Con una semana que cerró con record de contagios en la provincia los hospitales cordobeses encienden la alarma. Denuncian aumento de ocupación de camas críticas, horas de espera para ser testeados y falta de personal que se agrava cada vez más.
Domingo 16 de mayo de 2021 22:59
Un nuevo récord de contagios marca el ritmo acelerado que la pandemia empieza a tener en la provincia de Córdoba. El sistema sanitario se empieza a tensar cada vez más ante la demanda. Los trabajadores de la salud llevan meses denunciando la situación crítica en la que se trabaja: precarización, pluriempleo, faltante de insumos, de personal capacitado.
Mientras el gobierno sale en los medios anunciando estrategias que son solo una fachada, porque cómo dice María, trabajadora del Hospital Ferreyra: “si realmente hubiera más testeo y seguimiento de casos la situación sería otra”
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El Ferreyra es el hospital de referencia para APROSS, la obra social de la provincia que a su vez tiene la mayor cantidad de afiliados. Allí Martín, que es paciente de riesgo por patologías previas lleva horas esperando para hisoparse. “No hay más camas en el Ferreyra” relata. “Esto no sale en ningún medio. Evidentemente Schiaretti no quiere que se sepa. Me acaban de decir que deberían dejarme internado para seguirme pero no hay más camas. Lo mismo a una señora que estaba esperando, le dijeron que se vaya a Alta Gracia”.
Desde los hospitales de Córdoba la situación que refleja el personal sanitario dista mucho de la que buscan presentar desde el gobierno. Personal del Rawson, Florencio Díaz y San Roque, por solo nombrar a algunos viene denunciando que es cada vez más difícil conseguir cama para derivar pacientes que hacen complicaciones. La realidad no es distinta en el sector privado. “La situación se complejiza día a día si se tiene en cuenta que además la temporada estival siempre implica aumentar la tensión en un sistema sanitario cada vez más golpeado”, menciona Cecilia, enfermera del Rawson. “Si un paciente hace una complicación en cuidados intermedios no tenemos donde mandarlo” continúa.
Una cuestión clave que denuncia el personal hospitalario es que la campaña mediática que lanzó el gobierno para anunciar que sumaron 400 nuevas camas se topa con el límite concreto de la falta de personal que maneja esas camas, por lo que en los hechos terminan siendo camas vacías como sucede en el Hospital Modular ubicado en el Polo Sanitario.
Cabe recordar que semanas atrás el gobierno despidió a más de 100 trabajadores de la salud y que luego de varias jornadas de lucha se logró reincorporar solo a 60 del total. “Aun así, si lográramos la reincorporación de todos, no damos abasto, nos falta gente en todos lados, además no nos capacitan lo suficiente, todo recae en nuestras manos y tenemos que hacer malabares” dice Ameli, que es enfermera en la provincia.
La situación en el interior se agrava, porque allí solo hay alta complejidad en las ciudades cabeceras como Rio Cuarto, Villa María o Villa Dolores. Las camas son pocas. “En Villa dolores ya no damos abasto, no podemos derivar a Córdoba porque no hay camas, esto que pasa acá se repite en todo el interior y se va a agravar en la medida en que no podamos derivar. El gobierno no se cansa de poner en riesgo a la gente, y de ponernos en riesgo a nosotros” dice Diego, trabajador de la salud de San Javier.
Tal y como reflejan desde distintos hospitales, la realidad que muestran las y los trabajadores desde los hospitales dista mucho de la que quiere presentar el gobierno ante los medios. En este marco, es que se vuelve fundamental no solo sacarla a la luz, sino empezar a organizarse entre trabajadores y usuarios para exigir una política sanitaria a la altura de las circunstancias.