La segunda noche de la Convención Nacional Republicana se centró en la búsqueda de apoyo entre la derecha cristiana y los republicanos evangélicos.
Miércoles 26 de agosto de 2020 11:56
La segunda noche de la Convencion Nacional Republicana, al igual que la primera, estuvo repleta de terror anticomunista, racismo y nepotismo. Los oradores emitieron un flujo constante de alabanzas a Donald Trump, agradeciéndole desde la pesca de langostas hasta por el ejército. Este espectáculo incluyó una ceremonia de naturalización de 5 migrantes y también un perdón presidencial a un convicto. Sin embargo, mientras que la audiencia a la que apuntó la primera noche de la convención fue la base derechista de Trump y los votantes blancos de los suburbios, la segunda noche fue un claro intento de la campaña de Trump para recolectar apoyo entre la derecha religiosa.
Practicamente todos los oradores mencionaron a los “niños por nacer”, el derecho a la vida, y el supuesto apoyo del Partido Democrata a la distribucion de “drogas que inducen el aborto.” Abby Johnson, ex-directora de una clinica de la ONG Planned Parenthood (Paternidad Planeada, organización dedicada a la salud reproductiva, NdelT) convertida en activista antiabortista, conto una historia respecto a una habitacion llena de “pedazos de niños” y que vió a un bebe peleando por su vida durante su trabajo en Planned Parenthood, donde los empleados tenian supuestamente que cumplir “cuotas de abortos”. Un policía de la ciudad de Albuquerque describió encontrar una consumidora de drogas embarazada y preguntarle si sabía que estaba dañando a su niño por nacer. Incluso un empresario de la pesca de langostas del estado de Maine, al norte del país, encontró la forma de mencionar el derecho a la vida, inmediatamente antes de expresar su gratitud a Trump por mover la embajada de los Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalem. Estos oradores pretenden demostrar a los votantes derechistas que Trump continuará atacando el derecho al aborto y será un aliado del movimiento “pro-vida”.
Dos miembros del gobierno de Trump también fueron específicamente seleccionados para seducir a los votantes de la derecha cristiana, particularmente a los evangelistas. El secretario de estado Mike Pompeo se dirigió a la audiencia en vivo desde Jerusalem, llamándola la “Ciudad de Dios” y citando la Biblia. El discurso y la elección de Jerusalem fue consistente con la opresión de los EE.UU al pueblo palestino y su apoyo a las anexiones de tierras por parte de Israel. En particular, manteniendo la temática de la noche, el discurso de Pompeo fue un guiño a la derecha Cristiana Sionista que ha aplaudido el apoyo abierto y sin ambigüedades de la administración de Trump al gobierno de Israel.
El vicepresidente Mike Pence, extremadamente popular entre los republicanos cristianos conservadores y sostén de la credibilidad evangélica en la administración de Trump, también apareció en un segmento hablándole a los americanos cuyas vidas cambiaron gracias a Donald Trump, diciendo que es un “hombre de fe”. Los oradores de la segunda noche enviaron un claro mensaje a la audiencia: Trump es el candidato de la derecha religiosa.
La segunda noche de la convención también demostró la facilidad con la que los republicanos pueden (y efectivamente lo harán) atacar la idea de que Biden es un defensor de la comunidad negra. El senador del estado sureño de Kentucky Rand Paul criticó la reforma criminal de 1994, escrita e impulsada por Biden, la cual dio paso a una era de encarcelamientos masivos. Planteo que la ley “destruye las comunidades de color” en su discurso que comenzo luego de la ceremonia de Jon Ponder, el hombre negro que recibio un perdon presidencial en vivo durante la convencion. Paul también recalcó el historial bélico de Biden, su voto afirmativo por la Guerra de Irak, y su apoyo a otras intervenciones militares estadounidenses. Esto es interesante porque muestra una continuación del doble discurso republicano: por un lado, quieren que su base crea que Donald Trump es el sucesor natural al conservadurismo del ex presidente George W. Bush. Por el otro, al recordar el terrible historial de Biden en temas como la justicia racial y las intervenciones militares, los republicanos sostienen que las politicas de Trump favorecen a la comunidad negra mas que las de Biden, que Trump no es racista y Biden es un hipocrita. Esta tactica no apunta a ganar votos negros, sino más bien a aliviar las conciencias de los votantes suburbanos blancos que esperan conquistar a tiempo para las elecciones.
Otros oradores también mencionaron el apoyo histórico de Biden a acuerdos como la zona de libre comercio llamada NAFTA y otras políticas económicas que han dañado a la clase obrera del país. Biden fue descrito como un político del establishment, alejado de las preocupaciones de los estadounidenses normales. El fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron, incluso recordó el polémico comentario que hizo Biden durante las internas “Si tienes problemas para decidir entre Trump y yo, entonces no sos negro”. Si bien muchos de estos ataques contra Biden son ciertos, Donal Trump también es un racista, imperialista y enemigo de la clase obrera. Sus ataques y los de los oradores en la convención republicana son hipocresía pura.
Llamativamente un tema central de la realidad mundial fue minimizado durante la tarde, la pandemia del COVID-19 que ha llevado a casi 180.000 muertes en los Estados Unidos. Mientras que el Partido Demócrata decidió cancelar su convención presencial en Milwaukee, el Partido Republicano se dio cita en la ciudad de Charlotte, Carolina del Norte, con oradores hablando en vivo y sin máscara. Esto es consistente con la minimización del virus por parte de Trump, su gobierno, y su base electoral. La oradora principal de la noche, Melania Trump, apareció en vivo desde el jardín de rosas de la Casa Blanca frente a una audiencia sin máscaras.
Por momentos, parecía que la Convención Nacional Republicana ocurría en un universo paralelo libre de pandemia, siendo Melania Trump la única oradora que habló un tiempo considerable del coronavirus sus simpatía hacia las víctimas. Entre ataques a Joe Biden y llamados a sus votantes religiosos, los oradores de Trump hablan del enfoque del gobierno de Trump hacia los pequeños negocios, el resurgir victorioso de la economía y la necesidad de mantener a la economía en crecimiento pese a la crisis económica que converge con la pandemia. Lejos de hablar sobre las dificultades que los estadounidenses sufren como resultado de estas crisis, los republicanos en su convención nacional se enfocaron en fogonear a la base ultraderechista de Trump, fomentar el terror anti comunista y seducir a los votantes derechistas cristianos.