×
×
Red Internacional
lid bot

Tribuna Abierta. Absolución para Danilo Castro y fin del encubrimiento a los asesinos de Marcos Mendoza

Mi hermano está preso desde 2021 acusado de un crimen que no cometió. La familia del joven de 19 años asesinado en una entradera no conoce la verdad. La causa armada contra Danilo llega a juicio, sin pruebas y con múltiples irregularidades en la “investigación” previa. El 9 de abril nos movilizamos a los Tribunales de Quilmes. Basta de causas armadas contra pibes inocentes.

Jueves 4 de abril 12:05

Danilo Castro

Danilo Castro

Escuchá esta nota

Soy Claudio Castro, tengo 43 años y soy hermano de Danilo, de 41. En 2014, junto a Matías Serón, fuimos acusados de un crimen que no cometimos. Estuvimos procesados (con todo lo que eso significa) hasta 2017, cuando finalmente el Tribunal Oral en los Criminal 6 de Lomas de Zamora, en un juicio de una hora y media de duración, nos absolvió. El Poder Judicial dejó en evidencia que fuimos víctimas de una causa armada para encubrir a los verdaderos culpables de aquel crimen.

Mi caso no es el único. Por eso desde hace años decidí organizarme y luchar por todas las víctimas de causas armadas por el Estado, a través de sus policías, jueces y fiscales. Junto a otras compañeras y compañeros integramos la Coordinadora contra la Impunidad Policial. Hoy, uno de los casos por los que luchamos es el de Danilo, a quien en 2021 le armaron otra causa por un delito sumamente grave.

Te puede interesar: Causas armadas en Argentina: una industria estatal que no para de crecer

La noche del 26 de febrero de ese año una pareja y su hija, todos de la comunidad boliviana, volvían a su casa luego de una jornada laboral. Llegando en su auto al domicilio de la localidad de Ezpeleta, Quilmes, fueron emboscados por tres hombres y una mujer. Cuando la familia bajó del auto, uno de los ladrones les apuntó con un arma. Mientras otros dos se metían en el garaje, un cuarto intentaba entrar a la casa.

Adentro estaba el otro hijo de la pareja, Marcos Mendoza. Al escuchar ruidos y gritos, el joven de 19 años salió a ver qué pasaba. Al ver que uno de los atacantes quería entrar, empezaron a forcejear cuerpo a cuerpo en la puerta. En ese momento el ladrón sacó un arma y disparó varias veces. Al ver que Marcos cayó, la banda emprendió la retirada corriendo. Al llegar a la esquina, se subieron a un Ford K gris. Cámaras de seguridad registraron la huida. Marcos murió producto de esos disparos.

En el hecho intervino personal de la Comisaría Sexta de Quilmes. Los primeros testimonios que recogió la Policía Bonaerense identificaron a cuatro personas. Sus domicilios fueron allanados, pero nunca fueron encontrados. Varios meses después, de forma muy sospechosa, esa comisaría fue apartada de la causa y fue reemplazada por la Segunda de Bernal.

Desde allí los policias Leonel Beruti y Diego Vicente, tomándose testimonio uno al otro, se encargaron de instalar la “pista” de que la mujer que huyó junto a sus tres cómplices en la trágica entradera era Rocío Ávalos, alias “Puki”. A su vez inventaron una novela de relaciones en la que mi hermano Danilo fue mencionado como su pareja. Sin pruebas, en junio de 2021 ambos fueron detenidos.

Los llevaron a una rueda de reconocimiento, realizada de forma totalmente irregular. Tan es así que esa “prueba” fue impugnada y se resolverá en el juicio su validez legal. Danilo era el único esposado del grupo seleccionado para el reconocimiento y sólo a él le habían hecho sacar los cordones de sus zapatillas. A Rocío nadie pudo reconocerla, pero a Danilo lo “apuntaron” dos veces. Estos mismos testigos describieron al asesino como un muchacho de tez morena y con una cicatriz en la cara. Pero Danilo no tiene cicatriz alguna.

No hay otros elementos fácticos que justifiquen mantener detenidos a Danilo y a Rocío, lo que deja al descubierto la arbitrariedad de sus detenciones. Desde la defensa se ha pedido una prueba de ADN sobre el gorro de uno de los asesinos que quedó en el lugar del hecho, así como pericias sobre un proyectil. En ninguno de esos análisis se hallaron rastros de Danilo.

También se pidió una prueba antropométrica dinámica para cotejar el video en el que se ve a los asesinos con una filmación de Danilo. En el video se ve a tres personas corriendo normalmente. Ninguna podría ser mi hermano, ya que él tiene una renguera debido a que los huesos de uno de sus pies son cuatro centímetros más cortos que los del otro. En su declaración para la causa, el especialista traumatólogo, doctor Ricardo Zambrano, indicó que es imposible que Danilo pueda correr con normalidad.

Danilo y Rocío no mataron ni robaron a nadie. El Poder Judicial ni siquiera pudo demostrar que hayan estado en la zona de la entradera esa noche de febrero de 2021. Sin embargo, ambos llevan casi tres años presos. En el caso de mi hermano, esos años de vida arrancados por el Estado represor se suman a los ya pasados en la causa de 2014, en la que fuimos acusados falsamente de otro crimen.

Danilo y Rocío deben ser absueltos. Y el Poder Judicial, como el resto del Estado provincial, en lugar de perseguir y condenar a personas inocentes debe explicarle a la familia de Marcos Mendoza qué pasó aquella noche, quiénes fueron los verdaderos culpables y cuál será el castigo que les dará.

Entre el 15 y el 19 de abril, tras una larga espera, finalmente el Tribunal Oral y Criminal 2 de Quilmes juzgará a Danilo y a Rocío, los únicos imputados por el homicidio de Marcos Mendoza. Nuestra familia estará allí, como lo hemos estado en todo este tiempo, exigiendo su absolución y libertad inmediata, así como el fin de todas las causas armadas contra jóvenes inocentes.

Una semana antes, el martes 9, llevaremos la misma exigencia a las puertas del TOC 2, para dar un mensaje claro a días de comenzar el juicio. Invitamos a todas las organizaciones de base, movimientos barriales y compañeros a movilizarse junto a nosotros. La absolución de Danilo y Rocío será un paso más en esta lucha por desenmascarar al Estado que arma causas para criminalizar aún más a los pibes de los barrios. La verdad está de nuestro lado.