Charlamos con el periodista investigador y coordinador del Observatorio Petrolero Sur, Hernán Scandizzo sobre el escenario que se avecina si avanza el proyecto de explotación petrolera offshore en el mar argentino que aprobó el gobierno nacional.
Viernes 7 de enero de 2022 20:43
Plataformas offshore en MDQ | Una avanzada extractivista comparable al fracking - YouTube
Producción y realización audiovisual: Piter Scrouch y Flor Sciutti
Hay una estrategia de confusión muy fuerte. Recién nombrabas al IAPG y se lo menciona como un instituto como si fuera un organismo técnico. Está conformado por las empresas petroleras, es un organismo técnico de las petroleras. Es como preguntarle a las tabacaleras si el consumo de tabaco genera enfermedades respiratorias. Desde el IAPG y desde otros organismos están diciendo que es seguro, que en Argentina desde 1930 se realiza actividad offshore y ponen como ejemplo pozos que se hicieron en Comodoro Rivadavia sobre la costa, a los cuales se podía acceder caminando cuando bajaba la marea. Contar eso como experiencia offshore, es una tomada de pelo. Dicen que hay 187 pozos perforados, de los cuales 36 están en producción. De esos 36, 35 están en la Cuenca Austral marina: frente a la costa de Tierra del Fuego y frente a las costas de Santa Cruz. Esos 35 están a una profundidad no mayor a cien metros. Hay un solo pozo en la cuenca de malvinas oeste a 500 metros de profundidad. Las concesiones que se dieron acá son para aguas ultra profundas: 1200 a 4000 metros de profundidad y no se pueden comparar con las experiencias en pozos de menos de 100 metros. El IAPG mostró una estrategia similar a cuando se hablaba de que se hacía fracking desde la década del ‘40. La fracturación en pozos no convencionales es una técnica muy diferente porque se trata de formaciones diferentes. Otros dato de la página de YPF dice que el 7 por ciento de los recursos están en aguas ultra profundas. Esta avanzada hacia las aguas ultraprofundas es comparable al fracking, con una cantidad de riesgos que se extreman por las características de la formación. De hecho, la exploración se tiene que hacer en verano porque las condiciones climáticas extremas en alta mar hacen que no se pueda operar en invierno.
Se está viendo lo que sucede en Brasil con el presal, uno de los principales reservorios de gas y petróleo que encontraron y también lo que está ocurriendo en la costa occidental de África, que son las mismas formaciones geológicas y una tendencia global de avanzar hacia el mar. Están yendo hacia los bordes, hacia los extremos, hacia los últimos reservorios de más compleja extracción de combustibles fósiles y nos dicen que a partir de esos combustibles fósiles vamos a hacer la transición. El gobierno de Alberto Fernández desde que asumió tuvo el #mendozazo, recientemente ha tenido el #chubutaguazo, pero siguen subestimando la movilización socioambiental en la Argentina y en el mundo, tratándonos de ignorantes, cuando esta matriz energética nos trajo a una crisis climática planetaria.
Equinor (estatal noruega) ha sido resistida por pescadores para evitar la explotación petrolera que afecte la pesca artesanal. Se trata de las mismas empresas que dicen estar comprometidas con el cambio climático. Es la tensión permanente entre el mundo que queremos construir y quienes se obstinan en seguir perpetuando este mundo en el que vivimos. Nos están diciendo que para salir del precipicio aceleremos el auto hacia el precipicio. Eso es lo incomprensible de este debate.
Otro argumento con el que intentan desautorizarnos es el que dice que las torres no se van a ver desde el mar porque están a 300 o 400 kilómetros. Prácticamente sostienen que si hubiera derrame se iría mar adentro, como si eso no fuera un problema. Tratan de reducir la discusión a una única campaña de exploración o a la perforación de un pozo y la discusión no pasa por ahí. Si encuentran hidrocarburos con valor comercial y técnicamente extraíble, se va a empezar a desplegar toda una infraestructura en torno a esa actividad. Brasil viene con este problema desde hace más tiempo con el presal. Se observa una transformación en toda la costa, porque la infraestructura de la actividad petrolera atraviesa los caladeros de pesca de las comunidades. Ahí hay un impacto sostenido, que se va profundizando en el tiempo y va impactando en economías que permiten que esas comunidades vivan, de alcance local o regional. Mucha de la gente de Mar del Plata vive de la pesca por ejemplo, por eso también hay una preocupación por las y los trabajadores de ese sector. Cuando en Argentina se hizo exploración en aguas poco profundas en el golfo San Jorge, tanto en el área de Chubut como de Santa Cruz, hubo oposición de la flota amarilla (pescadores artesanales). La oposición de las familias de los pescadores artesanales, después de haber sufrido represión generó la prohibición de realizar exploración sísmica en las aguas de la provincia de Santa Cruz. Entonces, hay antecedentes. Los mismos responsables de la situación socioeconómica que vivimos tratan de caricaturizarnos con que nos preocupan más las ballenas y los pingüinos que el hambre del pueblo. Si bien es cierto que ninguna de las fuentes que aparecen como sustitutos de los fósiles tienen el mismo rendimiento, no se dice que en la extracción de hidrocarburos se viene invirtiendo cada vez más energía para generar energía: para sacar un barril de petróleo cada vez se gasta más energía, cada vez rinde menos la energía que estamos sacando. No hablamos de un armagedon, pero sí de una explotación de alto riesgo que profundiza una matriz que nos está llevando a un colapso civilizatorio.
Las etapas de exploración pueden llevar entre ocho y trece años y se están hablando de concesiones de entre treinta y treinta y cinco años. Estamos hablando de un proceso de cincuenta años cuando a su vez tenemos treinta años al 2050 para reducir las emisiones. Nadie se va a poner a hacer una inversión multimillonaria como la que demandan este tipo de explotaciones para después dejar esos activos sumergidos. Se está planteando perpetuar la frontera petrolera por mucho más tiempo del límite que se plantea para las emisiones. Nos están diciendo: “tenemos esos hidrocarburos ahí sumergidos y se nos está yendo el negocio: hay que reventarlos ya”. La misma lógica que se tiene con Vaca Muerta.
Es cierto que la transición lleva años, no se trata de cerrar un grifo y hay un montón de dependencias de los combustibles fósiles que van más allá de lo meramente energético. Lo que nos están diciendo es que no piensan cumplir ninguno de los acuerdos que se vienen refrendando año a año. En todo caso, sí tienen miedo de que por la movilización popular y por la organización de los pueblos se ponga freno a la explotación de hidrocarburos y se impulse una diversificación de la matriz energética.
Rosario Escobar
Oriunda de Temperley, es profesora de física egresada de la UBA y doctora en el área de la didáctica de las ciencias naturales (UNICEN). Milita en la agrupación Docentes e Investigadores de Izquierda y forma parte de la redacción de ciencia y tecnología de La Izquierda Diario.