismo, agregaron que eventualmente comprarán trigo convencional (genéticamente no modificado) a otros países.
Por esta razón, productores argentinos de trigo, entidades de acopiadores y molineros preocupados por sus intereses comerciales denunciaron el avance en la siembra de trigo HB4 por la eventual contaminación que podrían tener sus exportaciones. «Si bien la preocupación comercial es atendible, mucho más significativas deberían ser aquellas objeciones referidas al impacto para la salud y el ambiente que pueden derivar de la aprobación definitiva del trigo HB4″, dicen desde Trigo Limpio.
En ese marco, ponen la lupa sobre las declaraciones del Ministro de Agricultura, Julián Domínguez, quien expresó a horas de asumir en reemplazo de Luis Basterra: «Creo en la biotecnología y en el HB4 que es tan discutido. Yo inicié ese proyecto; lo alenté siendo ministro. Lo voy a sostener a capa y espada». Para Trigo Limpio, sería «razonable» que «un representante del interés público mantuviera una posición reflexiva e imparcial frente a una problemática tan compleja».
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«Principio precautorio» para proteger la salud y el ambiente
El comunicado enfatiza que se publicita al trigo HB4 «como un diseño transgénico resistente a la sequía y un avance promisorio de la ciencia argentina, pero se oculta que en realidad se trata de un nuevo paquete tecnológico con uso de agrotóxicos«. En efecto, este evento transgénico está desarrollado para resistir al glufosinato de amonio, un herbicida restringido desde el año 2013 en la Unión Europea por las consecuencias dañinas que tiene para la salud. Solo por dar un ejemplo, un estudio reciente de la Universidad Nacional del Litoral reveló el impacto neurotóxico y genotóxico del glufosinato de amonio en combinación con los microplásticos de los silobolsas, donde se almacenan los granos del agronegocio.
«Atendiendo a los eventuales efectos perjudiciales del trigo HB4 sobre el ambiente y la salud humana, su aprobación debería ser detenida y revertida cumpliendo con el elemental ‘principio precautorio’ hasta que se realicen de manera interdisciplinaria, transparente y pública las evaluaciones de impacto social y ambiental. No es aceptable que, en plena democracia, donde el acceso a la información debería guiar el debate público, este tipo de eventos se aprueben en un contexto de opacidad«, sentencian los especialistas.
Para Trigo Limpio, las actuales instancias requeridas para la aprobación del trigo HB4 (y demás eventos transgénicos) se hallan cuestionadas. Las mismas dependen del dictamen de la Conabia (Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria), que «si bien se presenta como instancia asesora imparcial, se trata de una comisión poco transparente, cuya integración, una vez revelada, mostró una composición mayoritaria de apoyo a los agronegocios«. En segundo lugar, no parecen suficientes los estudios que realiza el Senasa, basado en análisis incompletos, no se han considerado las consecuencias ambientales de la aplicación del glufosinato de amonio.
Pronunciamiento del colecti... by La Izquierda Diario
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