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DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES. #8M: el movimiento de mujeres vuelve a la calle en un mundo convulsionado

Cómo se preparan las movilizaciones para el Día Internacional de las Mujeres. Protestas, marchas y paros en un mundo atravesado por múltiples contradicciones.

Celeste Murillo

Celeste Murillo @rompe_teclas

Martes 26 de febrero de 2019 19:02

Foto/Enfoque Rojo

Foto/Enfoque Rojo

Muchas cosas han cambiado en el mundo que vio marchar, literalmente, millones de personas el último Día Internacional de las Mujeres. Huelgas, más o menos simbólicas, paros, protestas y asambleas reunieron en las principales ciudades a las que son mayoría entre quienes trabajan en condiciones precarias, cobran bajos salarios, viven por debajo de la línea pobreza y, en muchos lugares, son ciudadanas de segunda, privadas de derechos elementales como decidir sobre su cuerpo. Es el caso de Argentina, movilizada en 2018 como nunca antes por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito (que no fue ley cuando las instituciones le dieron la espalda a este reclamo masivo).

El avance de la derecha, a paso disparejo pero con múltiples expresiones en América y Europa, marca necesariamente la agenda de muchas movilizaciones porque los sectores conservadores pusieron a las mujeres y personas LGBT en el centro de sus ataques. Del presidente Jair Bolsonaro en Brasil (heredero del golpe institucional)hasta la formación de ultraderecha VOX en Andalucía, pasando por el discurso abiertamente misógino del presidente estadounidense Donald Trump, hicieron suyas banderas reaccionarias como luchar contra la “ideología de género” o retroceder en derechos conquistados con décadas de movilización.

A su vez, los planes de ajuste y austeridad de varios gobiernos recortan o eliminan programas de salud reproductiva, de lucha contra la violencia machista, entre otros. Esos recortes repercuten directamente en la vida de la mayoría de las mujeres, para quienes se multiplican las tareas de cuidados. En este contexto, se desarrollarán las movilizaciones del 8 de marzo de 2019.

Enfrentar a los poderosos, defender nuestros derechos

En varios países, como parte de los preparativos del 8 de marzo, están en debate las diferentes estrategias que atraviesan al feminismo y el movimiento de mujeres. La independencia política, la negativa a transformarse en pieza de cambio de los gobiernos, las presiones para “bajar la voz” de nuestros reclamos en tiempos electorales, están en discusión mientras las mujeres están en la primera fila de los choques con las derechas reaccionaria, los planes neoliberales y la injerencia de los gobiernos imperialistas -evidente en la ofensiva de Estados Unidos en Venezuela-, como sucede en Brasil, Argentina o México.

Francia y sus chalecos amarillos son uno de los símbolos de la resistencia contra los gobiernos, como el de Emmanuel Macron, que aplican planes de austeridad para que la mayoría de la población pague los costos de una maquinaria que solo garantiza las ganancias de los empresarios. Los actos de cada sábado, con protestas y respuesta violenta de la Policía son una inspiración (a veces llevada a las calles como en Bélgica) para quienes no se resignan. Las mujeres son, a pesar de la imagen que se reproduce en los medios de comunicación, protagonistas y su presencia en la movilización del 8M es parte de los debates y preparativos en París.

En Brasil, el ataque abierto de Bolsonaro contras las mujeres y las personas LGBT, la violencia estatal, encargando en el asesinato (aún impune) de Marielle Franco marcan a fuego las banderas del 8M, así como el rechazo a las reformas laboral y previsional. Si los resultados son catastróficos para toda la población, más lo es para las mujeres que estando sobrerrespresentadas entre los sectores más precarios y con salarios más bajo, especialmente las mujeres negras y jóvenes. Pao e Rosas participa en San Pablo, Río de Janeiro y las principales ciudades del país de asambleas y coordinaciones para este 8 de marzo.

En Chile, el movimiento de mujeres volverá a tomar las calles para protestar contra los planes neoliberales de uno de los modelos de la derecha regional. La movilización de este años se prepara contra los planes neoliberales del presidente Piñera y sus medidas represivas especialmente contra la juventud, la protagonistas de los movimientos sociales que hicieron temblar el escenario chileno los últimos años.

En el Estado español, una serie deencuentros estatales decidieron los contenidos y acciones del 8M. El rechazo a las políticas xenófobas tienen un lugar destacado junto a la convocatoria de la huelga. En 2018, varios sindicatos se sumaron a la convocatoria; este año, los sindicatos de la izquierda sindical reiteran su convocatoria a una huelga de 24 horas mientras que las dos grandes centrales sindicales solo convocan huelga durante 2 horas.Pan y Rosas defendió la necesidad de fortalecer la lucha conjunta del movimiento de mujeres, junto a los pensionistas, los migrantes y la clase trabajadora.

En México, las que se rebelan contra la explotación marcaron el inicio de 2019. La huelga de las trabajadoras y los trabajadores de las maquilas en Matamoros (Tamaulipas) por salarios dignos y mejores condiciones laborales. Con la impronta de esas trabajadoras, Pan y Rosas insiste en hacer efectivo el paro que se discute en la coordinadora de sindicalistas de la Unión Nacional de Trabajadores y la Nueva Central de Trabajadores. La precarización se encontrará entre los principales reclamos junto a las redes de trata y los femicidios, un flagelo cotidiano contra las mujeres y niñas mexicanas. Las principales movilizaciones que se esperan son Ciudad Juárez, Chihuahua, Guadalajara, Jalisco y en la Ciudad de México.

El movimiento de mujeres sigue siendo un actor político ineludible

Las protestas encendidas por la lucha contra la violencia machista y contra el acoso, por la igualdad de derechos (donde son negados y en defensa de aquellos que están bajo ataque) inundaron las calles de muchas ciudades del mundo. Así el feminismo y el movimiento de mujeres actúan, de varias formas, como un altavoz del descontento que existe con una sociedad en crisis económica y social hace años. Algo similar sucede cuando los partidos de la ultraderecha hacen bandera de la misoginia, la homofobia y la transfobia, En el machismo, la homofobia, la violencia contra las mujeres, las democracias muestran su peor rostro, y los recortes en programas sociales relacionados con derechos conquistados con la movilización (como salud reproductiva, aborto legal, lucha contra la violencia, entre otros) deja en evidencia la voluntad de los gobiernos, desde la derecha hasta los supuestos progresismos o variantes “menos malas”, de sacrificar todo lo que sea necesario para mantener los privilegios de una clase minoritaria que vive del trabajo de la mayoría, y se beneficia sin remordimientos de la opresión de millones de personas.

Desde la sorpresiva y masiva Women’s March en Estados Unidos en 2016, como “bienvenida” al presidente Trump, en muchas países potencia, el movimiento de mujeres que durante décadas se había mantenido fuera de las calles, vuelve a manifestarse y se mezcla con una nueva generación. Es el caso de Francia, donde existen múltiples debates sobre las mujeres de chalecos amarillos y cómo juegan las demandas de las mujeres en esos movimientos, expresado a veces en la idea de “pelear por el pan y por las rosas”, como esa foto de aquel chaleco “intervenido” por una Gilet Jaune, que circuló por el mundo.

En Alemania, por primera vez desde 1994 se prepara una “huelga de mujeres”. Como entonces, los reclamos más importantes son la defensa del derecho al aborto, bajo ataque nuevamente por parte de la derecha alemana y la desigualdad salarial que sigue vigente. Las luchas de las trabajadoras de la salud contra la precarización marcan la época donde la “agenda de las mujeres” es la de la mayoría de la clase trabajadora. Como en el Estado español y en Francia, el rechazo a las políticas racistas encabezará las manifestaciones. ¿Qué harán los sindicatos? Por ahora, se niegan a convocar cualquier medida, pero en los lugares de trabajo se empiezan a discutir varias formas de protesta.

En los encuentros nacionales para la preparación de la huelga de mujeres, Brot und Rosen (Pan y Rosas en alemán) insistió en diferentes instancias por la exigencia a los sindicatos, para que trabajadoras y trabajadores puedan participar de la huelga. Al mismo, tiempo impulsa en los colegios secundarios, como en la ciudad de Múnich, donde la juventud se moviliza contra las consecuencias del cambio climático, formas de unir las luchas donde las mujeres son protagonistas de diferentes formas.

Los reclamos que vuelven a la calle el 8M

El derecho al aborto legal sigue siendo en muchos países una de las principales banderas. En Argentina, a pesar de algunas maniobras iniciales para bajar el tono de este reclamo durante el año electoral (que cuestiona a los partidos divididos por esta demanda y atravesados por sus relaciones con la Iglesia católica, con excepción del Frente de Izquierda), el aborto legal volverá a las calles el 8M.

En países como Bolivia, Uruguay y Costa Rica, el 8 de marzo será una oportunidad para demostrar la vigencia de los reclamos del movimiento de mujeres. En Bolivia, se preparan dos acciones centrales: en la ciudad de El Alto y en la ciudad de La Paz. Las reivindicaciones que encabezarán las marchas se concentran en los derechos de las mujeres trabajadoras e indígenas y la lucha contra la violencia machista y patriarcal. En Uruguay funciona hace algunas semanas, la Coordinadora de Feminismos del Uruguay así como también Asambleas de Mujeres Lesbianas y Trans, que se prepara para una gran manifestación y discute cómo hacer efectivo el paro, porque en años anteriores aunque la central PIT-CNT convocó al paro de 24 horas solo organizó paros parciales en algunos lugares. En Costa Rica, se prepara una movilización cruzada por los ataques de los legisladores de la derecha evangélica y los intentos del oficialismo “progresista” de que no crezca el reclamo por aborto legal, seguro y gratuito. El Foro del Aborto, una instancia de debate y organización de la Universidad de Costa Rica (donde participa Pan y Rosas), propone conformar un bloque independiente para que esta demanda vuelva a las calles de San José este 8M.

En estos países, Pan y Rosas también insistió, además de exigir a las centrales sindicales e indígenas una convocatoria unificada, en mantener la independencia política del movimiento, como la única garantía de que nuestros derechos no se transformen en una pieza de cambio entre los partidos de los capitalistas, que ya mostraron hasta el hartazgo que poco les interesa la vida de la mayoría de las mujeres.


Celeste Murillo

Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.

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