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Más cipayismo. Alberto en la ONU: agradeció a los estados el apoyo a su plan de ajuste para pagar al FMI

El presidente Alberto Fernández brindó un discurso en la 77 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se celebra en Nueva York.

Juana Galarraga

Juana Galarraga @Juana_Galarraga

Martes 20 de septiembre de 2022 19:41

Imagen: Captura del pantalla de la transmisión oficial del discurso de Alberto Fernández ante la ONU

Imagen: Captura del pantalla de la transmisión oficial del discurso de Alberto Fernández ante la ONU

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El presidente Alberto Fernández brindó un discurso en la 77 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que se celebra en Nueva York.

Esta fue la primera vez que el presidente habló de forma presencial ante el foro.

Allí, entre otros temas, se refirió a la deuda con el Fondo Monetario Internacional: “las naciones endeudadas padecen más las consecuencias del sistema establecido. Por eso quiero dar gracias a todos los estados que nos apoyaron y que nos apoyan en el complejo proceso de renegociación de nuestra deuda externa, ese endeudamiento que mi gobierno no generó pero que afronta con toda seriedad”.

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Vale recordar que Alberto aseguró en campaña que iba a investigar la estafa macrista con la deuda externa y que iba a denunciar en la justicia a los responsables. Sin embargo, empezó a pagar ni bien asumió, luego renegoció la deuda con los especuladores privados y el FMI, y aplica un fuerte ajuste que recae sobre los sectores más vulnerables.

Fernández viene de gira por Estados Unidos y este lunes se reunió con Kristalina Georgieva, la titular del FMI, quien volvió a festejar el ajuste que el Frente de Todos lleva a cabo en Argentina. Allí ratificó el visto bueno del organismo y del imperialismo yanqui para su plan de ajuste.

La semana pasada fue el ministro de Economía, Sergio Massa, quien estuvo en el país imperialista, para seguir negociando el pago de la fraudulenta deuda externa, a costa de la entrega de los recursos naturales en negocios extractivistas y del ajuste que empeora cada vez más las condiciones de vida de la clase trabajadora y el pueblo pobre.

Sobre el intento de magnicidio

Al referirse al intento de magnicidio contra Cristina Fernández, el presidente pidió un "rechazo global" a los "discursos extremistas y violentos" que buscan "erosionar" a las sociedades y a la democracia y agradeció la "solidaridad que Argentina ha recibido del mundo entero".

Fernández señaló que "muchas veces en la historia los magnicidios han sido prólogos de grandes tragedias" y "pueblos enteros sucumbieron detrás de esos profetas del odio".

"Estoy seguro de que la violencia fascista que se disfraza de republicanismo no conseguirá cambiar ese amplio consenso al que adhiere la inmensa mayoría de la sociedad argentina", apostó.

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El mandatario consideró que, "aprovechando la desazón que generó la pandemia y los efectos económicos de la guerra, los discursos extremistas y violentos proliferaron y encontraron tierra fértil para sembrar el sentimiento antipolítico en nuestras sociedades".

El presidente le echa la culpa del avance de sectores fascistas a hechos como la pandemia y la guerra, como si él no tuviera ninguna responsabilidad como gobernante del país. Lo que genera un sentimiento antipolítico y un profundo descontento en amplias franjas de la población, son las decisiones políticas de los gobiernos capitalistas. Tanto en las grandes potencias imperialistas, como en países atrasados y dependientes como Argentina, administran la crisis para salvar las ganancias de las empresas y los privilegios de los poderosos, en detrimento de las condiciones de vida de las mayorías populares.

Lo que provoca bronca y rechazo hacia la dirigencia política tradicional, es el ajuste que se perpetúa desde el macrismo y que el gobierno de Alberto Fernández profundizó a pesar de la pandemia y a pesar de la guerra. De hecho una de las principales medidas de ajuste que tomó fue el cambio de la fórmula de movilidad que perjudicó a jubilados y jubiladas antes de que empiece la pandemia. Actualmente los haberes pierden contra la inflación.

Las promesas incumplidas de campaña alimentan el descontento que las derechas más radicalizadas intentan capitalizar. Alberto no puede negar que prometió llenar la heladera e hizo todo lo contrario. El ex presidente Mauricio Macri, por otra parte, pasó de asumir en 2015 prometiendo pobreza cero, a decir ahora, de cara al 2023, que el liderazgo político tiene que bancarse las consecuencias de aplicar el ajuste, aunque eso implique represión y muertos en la calle.

El presidente aprovechó a hablar de una defensa de la democracia en general y a fustigar el rechazo a los discursos de odio, equiparando a la derecha extrema y a la izquierda extrema. Así lo dijo en un discurso previo a hablar ante la ONU, durante su exposición en la Universidad The New School, también en Nueva York.

¿A qué izquierda se refiere? ¿A la que enfrenta en las calles el ajuste que lleva a cabo el Frente de Todos con la complicidad de la derecha al servicio del FMI? ¿A la que denuncia también en el Congreso los ataques que los partidos tradicionales se preparan para profundizar con un nuevo Presupuesto cocinado en Estados Unidos? ¿Se refiere a las organizaciones de desocupados y desocupadas que se movilizan desde hace tiempo contra el hambre y exigiendo trabajo genuino?

Los partidos trotskistas que conforman el Frente de Izquierda Unidad (FITU), fueron la primera fuerza política en salir a repudiar enérgicamente el atentado contra la vicepresidenta y exigir su esclarecimiento. La comparación con la derecha por parte del oficialismo fue criticada recientemente por la diputada del PTS en el FITU, Myriam Bregman, en el Congreso. No es casual querer ubicar a la izquierda que enfrenta el ajuste del mismo lado donde el gobierno ubica a “los violentos”. Vale recordar que antes del atentado, el principal blanco de una campaña estigmatizante y criminalizadora por parte de los partidos patronales como el peronismo y el macrismo, eran las organizaciones de desocupados y desocupadas que salen a la calle porque hay hambre.

Sobre la democracia

El mandatario afirmó que el atentado ocurrido el 1° de septiembre "no sólo afectó la tranquilidad pública" y “buscó alterar una virtuosa construcción colectiva que el año entrante cumplirá cuatro décadas de vida". La democracia capitalista lleva casi cuatro décadas de continuidad, es cierto. Sin embargo, de virtuoso, este período no ha tenido nada. Al contrario. Ningún gobierno rompió con la espiral de endeudamiento y sometimiento del país al saqueo imperialista, a través del mecanismo de la deuda que la dictadura triplicó.

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Desde el fin de la dictadura, todos los gobiernos capitalistas llevaron la pobreza de un 4 % a más del 40 %. Como cuenta el sociólogo y dirigente del PTS, Christian Castillo, el trabajo no registrado afectaba a un 20 % de los asalariados en 1974 y la desocupación era del 2,7 % en los 70. A junio de 2022 la desocupación afecta a 1,5 millones (7 %) y el empleo no registrado aumentó a 36 %.

Sobre el ambiente y el desarrollo sostenible

Entre otros temas, Alberto se refirió a la necesidad de reducir las emisiones de carbono y responsabilizó a las potencias imperialistas por la mayor parte de las mismas. Como se sabe los países más pobres son los que más sufren las consecuencias del calentamiento global y son los menos responsables.

En otra incongruencia de su discurso, se refirió al rol que puede jugar Argentina con la producción de alimentos y energía en este contexto y atendiendo a los parámetros de un “desarrollo sostenible”. Mientras dice esto somete al país al saqueo imperialista que revienta los recursos naturales y enferma a la población con la megaminería que consume millones de litros de agua y contamina, el agropower que genera incendios y fumiga pueblos con glifosato cancerígeno, el fracking que también contamina millones de litros de agua y genera sismos.

Todo esto al servicio de generar dólares para pagar la deuda externa ilegal, ilegítima y fraudulenta.