Conversamos con Alina López Hernández sobre las recientes protestas en Santiago de Cuba y otras partes de la isla este domingo 18 de marzo y que han tenido continuidad en la ciudad de Bayamo (provincia de Granma). Alina es historiadora, marxista y una reconocida intelectual que ha escrito sobre distintos temas, ensayos, artículos, trabajos sobre la realidad en Cuba.
Martes 19 de marzo 11:20
El domingo centenares de personas salieron a protestar en Santiago de Cuba y otras provincias y ciudades del oriente de la Isla, que hizo recordar las manifestaciones del 11 de julio del 2021, llevando consignas básicas: “corriente y comida” y “tenemos hambre”. En Cuba el pueblo pasa las largas horas sino días sin luz eléctrica, poco abastecimiento de comida, problemas en los servicios esenciales, una situación que solo parece agravarse. La protestas tuvieron continuidad el lunes en algunos lugares, como Bayamo, una de las ciudades con más peso histórico, también en el oriente del país.
“En el día de hoy [domingo] se han producido protestas populares en diversos puntos de Cuba en las que se evidencia el desespero de la población ante los gravísimos problemas que han convertido su existencia cotidiana en una lucha sin esperanzas por la sobrevivencia. A la escasez crónica de víveres se le han sumado interminables horas de apagones, afectaciones en el sistema de transporte, además de que los ingresos por el trabajo son insuficientes para adquirir bienes y servicios de primera necesidad.” Así inicia su declaración el equipo del sitio CubaxCuba - Laboratorio de Pensamiento Cívico, del que Alina López es co-directora, ante las protestas en el oriente de Cuba.
¿Nos podrías contar que aconteció en las protestas en Santiago de Cuba este domingo?
Estas protestas fueron más pequeñas en extensión que las del 11 de julio [2021], pero no solo fueron en Santiago de Cuba, si bien estuvieron concentradas en la parte oriental del país. Desde el día antes, ya en Cacocum, provincia de Holguín, hubo protestas; en San Germán, de la misma provincia, también se dieron pequeños brotes. Pero las protestas más grandes estuvieron en Santiago de Cuba y también en la provincia de Granma, específicamente en Bayamo. Protestas en el poblado El Cobre, que es un lugar antológico para la nación cubana porque ahí está para los creyentes la ermita de la Virgen de la Caridad del Cobre, que es la patrona de Cuba. También algunos pequeños brotes aquí en la provincia de Matanza, en el poblado Santa Marta, al lado de la playa de Varadero; en la propia ciudad de Matanzas, en un lugar que se llama Los Mangos, que es un reparto bastante apartado, también se generaron brotes.
¿Qué demandas levantaban?
La gente pedía en diversas consignas que tenían hambre, pedían comida, pedían que no hubiera más cortes de electricidad y pedían libertad como consignas políticas, aunque el hambre es política, o sea, para mí todo era político. Como decía en mi columna de este lunes en el sitio CubaxCuba, desde el gobierno han sido irresponsables al permitir que el hambre, las necesidades y las frustradas aspiraciones de libertad se acumularan para hacer casi ingobernable un escenario sumamente conflictivo.
¿Ante estas nuevas manifestaciones, cómo reaccionó el gobierno?
El gobierno reaccionó diferente a los del 11 de julio. En un primer momento no hubo una represión frontal, pero se vio por las redes que han detenido personas, además han golpeado a manifestantes. Pero el gobierno ha mantenido la narrativa de que esto es algo auspiciado fuera de Cuba por Estados Unidos, es la justificación cobarde que siempre dan, que ellos tienen evidencias de que esto fue exportado, y sobre lo que no hay evidencia alguna. Lo decía en mi columna, el grupo de poder dejó de mirar hace tiempo hacia la ciudadanía. Por eso lo han "sorprendido" dos grandes estallidos sociales de los que no se siente culpable e intenta justificar a partir de factores externos. La gente simplemente está pasando hambre, necesidades extremas, y esto es lo normal que pase pues es un pueblo hambreado.
¿Las grandes necesidades, como el derecho a la comida, a servicios básicos es lo que está motorizando las protestas?
Fíjese lo que está pasando en el pequeño pueblo El Cobre, cerca de Santiago, donde detuvieron a algunas personas, y parte del pueblo se fue a pedirle a la policía que los dejen salir. Allí se da una situación emotiva, cuando una mujer le dice a la policía, “yo soy revolucionaria, yo fui fidelista, pero el pueblo tiene hambre”, y otro hombre les dice “este es un pueblo humilde, pero tenemos hambre”. Es una situación muy difícil.
Este lunes, desde el Parque La libertad de Matanzas, llamabas a la no represión y que “se respete el derecho a la manifestación”
Envié un mensaje al Gobierno de Cuba, que entienda la gravedad de lo que está ocurriendo en el país, que se responsabilice con lo que le toca que es una parte sustancial de la situación actual, y que evite por todos los medios de la represión a las personas que se están manifestando pacíficamente. Pues como te decía, se ve en algunos videos de las redes sociales que ha comenzado la represión, hay que evitarlo, hay que respetar el derecho a la manifestación pacífica, pero además, las plenas razones de las personas que han salido a mostrar inconformidad y a mostrar una postura política, porque no hay nada más político que el hambre, no tener que darle de comida a un hijo, eso es más político que cualquier otra cosa.
Esta vez las protestas se fueron sobre todo en el oriente de Cuba, ¿por qué crees que se produjeron en esa región?
Hay un drama social sobre todo de las zonas más apartadas, más preteridas del país, que siempre ha sido el Oriente. No sin razón, por allá comenzaron siempre los movimientos revolucionarios y las invasiones, siempre fueron las guerras de oriente a occidente, por esa misma razón.
¿Se veía venir un nuevo estallido?
Mi punto de vista es que era evidente que este estallido iba a ocurrir, que el Gobierno ha sido negligente en no escuchar, en no darle una lectura política a esta situación en Cuba. No se la dio en el 2021 y ha tratado de mantenerse por medio de la represión constante, tratando de acallar las voces de la ciudadanía desesperada, de la gente hambreada del pueblo de a pie. Yo creo que la opinión pública internacional tiene que atender lo que está pasando en Cuba.
Muy agradecidos Alina con dar cuenta del estado de la situación en estos días de las protestas en Cuba.
Desde La Izquierda Diario hemos planteado que la crisis económica y social en Cuba a consecuencia de distintas medidas de ajuste del gobierno, profundizan un rumbo procapitalista a la par de mantener una profunda desigualdad de la población. El desprestigio del sistema político en amplios sectores, alimentan un profundo descontento entre el pueblo cubano, principalmente en la juventud, por ello las nuevas expresiones de descontento de estos días muestran que la situación abierta en la isla, desde el estallido social del 11 de junio, está lejos de cerrarse.
La mayoría trabajadora de la población ya no soporta la degradación cotidiana de sus condiciones de vida, mientras sectores acomodados de la burocracia estatal y la emergente pequeño burguesía cubana logran tener más recursos y es evidente que sectores de la derecha cubana estadounidense, radicada en Miami, intentan ganar influencia en este fenómeno y darle una salida reaccionaria, política que hasta hoy ha fracasado. Al mismo tiempo, a pesar de los mecanismos de control, criminalización y represión del régimen cubano a su población, el descontento ha encontrado un lugar desde el cual expresarse.
En Cuba se vuelve cada vez más urgente que la movilización popular de un salto y se organice detrás de un programa propio de los trabajadores, revolucionario (opuesto al que promueven los proimperialistas de Miami) que exija fin al embargo imperialista, tema que calla la derecha cubano-estadounidense, al mismo tiempo que demande terminar con todos los privilegios de la burocracia y su derecho en la toma de decisiones para imponer una planificación democrática de la economía a favor del pueblo cubano.
Es fundamental que los trabajadores y trabajadoras de Cuba confíen en sus propias fuerzas y no cedan a los discursos restauracionistas que alienta la campaña imperialista desde el extranjero, que busca convencer de que la difícil situación que atraviesan se supere volviendo al capitalismo. La opción al autoritarismo de la burocracia no es el capitalismo sino el poder de los mismos trabajadores y trabajadoras, en la perspectiva de una planificación socialista desde abajo, apoyada en la autoorganización democrática real y de la clase trabajadora y el pueblo pobre en Cuba.