Acaba de publicarse la novela El negro corazón del crimen, de Marcelo Figueras. El autor relata los meses en que Walsh investiga los fusilamientos de la “Libertadora” de junio del ’56 y que luego publicará en su gran novela testimonial.
Miércoles 22 de marzo de 2017 09:45
(Foto: Jazmín Jimenez)
"No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos." (Grafiti del Mayo Francés del ’68)
La leyenda que a fines de los sesentas se pudo leer en las calles de Nanterre bien puede describir el sentido profundo que recorre la novela de Marcelo Figueras recientemente publicada: El negro corazón del crimen.
El autor se ocupa de recrear el momento bisagra en la vida y la obra de Rodolfo Walsh. Es junio de 1956, plena autodenominada Revolución Libertadora. Walsh tiene 29 años y se entera de los fusilamientos de civiles ocurridos en un basural de José León Suarez tras el fallido levantamiento cívico-militar peronista, encabezado por el Teniente General Juan José Valle contra la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu. Nace La Fusiladora. Walsh iniciaba la investigación que culminó con el libro que se conoció como Operación Masacre, previa publicación de una serie de artículos en Propósitos, Revolución Nacional y la revista Mayoría, como parte de una intensa campaña periodística.
La novela de Figueras tiene como protagonista al maestro del género y narra el proceso de producción de Operación Masacre, recreando el ’non fiction’ desde otro lugar, contando y respetando los hechos contados por Walsh hace más de 60 años. El libro se ubica en esos meses de investigación exhaustiva y minuciosa de Walsh, contra viento y marea, sabiendo que el camino que ha emprendido no tiene retorno.
“La historia real es tan apasionante, que no quise vulnerarla ni siquiera en pos de un efecto dramático. Por eso respeté paso a paso la realidad que encontré durante la investigación. Apelé a la imaginación tan sólo para llenar los huecos, aquello de lo que nada se sabe o no puede ser probado. Mi sueño era que los dos libros pudiesen ser leídos en paralelo o en sucesión infinita, en la medida en que uno cuenta lo que el otro calla y el otro echa luz sobre aquello que el uno trata con discreción. No quería contradecir nada de lo que se cuenta en Operación Masacre. Tratándose de un texto genial, me conformaba con escribir su making of”, cuenta el autor de “El negro corazón del crimen”
Introduciéndose en otro nivel de intimidad y de detalles de los personajes centrales del libro inspirador, Figueras incluye en su historia a la esposa de Walsh, Elina, con quien tiene dos hijas (Vicky y Patricia). En el plano sentimental también se expresan los cambios que empiezan a operar en la subjetividad de Walsh, impactada por una realidad que lo invade. Es allí donde cumple un papel central en el relato, Enriqueta Muñiz, la periodista española que lleva adelante la investigación de los crímenes de La Fusiladora junto a Walsh, con quien hace un sólido equipo de trabajo y mantiene un fuerte romance.
“Lo que más me atraía, sin embargo, era su cabeza. Erre sabía culto, pero no lo suficiente para envanecerse. Su inteligencia no se atrincheraba en las certezas, más bien trabajaba, y full time, sobre sus zonas grises; en las últimas semanas lo había visto asimilar el error de su apoyo incondicional a la Libertadora”, afirma Enriqueta dando cuenta, no solo de las razones de su atracción personal por Walsh, sino también de la ruptura política del escritor y periodista con la ahora “Fusiladora”.
“Hay un fusilado que vive”
Es la noticia que llega a los oídos de Walsh en un bar de La Plata y que le cambiará su vida. “El negro corazón del crimen” indaga sobre esa tensión que comienza a crecer en la conciencia de Walsh, quien deja de ser solamente un escritor de cuentos policiales, anti peronista y con la ilusión de ser un periodista destacado del diario La Nación; para comenzar su camino hacia el Walsh de la denuncia implacable, siendo perseguido y sabiendo que no ha hecho una elección cómoda.
“La primera noticia sobre los fusilamientos clandestinos de junio de 1956 me llegó en forma casual, a fines de ese año, en un café de La Plata donde se jugaba al ajedrez, se hablaba más de Keres o Nimzovitch que de Aramburu y Rojas, y la única maniobra militar que gozaba de algún renombre era el ataque a la bayoneta de Schlechter en la apertura siciliana (…)”, escribió Walsh en el prólogo de Operación Masacre, publicado en 1957.
Figueras cuenta el mismo hecho desde otro lugar. “Escuchen – dijo Valerga. La voz del gordo rodó por el bar, alejándose del estaño. El verbo en imperativo alarmó a la clientela y, vibrando todavía, rompió sobre las mesas de ajedrez - ¿Qué es eso? ¿Petardos o tiros?”.
Tranquilamente puede considerarse un libro complementario de la gran novela testimonial de Walsh. Leer “El negro corazón del crimen” invita sin dudas a leer o releer “Operación Masacre”.
A 40 años del asesinato y desaparición de Rodolfo Walsh por parte de un grupo de tareas de la ESMA, es una muy interesante lectura para volver sobre la vida y la obra del hombre, del militante, del escritor, del periodista que dio “testimonio en momentos difíciles” e hizo del periodismo y la literatura un arma de denuncia y desenmascaramiento de los atropellos y crímenes del poder.
(Marcelo Figueras. Foto: Télam)