El Secretario General de la OEA (Organización de Estados Americanos) Luis Almagro vuelve a tener su papel en la avanzada golpista e injerencista liderada por Donald Trump contra Venezuela. Hace apenas cuatro años era el Canciller del gobierno frenteamplista de José Mujica, con la tutela de sus antiguos “compañeros” es que llegó a su actual cargo.
Sábado 26 de enero de 2019 10:26
Almagro junto al Secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo en la OEA.
Lo que a simple vista ha de parecer como una aberración inexplicable o singular como en el caso de Luis Almagro y su protagonismo agresivo a favor de la intervención imperialista en Venezuela, actuación que quedará para la historia, teniendo en cuenta que originalmente surgió de los recientes gobiernos “progresistas” sudamericanos. Es lo que hace que valga la pena escudriñar en su trayectoria para comprobar qué tan radical fue ese supuesto viraje del actual Secretario de la OEA.
Y es que los padres de la criatura además de tenerlo como Canciller durante todo el gobierno de José Pepe Mujica (2010-2015) fueron uno de los padrinos que ayudaron a que el Canciller se transformara en Secretario. El propio Mujica lo reconoció en carta pública cuando rompió relaciones con Almagro, pocos años después, reconociendo que fue él mismo el que auspició su candidatura y ganó varios votos importantes, entre ellos los de los gobiernos progresistas. Como resultado Almagro resultó electo por primera vez por 33 votos en 34.
Te puede interesar: Con Trump y el imperialismo no hay salida para los trabajadores y el pueblo venezolano
Te puede interesar: Con Trump y el imperialismo no hay salida para los trabajadores y el pueblo venezolano
En estos momentos Almagro continua con su papel cipayo codo a codo con los altos funcionarios del gobierno de Trump para imponer un golpe en Venezuela, impulsando una resolución que finalmente no fue aprobada para que la OEA reconozca a Guaidó como presidente y en general reforzando la presión desde el organismo así como coordinando con el llamado grupo de Lima.
El Canciller “progresista”
De orígenes en el Partido Nacional, Almagro fue uno más de los funcionarios y cuadros políticos reciclados con el advenimiento del Frente Amplio a su primer gobierno en 2005. Venía de ser funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores del segundo gobierno colorado de Julio María Sanguinetti que gobernaba en coalición “rosada” con el Partido Nacional razón por la cual se ganó su puesto en ese gobierno.
Almagro como Canciller progresista
Entró al FA a través de su integración al MPP de José Mujica el cual al ganar la presidencia lo designó como Canciller durante todo su periodo de gobierno. Durante su gestión lideró una política exterior uruguaya alineada con las posiciones de Estados Unidos y el imperialismo, participando de las tropas de ocupación en Haití, el desmantelamiento de las FARC en Colombia o la simpatía con los avances en la restauración capitalista en Cuba. Al finalizar su cargo se desarrolló el padrinazgo de Mujica para promoverlo al frente de la OEA.
El Secretario cipayo
Durante su cargo en la OEA se destacó por su marcado cipayismo con la política exterior norteamericana, en especial en torno a la situación venezolana.
Hipócritamente el FA empezó el divorcio luego de los hechos consumados, el cual terminó en la reciente expulsión de Almagro de dicha fuerza política, lo cual no impidió que antes de eso en el 2017 estuvieran codo a codo junto al gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez en un entrecruce de declaraciones y acusaciones con el gobierno de Venezuela, en el mismo periodo en que el Secretario de la OEA coordinaba con EEUU la aplicación de la “Carta Democrática” del organismo al gobierno venezolano.
Te puede interesar: La crisis política sigue escalando en Venezuela mientras crece la injerencia imperialista
Te puede interesar: La crisis política sigue escalando en Venezuela mientras crece la injerencia imperialista
Si bien los individuos son la expresión de movimientos de fuerzas históricas, sociales y de poder en la historia, la personalidad de cada uno juega su rol para cumplir su papel en el proceso de forma más o menos precisa.
Y es que la ardiente y agresiva política pro imperialista del Secretario no solamente expresa que su puesto y rol de cipayo le calza formidablemente para el momento histórico actual, sino que tampoco se explica del todo por ser el mero accionar de un renegado que se transformó de la noche a la mañana.
Más bien el “renegado” ha llegado a su lugar gracias al acunamiento de los progresistas regionales y de su continuidad desde sus orígenes en los gobiernos derechistas a su papel como Canciller del gobierno de Mujica con su política exterior subordinada a los intereses del imperialismo norteamericano.
Una vez criada y apadrinada la criatura, ésta dio muestra del potencial que guardaba y la política “pragmática” y supuestamente “realista” del progresista Mujica nos ha dejado como regalo un nuevo engendro para la historia de opresión de los latinoamericanos.