Esta vez te la cuentan los protagonistas. Una trabajadora del Ferrocarril, una obrera de Kraft-Mondelez, una estudiante secundaria y un estudiante de filosofía.
Viernes 25 de noviembre de 2016
Luchan todos los días en sus lugares de trabajo y estudio contra la violencia machista y por una sociedad sin opresión ni explotación. Así lo hicieron en los #NiunaMenos, codo a codo estudiantes y trabajadoras parando sus fábricas y las clases en sus lugares de estudio.
Hoy, regresan a las calles porque los une el grito contra la homolesbotransfobia, por el cupo laboral trans y trabajo genuino, y otras demandas de la diversidad sexual. Nos cuentan como se preparan para ir a la XXV marcha del orgullo este sábado.
Desde Kraft (ex Terrabusi), Lorena Gentile, dirigente de la Bordó y militante del PTS-Pan y Rosas nos cuenta brevemente el por qué marchar este sábado. Su fábrica peleó con históricos paros de efectivos y contratados y también para frenar la violencia de género en la fábricacuando una trabajadora fue acosada por un supervisor.
Yo marcho para seguir con la lucha del lado de los más oprimidos, contra la discriminación y los prejuicios homofóbicos, por la libertad sexual que es un punto clave que debe ser parte del combate diario que den los trabajadores y trabajadoras contra la explotación capitalista.
Para pelear por una verdadera igualdad hace falta destruir a este sistema y luchar por una sociedad verdaderamente libre sin explotación ni opresión.
Es trabajadora de Ferrobaires, integrante de La Naranja Ferroviaria y militante de Pan y Rosas.
¿Cómo ves trabajar en el ferrocarril donde hay minorías mujeres, como vivieron el Ni una Menos?
Maca: El ferrocarril es un ámbito bastante machista pero no por eso quiere decir que todas las mujeres que trabajen ahí, lo sean. Como se vio en el Ni una Menos y en el paro de mujeres no tengamos ni las fuerzas, ni las ganas, ni las ideas para enfrentar a todo ese machismo de parte a veces de sus jefes, de los del sindicato, de los usuarios. creo que hay muchas ganas de pelear contra eso, se vio en el paro, improvisado que se dio entre las laburantes del Roca y Ferrobaires en plaza constitución.
De hecho todo empezó cuando con compañeras de Pan y Rosas hicimos una muestra de fotos en la estación y entre charla y charla con las laburantes, se dió la necesidad de parar, y empezamos a organizarlo por abajo al no tener respuesta del sindicato (Unión Ferroviaria). Participamos en todas las movilizaciones, también estuvimos en el ENM y llevamos las demandas por el derecho al aborto, contra la violencia de género, por igualdad salarial, guarderías, licencia por violencia de género y un protocolo.
¿Se habla de la diversidad sexual dentro del trabajo?
Se intenta abrir el tema, entre nosotros si lo queremos impulsar desde La Naranja y Pan y Rosas, por ejemplo vamos a participar de la marcha del orgullo, y siempre levantamos todos los derechos por la diversidad sexual, porque justamente, si las mujeres estamos oprimidas acá ni hablar otros sectores LGBTI dentro del ferrocarril que están invisibilizados, son pocas las charlas que se dan en las cuales uno puede ver que piensa el otro.
Es muy complicado sincerarse uno mismo sobre su sexualidad y es lamentable, por eso nosotros queremos generar un espacio y ser referencia de que eso no tiene porque ser así y que tendría que hablarse abiertamente y poder luchar por las demandas que tiene el colectivo.
¿Qué opinas del cupo laboral trans?
Es elemental unir las demandas y que nosotros los trabajadores, trabajadoras tomemos en nuestras manos todas las demandas de la comunidad LGBT porque estamos relacionados y nos apoyamos mutuamente, de hecho nosotros somos también gays, lesbianas, trans.
Te doy un claro ejemplo de que esa lucha hay que unificarla y no nos es ajena, es que en la provincia de buenos aires, la gobernadora Vidal sacó este año el decreto 618 que impide asumir cargos públicos dentro de la provincia de Buenos Aires, que eso genera una restricción a al acceso al trabajo para las personas travestis y trans que estaban esperando con la ley de cupo acceder a sus puestos de trabajo.
Por eso esa ley de ajuste del estado y de restricción de trabajo es la que nos está
afectando ahora a los trabajadores de Ferrobaires. Por eso también esta política de ajuste nos afecta a ambos sectores.
¿Ustedes este 21 de febrero se presentan a elecciones?
Si, vamos a presentarnos con La Naranja, la lista de pan y rosas, vamos a ir a elecciones de seccionales, vamos a encabezar en la lista e ir por una secretaria de género para luchar por todas las demandas para que puedan organizarse las ferroviarias y la diversidad, esta serviría para que podamos salir a luchar, no solamente por las demandas del ferrocarril sino para luchar junto a otros trabajadores de afuera, y dar una pelea más organizada contra el machismo y los patrones dentro y fuera del ferrocarril.
Magui tiene 16 años, es estudiante del Pellegrini, referente de la Juventud del PTS y Pan y Rosas, integrante del movimiento “No vamo a calmarno”.
¿En el Pellegrini tuvieron diferentes casos de violencia, como reaccionaron los estudiantes?
Magui: Primero, hicimos la comisión de género, formamos parte. Este año se puso en pie por unos casos de abusos, por ejemplo, el caso del rector Mastrogiovanni que movilizó a todo el colegio y lo separaron del cargo. Hace poco hubo un caso parecido de un profesor que quiso darle un beso a la fuerza a una compañera y estalló todo: hicimos cortes, pintadas, marchas al consejo superior hasta que tomamos el colegio durante doce días, y logramos que lo pasen a tareas administrativas sin contacto con alumnos.
Teniendo estas experiencias se empezaron a cuestionar otras normas. ¿Cómo los códigos de vestimenta, los secundarios fueron los creadores de los pollerazos, empezó a haber más sensibilidad en cuanto a género?
Si, dentro de los lugares de estudio hay mucha sensibilidad en este último tiempo. No solo en el Pellegrini sino en otros secundarios. El primer pollerazo fue del Normal 1, que fueron todos los pibes y pibas vestidos con pollera, hicieron una sentada y ahí empezó el “boom del pollerazo” y se empezó a hacer en el país y en otros países como Chile, Brasil.
Incluso empezaron a haber otros ejemplos de preceptores y rectores que cuestionábamos porque nos criticaban porque teníamos la pollera corta. Y a partir de esto generamos un movimiento que se llama “no vamo´ a calmarno´, vamo´ a organizarno´” que creamos festivales, muchas comisiones de género que peleamos por estas demandas contra la violencia machista, contra los códigos de vestimenta, por la ley de educación sexual integral que hoy en día no existe en ningún colegio siendo que hay una ley hace diez años y no se aplica también porque la iglesia católica sigue teniendo influencia en nuestra educación.
¿A partir de esto los chicos y las chicas empezaron a visibilizarse más en cuanto a su sexualidad?
Si, también, en los festivales poníamos consignas contra la heteronorma, por la diversidad sexual, y también hay muchos varones dentro de la comisión de género, que siendo parte de la comunidad lgbt o heterosexual, también forman parte de la comisión. Por ejemplo, en el #NiunaMenos, paramos, cortamos las calles y hubieron cientos de pibes y pibas que después marcharon, fuimos mil ese día, la mitad del colegio. El #Niunamenos marcó toda una sensibilidad porque no queremos dejar pasar los femicidios, hoy en día el tema de género es una sensibilidad sufrida en estudiantes, mujeres, jóvenes sino también en muchos sectores de trabajadores.
¿Cómo se preparan para la marcha del orgullo? Que demandas llevas los secundarios?
Por ley de educación sexual integral, contra el autoritarismo en los colegios, poner en pie comisiones de género en todos los colegios, y también por un protocolo contra la violencia de género y asistencia psicológica para todo el que la necesite, que la estamos por conquistar en el Pellegrini. Pero no solo en el colegio sino en todo el país como el proyecto de Nicolás del Caño y Miriam Bregman a nivel nacional contra la violencia de género y exigimos financiamiento del estado para los refugios para mujeres.
Kobe Aguirre, es estudiante de filosofía. Es militante de la Juventud del PTS que dirige el Centro de Estudiantes de Filosofia y Letras de la UBA
¿Vos sos del CeFyl, como golpeó el fenómeno del #NiUnaMenos?
Kobe: Lo que paso con el Cefyl es que creamos una comisión de género y diversidad sexual este año, y desde acá se empezaron a organizar estudiantes independientes para marchar y parar en el paro de mujeres, el segundo Ni una Menos porque veíamos necesario sumarnos a parar como lo hicieron las compañeras aquí presentes y en el resto del país, contra la violencia machista, los femicidios y travesticidios.
Desde la comisión tuvimos iniciativas y campañas en la facultad, como campañas de fotos y videos por el aborto legal seguro y gratuito, por libertad para Belén, por la aplicación del protocolo de violencia de género, por cátedras con perspectiva de género en la facultad y la UBA, también por el cupo laboral trans. En todo esto cabe remarcar que pudimos llevar adelante estas campañas porque las y los estudiantes tomaron esta lucha en sus manos y siguen defendiendo un Cefyl con independencia política y que este en las calles junto a los trabajadores, la diversidad, mujeres y jóvenes.
¿El Cefyl va a la marcha del orgullo?
Si, vamos a ir a la marcha, estamos difundiéndola, haciendo invitaciones, pintamos banderas. Hicimos una campaña fuerte por el cupo laboral trans, no solo para acompañar la demanda a nivel nacional que es que lxs trans y travestis puedan tener acceso al trabajo, sino que tengan acceso a la educación. De hecho son muy escasos los casos de compañerxs que puedan ingresar a la universidad siendo que muchxs no terminaron siquiera la escuela. Y ni hablar de personas trans trabajando en la universidad. Ese es el caso de la igualdad formal, aunque hubo avances, no hay igualdad real. Por eso también marchamos, y para que cesen los travesticidios.