Entrevista a Alejandro Olmos Gaona, pasado y presente de la deuda pública argentina. Su opinión de la reestructuración de deuda. El rol del FMI. El negocio de los grandes empresarios. Su apoyo a un impuesto a los millonarios como propone el Frente de Izquierda.
Sábado 16 de mayo de 2020 17:09
Alejandro Olmos Gaona es historiador y especialista en derecho internacional, una persona ineludible al momento de pensar el devenir de la deuda pública argentina, en el marco de las intensas negociaciones del ministro Guzmán con los acreedores financieros. Sus investigaciones sobre la deuda, continuidad de un trabajo iniciado por su padre, Alejandro Olmos, quien se especializó en la deuda contraída durante la dictadura, ponen a contraluz el pasado oscuro de una deuda odiosa que nuevamente se predisponen las autoridades de gobierno a pagar. Un destino que por distintos factores, Olmos Gaona, considera como algo casi inevitable. De nuestra parte, crear las condiciones para que un escenario de no pago de la deuda se concrete exige dar una pelea programática e ideológica apostando a que la clase trabajadora imprima su salida a la crisis y, a la vez, comience a resolver el problema histórico de la deuda que actúa como un mecanismo de dominación del capital financiero sobre el país.
¿Cómo ves la renegociación de la deuda que lleva adelante el ministro Guzmán?
Primero muy difícil, no es una negociación fácil. Y por otro lado, hay cosas que me llaman la atención y que tienen que ver con el secretismo, que es cultivado escrupulosamente por todos los gobiernos de Argentina, donde una cosa es la que trasciende y otra cosa es lo que se negocia en secreto. Y más allá de que la propuesta del ministro (Guzmán) ha sido una propuesta muy dura para los acreedores, porque ofrecerles bonos a una tasa casi igual a la que paga el Tesoro de los EEUU, que los ofrezca un país en una crisis tremenda como la Argentina, es directamente algo inaceptable.
Ahora bien, me llama la atención que, primero, esa posición de “esto es el 8 y no pasa más nada”, se pasó a “y bueno vamos a extender el plazo”. Un poco no sé si se acuerdan lo que pasó con Kicillof que no iba a pagar los U$S 250 millones y terminó pagándolos. Bueno, “vamos a extender el plazo” … y si vos extendés el plazo nada más y no negocias reservadamente, si los acreedores no aceptaron el 8 de mayo, no van a aceptar ni el 15, ni el 20 ni el 22. Y lo que me llama la atención es que han empezado a subir los bonos en EEUU, el riesgo país bajó estrepitosamente, lo que quiere decir que esta propuesta que van a hacerle, supuestamente, los acreedores al gobierno, debe ser que deben estar considerando aceptarla… todavía no sabemos.
Pero primero es complicado. Segundo y una de las cosas que me llaman la atención es que esta propuesta significa que el que va a tener que “hacerse cargo del muerto” es el próximo gobierno, porque se va a empezar a pagar estos bonos, de acuerdo a la oferta, recién en diciembre de 2023.
Por otro lado, la Argentina no tiene capacidad de pago. Y si esta oferta, este planteo que se hizo fue antes de la pandemia, y después de la pandemia esto significa para la Argentina una catástrofe, además de para todo el mundo entero en este momento, donde toda la economía del mundo ha cambiado sustancialmente, ¿cómo es posible que eso no se haya cambiado y que se persista en lo mismo?
Es decir, yo no veo que esto pueda funcionar. Sí puede funcionar si los acreedores aceptan la propuesta con unos ajustes, pero la realidad es que el tema de la deuda desde que vino la democracia en diciembre del ´83 hasta hoy, nunca se solucionó… siempre es patear para adelante, siempre es refinanciar las deudas, siempre reestructurarlas… y, los responsables de la deuda, siempre quedan afuera, los que endeudaron al país siempre quedan afuera. Los delincuentes, llamados empresarios, que en 1982 estatizaron deudas privadas ficticias, también quedan afuera y nunca se les reclama nada. Tampoco se habla en estas renegociaciones de ver qué paso en el Banco Central en estos últimos cuatro años, donde se llegaron a emitir letras de liquides (famosas Leliq) por un billón doscientos cincuenta mil millones de pesos a tasas de interés del 85%.
Entonces, si aquí no se hace un replanteo general… y bueno, es más de lo mismo. Tenemos en este momento US$ 384.000 millones de deuda en la administración central, como hay una quita nada más de US$ 3.600 millones, quedaremos en “tres veinte, tres veintiuno”, pagaremos intereses menos de los pactados, pero no los que el gobierno quería y dentro de cuatro años estaremos, no sé si con un poco menos de deuda, pero la deuda seguirá generando intereses porque éste es el tema que cuesta que acepten: al acreedor no le interesa que el país pague el capital de la deuda, le interesa que permanentemente le pague intereses. Y yo me acuerdo, José Alfredo Martínez de Hoz, en 1984 en el Congreso de la Nación dijo una frase que es así “las deudas no se pagan nunca, lo que se paga son los intereses”. Y eso es lo que a la Argentina la mantiene condicionada en su economía desde hace décadas.
"... pero la realidad es que el tema de la deuda desde que vino la democracia en diciembre del ´83 hasta hoy, nunca se solucionó… siempre es patear para adelante..."
Justamente la propuesta que hace Guzmán a los acreedores, que creo ya quedó en el pasado por lo que vos acabas de explicar, tiene una quita muy pequeña, justamente en el capital, ¿no?
Claro, la quita mayor en los intereses, que me imagino que si hay una contrapropuesta va a ser ajustado, pero además hay otro tema que lo escribí yo en Ámbito Financiero, hace una semana y fue materia de un tuit de (Federico) Sturzenegger también, hablando sobre uno de los bonos: el bono de U$S 2.750 millones (famoso “bono de 100 años”), que una cláusula casi excepcional que se ponga en los bonos, una cláusula de aceleración, que ante un canje pueden pedir la totalidad del bono, más los intereses, durante 100 años! Es decir, eso significaría una suma realmente enorme, que de alguna manera significaría que la supuesta quita de intereses se reduciría notablemente. Claro que es una cláusula que se puede impugnar, que se puede discutir, en EEUU ya hay un fallo favorable a ese tipo de cláusulas, pero en definitiva, como siempre estamos sujetos a la legislación norteamericana. Porque en estos bonos nuevos que va a emitir el ministro Guzmán, nos volvemos a someter a los EEUU, nos volvemos a someter a la Corte de New York… es decir, es digamos, la estructura de siempre.
Y tengo que admitir que si el gobierno no hace eso, no va a haber canje de nada…en este momento ningún acreedor acepta un bono que no esté sometido a la jurisdicción de ellos. Es decir, si aquí nadie hace nada por cambiar el sistema financiero, sino se discuten estas cosas globalmente, la Argentina va a seguir esclava de la deuda durante décadas. Es decir, habrá mejoras, quitas… como en el canje de 2010 donde la deuda bajo un poquito… un poquito, no el 70% como dicen los kirchneristas. Pero no, la deuda sigue gravitando, y así como últimamente pagamos U$S 20.000 millones anuales y antes pagábamos U$S10.000… y seguiremos pagando.
Si se logrará investigar la deuda, ¿Qué aspectos se deberían tener en cuenta? Es decir, para vos ¿por dónde se debería empezar a investigar?
Mirá, primero que ya hay una parte investigada en las justicia federal, hay una enorme investigación, la que inició mi padre en 1982 y que yo continué en el 2001, es decir hay una enorme cantidad de pruebas. Primero, esas pruebas determinan que la deuda de hoy es consecuencia de la deuda original de la dictadura sin ninguna duda. Excepto algún préstamo puntual del Banco Mundial y del BID para algún proyecto de inversión, siempre ha habido una refinanciación permanente de obligaciones viejas, por un lado.
Por otro lado, establecer las responsabilidades que insistentemente viene pidiendo el ministerio público fiscal, que interviene en la causa de la deuda, para que la procuración del tesoro haga lo no que ha hecho nunca, para ver quiénes son los funcionarios que intervinieron en esto.
En tercer lugar hacer una auditoria amplia de lo que fue la deuda privada, auditoria que inició Alfonsín en 1984 y que determinó que Grinspun se tuviera que ir un año después, porque esto demostraba los fraudes de los grandes empresarios de la República Argentina… que no estatizaron deuda legítima y que bueno, el Estado se hizo cargo para evitar que las empresas se fueran a la quiebra… crearon deudas probadamente ficticias, como demostró esa precaria auditoria, y llamar a estos señores y decirles: “señores, esto es lo que la Argentina tuvo que pagar durante décadas”… y no estoy hablando de moneditas, en 1983 la deuda privada transferida al Estado, era nada menos que de U$S 18.000 millones, que a cifras de hoy excede largamente los U$S 60.000 millones.
Es decir, un montón de cosas, que por supuesto este gobierno no va a hacer, porque aquí enfrentar a los grandes defraudadores de la nación, nadie se atreve. Y más allá de un montón de cosas que uno le puede imputar al presidente Correa (Ecuador) por cosas que tendría que haber hecho y no hizo, tuvo el valor de que fue el único presidente latinoamericano, el único, que se atrevió a investigar la deuda, y mostrar todo el proceso de saqueo que había sufrido su país durante décadas.
Por otro lado, otra de las cosas increíbles, es que se haya pedido una prórroga con la deuda del Club de París. Porque la deuda con el Club de París que arregló Kicillof en el 2014 es una deuda que el 60% fue de la dictadura por compra de armamentos. Siempre me llamó la atención, yo se lo plantee a Néstor Kirchner hace mucho tiempo, cómo es posible que se haga una campaña de derechos humanos para que se mande a la cárcel a los que fueron autores de asesinatos, desapariciones y torturas… y se cumplan escrupulosamente, con los compromisos emitidos por la dictadura en base de endeudamiento. Cómo es posible que se cumpla escrupulosamente con una deuda que en un 60%, y no porque lo diga Alejandro Olmos, sino los auditores que intervinieron en la investigación de mi padre lo probaron categóricamente.
Si nosotros seguimos con las parcialidades y los arreglos coyunturales… y bueno, solucionaremos algunos problemitas, los grandes empresarios que están aterrorizados de que entremos en default, para seguir haciendo negocios, seguirán con lo suyo… y bueno, el tema de la deuda dentro de cuatro años seguiremos con lo mismo.
Yo me acuerdo, y discúlpenme que sea largo, que en 1992 cuando se hizo la reestructuración del Plan Brady, la deuda en la Argentina era de U$S 62.000 millones, se reestructuraron U$S 32.000 y el ministro Cavallo dijo “el problema de la deuda en el año 2000 va a ser un lejano recuerdo para los argentinos, no va a existir más”. Esos U$S 62.000 millones en el ´92 se convirtieron en U$S 140.000 millones en 1999, previa liquidación de todas las empresas públicas.
...en materia de investigación de la deuda hay un montón de cosas, pero este gobierno no las va a hacer, porque aquí enfrentar a los grandes defraudadores de la nación, nadie se atreve.
Volviendo a los cambios en el mundo que vos decías, hay organismos como el FMI que sugieren suspender los pagos de la deuda durante la pandemia a aquellos países más pobres… ¿se puede decir que el FMI cambió, como decía el macrismo cuando tomo el crédito más grande de la historia del organismo en 2018?
Mira, primeramente, hay algo que me interesa aclarar, porque a veces equivocadamente…claro, las visiones sesgadas de la realidad trabajan sobre esto. Es que la deuda que dejó Mauricio Macri, no es sólo deuda de Mauricio Macri. Mauricio Macri no emitió un solo bono, ni se emitió una sola letra del tesoro que no hubiera estado autorizada por ambas cámaras del Congreso. Es decir, el Congreso de la Nación en todas sus variantes, desde el Frente para la Victoria pasando por el peronismo renovador, el federal… aprobaron el endeudamiento de los últimos cuatro años, con la excepción de los diputados de la izquierda y algunos otros diputados, porque por supuesto no consintieron eso. El macrismo no tenía mayoría, en consecuencia,esa dirigencia política con representación parlamentaria debería hacerse cargo de la deuda que nos dejaron, por un lado.
Por el otro lado, el Fondo no cambio, es decir, yo no sé si las maneras de Kristalina Giorgieva serán distintas a las de Christine Lagarde, oportunamente a las de Dominique Strauss Khan en su momento, o a las de Anne Krueger; es decir lo que sí sé, es que todo esto que dice que la deuda no es sostenible, de que habría que reducir la deuda argentina en U$S 85.000 millones son palabritas, y tan palabritas, que primero, el fondo no va a quitarle un peso de la deuda que la Argentina tiene con el Fondo, la Argentina pagó la semana pasada U$S 327 millones de intereses al fondo.
Es decir que el fondo sigue cobrando a pesar de la difícil situación argentina, y no le importa los problemas que tenemos. Y me llama la atención que el gobierno haya pagado eso, cuando en este momento se necesita eso para cosas mucho más gravitantes.
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Y hay otro tema que también tiene que ver con la dirigencia política, y es que los dirigentes políticos, nunca quisieron cambiar el Art. 60 de la Ley de Administración Financiera, que le permitió al gobierno de Macri hacer el contrato con el fondo, sin pasar por el Congreso. Y digo esto, porque yo durante diez años, siendo asesor en diputados y después en el senado, preparé varios proyectos que después nunca se quisieron tratar.
Y a esto habría que agregar que los países que integran el FMI no han querido nunca cambiar la estructura del fondo, y no han querido cambiar una estructura, que es muy peligrosa, ¿y por qué digo que es peligrosa? Porque el fondo monetario tiene inmunidades totales para cualquier acción legal de cualquier naturaleza que cualquier país quisiera hacerle. Tiene inmunidad el fondo, tiene inmunidad sus archivos, tienen inmunidad sus directores, sus gobernadores, sus funcionarios y no puede ser demandado ni aún en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Lo que es realmente una enormidad. ¿Cómo es posible que una institución tenga más inmunidad que un país soberano? Y esas inmunidades, que se las dio el fondo, en su carta constitutiva, en sus reglamentaciones, en toda la estructura legal que tiene, fueron ratificadas por la Convención de Inmunidades y Privilegios de las Naciones Unidas. Es decir que la cobertura del Fondo es total para cualquiera de los desastres que ha hecho en Argentina y en otros países. Si eso no se cambia, y nosotros seguimos negociando con el fondo, y seguimos siendo miembros del fondo porque el mensaje subliminar es “no podemos hacer otra cosa…” y bueno, seguiremos sufriendo las mismas consecuencias.
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Este marco, de supuestos pedidos de suspensiones de pagos de los países pobres… ¿no sería conveniente para Argentina, aprovechar este contexto, plantear un desconocimiento soberano de la deuda?
Yo he tenido muchas discusiones con este tema… eso lo podría plantear un gobierno de tipo revolucionario o de un gobierno dispuesto a patear el tablero, cosa que el actual gobierno no va a hacer. Este gobierno se maneja con mucha prudencia para tratar de no enojarse con nadie, inclusive, fíjate, en este bono que se va a emitir de acuerdo a los prospectos que he visto, se dice que esto está sujeto a numerosas incertidumbres, que las condiciones del mercado y otros factores sobre los que Argentina no tiene control ni puede modificar, siempre estamos pendiente de lo que pueda pasar en otras partes…y claro, si tenemos un Banco Central casi quebrado, con U$S 40.000 millones de reservas y U$S90.000 millones de deuda, indudablemente Argentina no tiene espalda para “sola”, hacer esto. Ni ahora ni nunca. En otro momento quizás teníamos una estructura mucho más sólida y podríamos haber hecho esto. En este momento, si Argentina lo hace, yo te diría que es absolutamente imposible que pudiera sobrevivir, no solo nos operarían los fondos buitres, sino los grandes bancos y todo. Por eso se está viendo de cómo se arregla.
Lamentablemente habría modos de cuestionar esto, inclusive habría algunas cosas del Fondo Monetario Internacional que podría llevarnos a tribunales internacionales, hay un montón de recursos, pero esto tiene que hacerse a través de una acción sostenida, con el apoyo de otros países que no se va a dar, porque lamentablemente en el tema de la deuda, todos los países cumplen con sus contratos, ningún país cuestiona esto. Te estoy hablando aún de Cuba y Venezuela, que han acordado con el Fondo Monetario, han acordado con el Club de París, es decir, nadie discute la estructura financiera perversa que a nuestros países los someten, todos negocian, todos acuerdan, todos hablan para la tribuna y contra el imperialismo, pero cuando llega la hora de firmar los acuerdos…firman. Y claro, los acuerdos no los conoce nadie, conocen las palabritas de los organismos internacionales.
Esto es lo difícil, que acá hay una estructura que es difícil romper, y a un solo país le es extremadamente difícil hacerlo. Especialmente en la situación en la que se vive, dónde hay empresarios que están descerebrados por salir de la pandemia, hay empresarios que dicen que si vamos a un default va a ser una catástrofe, es decir hay un montón de cosas que conspiran para esto, y fundamentalmente, salvo excepciones, hay una dirigencia política que no sirve para nada. Y ¿por qué digo esto? Y me hago cargo… Cuando Guzmán fue a plantear su propuesta y habló muy moderadamente, y trato de explicar lo que dentro de su esquema podía plantear, sobre los 257 diputados fueron a escucharlo 133, que le hicieron preguntas… algunos. Es decir, la mitad de la Cámara de Diputados no le importó absolutamente nada de lo que fuera a decir el ministro, y por supuesto, si nos manejamos con esos criterios, qué podemos esperar que nos pueda pasar. Si el poder legislativo, que puede controlar, que puede cambiar, que puede impugnar, no se ocupa; el ministro Guzmán ¿qué va a hacer?
Por otro lado, seamos realistas, a Guzmán, del que yo tengo un muy buen concepto, aunque tengamos diferencias enormes, es un discípulo de Joseph Stiglitz, que en algunos lados parece que es el abanderado de la revolución, acaba de publicar un libro en defensa del capitalismo, diciendo que hay un capitalismo que hay que rescatar, que es bueno, que puede ser progresista, y eso es hablar de la cuadratura del círculo ¿no?, capitalismo progresista no existe.
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Es un arrepentido Stiglitz, después de su paso por el Banco Mundial, etc… Alejandro, para cerrar la entrevista, vos venías hablando del Congreso y de los empresarios que bueno, están siempre buscando sacar una nueva ventaja en cada situación, incluso en la pandemia y toda la situación que se ha derivado, ¿qué opinas del proyecto al impuesto a estas grandes empresas, fortunas, que presentó el Frente de Izquierda con Nicolás Del Caño y Romina Del Plá?
Aclaración: durante la entrevista, Alejandro Olmos Gaona, había recibido el proyecto de impuestos a los millonarios, grandes empresas, terratenientes y banqueros que presentaron los diputados, Nicolás Del Caño y Romina Del Plá en el Congreso. Ese mismo día, en la reapertura del Congreso, por un acuerdo entre Cambiemos y el bloque de diputados del Frente de Todos, no se trató el proyecto del FIT; mientras el proyecto de impuestos a los millonarios esbozado por diputados del gobierno sigue sin ver la luz.
Mira, no lo he visto al proyecto, me acaba de llegar, pero en principio yo te digo que estoy de acuerdo que esto tiene que funcionar. Y tiene que funcionar, porque en épocas de crisis…una de las cosas que ha habido acá, es que apenas surgió el famoso proyecto, que no lo conozco, de Heller y Máximo Kirchner, empezó una especie de revolución… que era imposible instalar el comunismo en la Argentina, que esto era confiscatorio, que esto sumaba a otros impuestos… y yo pensaba, estoy hablando del otro, éste no lo conozco, si habla de un impuesto a gente que tiene U$S 3 millones, ¿qué le hace U$S 30 mil que es el 1% que le van a sacar? Nada.
Ahora, el impuesto a las grandes fortunas, a estos señores que manejan el modelo económico, es algo que se hizo en Europa en momentos de crisis y tuvieron que gatillar escrupulosamente. Esto es una cuestión básica que hay que adoptar para tratar de salir adelante, yo acabo de recibir el proyecto de ustedes (Frente de Izquierda), lo único que pude ver es que es impuesto generaría U$S 13.000 / 14.000 millones, que por supuesto necesitamos vitalmente.
Entonces un proyecto que signifique gravar a los que tienen mucha plata, siempre tiene que ser bienvenido y fundamentalmente porque en otros países funcionó. Entonces, indudablemente es algo que hay que apoyar.
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Entrevistó: Gastón Remy.