Sábado 30 de marzo de 2019 10:00
Esta semana se difundió un video de la precandidata a gobernadora por el kirchnerismo, Anabel Fernández Sagasti, donde en una secuencia rápida de imágenes recorre los rostros y nombres de pila de cada uno de los hombres que gobernaron Mendoza. Allí aparecen desde el teniente gobernador de Cuyo en 1810, José de Moldes, hasta el actual gobernador Alfredo Cornejo, dejando para el final la imagen de la propia senadora Sagasti, proponiendo la idea de “la primer mujer gobernadora.”
Pero lo que llama la atención en este spot de la candidata de Cristina, es que uno de los hombres que aparece no fue justamente un gobernador elegido por el voto democrático y, aunque su paso por la provincia fue breve, el recuerdo no es menos oscuro. Se trata del peronista Antonio Cafiero, a quien el kirchnerismo reconoce ahora como “un gobernador más” de Mendoza. Pero, para la lucha por Memoria, Verdad y Justicia contra el terrorismo de estado que condujo al genocidio más grande de la historia argentina, en necesario recordar por qué presentar a "Antonio" como otro Gobernador de Mendoza es una mentira, y que las nuevas generaciones recuperen la verdadera historia reciente de nuestra provincia.
Colgar el cuadro de “Antonio”
Si comparamos el spot de Fernández Sagasti con una visita al salón de los gobernadores en la Legislatura mendocina, donde están colgados los cuadros de todos los mandatarios que pasaron por la provincia, no encontraremos allí la imagen de Cafiero.
“Antonio”, como dice el spot, llegó a Mendoza enviado por María Estela Martínez de Perón para intervenir la provincia entre agosto de 1974 y mayo de 1975. En nombre de “la liberación nacional, social y humana” la derecha peronista consumó un golpe institucional, destituyendo al camporista Alberto Martínez Baca, hasta entonces gobernador elegido por el 70% de los votos. Antonio Cafiero fue nombrado interventor federal de Mendoza.
En sus propias palabras, Cafiero, en su discurso de asunción como interventor, dejará expuesto lo que podía preverse como parte de la historia nefasta de nuestra provincia. Veamos qué decía en su mensaje a los mendocinos: “Mendocinos: estamos insertos en un tiempo histórico lleno de desafíos, pero grávido de promesas. El tiempo de la reconstrucción. La hora de la liberación nacional, social y humana. Los argentinos estamos perfilando con nuestros actos de hoy el concepto de la Argentina Potencia. Dibujando el contorno de la empresa nacional que nos transformará en potencia y nos abrirá las puertas de nuestra misión en lo universal y lo especial en Latinoamérica. Éste es el gran legado de Perón. (...)". Vale recordar que el hombre perteneciente a la derecha peronista realiza estas afirmaciones mientras en Latinoamérica ya se desarrollaba el llamado Plan Cóndor, la intervención imperialista que se llevó a cabo sobre la región entre 1970 y 1980.
Nueve meses duró la intervención de Cafiero pero ese tiempo fue suficiente para pasar a la historia como una de las etapas más sombrías de la política provincial.
Entre los escándalos más recordados de su paso por Mendoza está la construcción de 60 vasijas vinarias en la Bodega Giol, perteneciente en esa época al Estado, que nunca funcionaron por haber sido realizadas con materiales inadecuados. Una inversión sin sentido y sospechada de estafa de la que Antonio Cafiero y, el entonces interventor de Giol, Eduardo Setti, aparecen hasta hoy como los principales responsables.
Pero su legado más importante fue el nombramiento en 1974 del brigadier Julio Cesar Santuccione como Jefe de la Policía, cargo que ocuparía hasta diciembre de 1976.
El hombre de Cafiero era un militar de la Fuerza Aérea, ultracatólico y nacionalista,que organizó el CAM (Comando Anticomunista Mendoza), una versión de la Triple A, que persiguió, torturó y asesinó militantes y dirigentes sindicales y estudiantiles. Y el "Comando Moralizador Pio XII" que perseguía intelectuales, asociaciones judías, evangelistas y curas tercermundistas, ensañándose particularmente con mujeres en situación de prostitución y homosexuales. Como señaló el fiscal Dante Vega durante el juicio de la Megacausa por delitos de lesa humanidad, los mecanismos del terrorismo de estado generalizados durante la dictadura militar, se habían iniciado ya en este periodo, ejecutados principalmente por personal de la policía provincial, que actuaba de manera encubierta pero usando la infraestructura estatal.
La investigadora del CONICET, Laura Rodriguez Agüero, relató a este diario, “a partir de la llegada de Santuccione a la policía de la provincia van a surgir dos comandos que van a ser los principales responsables de las acciones terroristas paraestatales en Mendoza. Uno es el comando “Anticomunista Mendoza” y otro es el “Comando Moralizador Pio XII”. El “Comando Anticomunista Mendoza” se constituye con el objetivo de luchar contra la infiltración marxista en la sociedad. El “Comando Moralizador Pio XII” se constituye con el objetivo, según sus propias palabras, de “resguardar la moral de la población”. Las principales víctimas de este comando van a ser las mujeres en situación de prostitución”.
Te puede interesar: “La dictadura implicó, además de una revancha clasista, una revancha patriarcal”
Santuccione operaba en los Centros Clandestinos de Detención que funcionaron en la Comisaría 7 de Godoy Cruz; en la Comisaría 25 de Guaymallén y en el más grande centro clandestino de la provincia, el D2. Fue denunciado por el secuestro y desaparición de al menos 20 personas. El CAM es señalado como responsable de los emblemáticos secuestros de la docente Susana Bermejillo y Mario Susso, quienes fueran asesinados y cuyos cuerpos aparecieran en un descampado con claros signos de tortura, un hecho que conmovió como pocos, como relata Ramón Abalo en su libro "El terrorismo de Estado en Mendoza". Según los propios organismos de Derechos Humanos, el elegido de “Antonio” fue “uno de los personajes más nefastos de Mendoza durante la dictadura.”
El pasado 24 de Marzo se cumplieron 43 años de la última dictadura genocida. Miles en todo el país salimos a las calles para exigir Memoria, Verdad y Justicia y denunciar la impunidad de ayer y de hoy. Consecuentes con este reclamo, desde el Frente de Izquierda firmamos y acompañamos el proyecto de los Organismos de Derechos Humanos de Mendoza para convertir en Ley la creación del Espacio por la Memoria en el ex D2.
Es preocupante que el kirchnerismo mendocino, que basó su relato en la acción de Nestor Kirchner, bajando los cuadros de Videla en la ESMA como símbolo de una identidad “progresista”, comience su campaña por la gobernación, “colgando” el cuadro de Cafiero con un relato histórico oscuro para la memoria de Mendoza.
Antonio Cafiero debe ser recordado como quien persiguió no solamente a la Izquierda marxista, sino también a los propios peronistas de izquierda. Como lo que fue, un interventor que llegó a la provincia bajo un golpe institucional. Y bajo su intervención se comenzó a montar la estructura represiva terrorista con la que los grupos de tareas secuestraron, torturaron y desaparecieron a cientos de personas en nuestra provincia. Designando para ello a Julio Cesar Santuccione señalado en los juicios contra los genocidas como un de los máximos responsables de la ejecución del terrorismo de estado.
La historia juzgará a quienes se fueron impunes, pero no es posible pasar por alto quien es quien y el rol que cumplió. Por eso hay que decir que "Antonio" es Cafiero y que nunca fue electo gobernador, sino que fue designado interventor de nuestra provincia. Son muchos años de lucha por Memoria, Verdad y Justicia por eso llamemos a las cosas por su nombre.
*La autora de la nota es diputada provincial del PTS FIT y familiar de víctimas de la dictadura militar