El intendente Gustavo Gennuso dio una conferencia ayer para anunciar medidas en cuanto a la continuidad del aislamiento social, preventivo y obligatorio. ¿Es la cuarentena la única posibilidad?
Lunes 13 de abril de 2020 14:10
La conferencia del intendente tuvo lugar en la Escuela Militar de Montaña COE, en sintonía con la tendencia nacional de mejorar la imagen de las fuerzas armadas. Las medidas anunciadas se basaron en la continuidad del aislamiento anunciado el 20 de marzo. El intendente habló de rubros en los cuales los trabajadores “deberían entender” que no pueden volver a trabajar hasta que termine el aislamiento. Hizo referencia a que no iba a ceder a los pedidos de mano dura, aun cuando en la ciudad ya se han registrado casos de abusos y torturas por parte de la policía y no hizo mención acerca de esos hechos denunciados. Por otro lado, mencionó un cronograma para salir a comprar según la terminación par o impar del DNI. Gennuso enfatizó en que todas las medidas mencionadas que “no se cumplan” estarán sujetas a multas. Y por último declaró que si las medidas no funcionan se tomarán decisiones “más estrictas”.
Frente al crecimiento de la curva en los contagios de COVID-19, Gennuso se limitó a mencionar que el equipo de salud identificó a los grupos de contagio y los aisló. Los anuncios no presentan cambios ante la situación de los trabajadores de salud y atención al público, medidas que deberían ser urgentes como la garantización de barbijos y elementos de higiene en los rubros esenciales. No mencionó ninguna medida económica para las familias que desde casi un mes no tienen ingresos. La falta de medidas en cuanto a temas más urgentes, como presupuesto para salud, poner a disposición hoteles que se transformen en centros de salud y salario de cuarentena para los trabajadores más necesitados, dejan al desnudo las profundas contradicciones socioeconómicas de la ciudad.
Crisis sanitaria frente al crecimiento exponencial de la curva en Bariloche
En este contexto, en el cual la curva venía mostrando un crecimiento exponencial, investigadores y científicos del CONICET, Instituto Balseiro, CNEA, Universidad de Río Negro y Universidad del Comahue, elaboraron un informe. En el mismo, como dio a conocer el periodista Santiago Rey, la cifra de los contagios confirmados y los datos de propagación exponen que la cantidad de casos se había duplicado en muy poco tiempo, ya que el último parte hablaba de 12 casos confirmados en un día, en San Carlos de Bariloche. La cifra trepó a 38 casos en una semana. Se estima que con el número de casos confirmados y la continuidad de una cuarentena estricta, los contagios podrían crecer hasta cerca de 200. Mientras que un escenario ligado a las medidas de flexibilización de la cuarentena que anunció Fernández y la falta de medidas urgentes, provocaría que el sistema de salud entre en crisis en 30 días con un número que sobrepasaría los 1000 casos. Un levantamiento completo de la cuarentena, en cambio, podría llevar los casos positivos a alrededor de 10.000.
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El sistema de salud regional y local, desfinanciado y fragmentado, no está preparado para afrontar una situación de esta magnitud. Por otro lado, los anuncios de inversión en salud y “estrategia provisoria” que se dieron a conocer están lejos de satisfacer las demandas para dar batalla a esta crisis. Bariloche posee el hospital más grande de la región y recibe pacientes con cuadros complejos de manera constante. En caso de necesitar el 100 por ciento de la capacidad para tratar únicamente casos de COVID-19, es evidente que esas probabilidades son casi nulas. El hospital zonal de Bariloche posee una sala de bioseguridad validada por el Instituto Malbrán e instalado en el Laboratorio de Bacteriología dentro del mismo, con capacidad para testear y, aún así, no es una política inmediata del gobierno garantizar test masivos, a pesar de que fue usado como estrategia en países que lograron reducir la curva significativamente. Una medida como esta evitaría un gran porcentaje de contagios y además permitiría un uso efectivo de los recursos que, como se ha explicado, son escasos.
Ningún anuncio del Gobierno para los barrios populares
Es evidente la necesidad de abrir los hoteles para alojar gente y solucionar el problema de la vivienda precaria sin agua, gas, luz y demás servicios indispensables cuya falta, en medio de la pandemia, puede ser mortal. Hoy, desenmascaradas por la cuarentena y el virus, se pueden ver de forma cruda las diferencias sociales que existen en una de las ciudades más turísticas y ricas del país, que golpean duramente a las personas con pocos recursos y que viven en los barrios del denominado “alto”.
En las tomas de la ciudad viven alrededor de 6.000 familias que esperan fracciones de terrenos para poder construir su casa y no se anunciaron medidas para que puedan sostener la cuarentena. La mayoría de estas personas son trabajadores y trabajadoras desocupadas o precarizadas, sin ingresos fijos que permitan su alimentación o la compra de los productos de higiene básicos contra el COVID-19. Sin medidas que protejan sus vidas, son los más expuestos al virus y se contagian cada vez más rápido en Bariloche. Mientras crece la preocupación por el avance del virus, se acerca el invierno, y en los barrios se necesita aprovisionarse de leña y garrafas, poniendo en riesgo su salud en el proceso de conseguirlo. Muchos son los factores que ponen en jaque a la clase trabajadora que vive en tomas y en los barrios, entre ellos, el cierre de los comedores escolares, que podrían ayudar en la alimentación de sus alumnos, y el aumento de la garrafa social (hoy a $550) es un gran golpe a su economía que, si tienen la posibilidad, los hará elegir entre combatir el frío, el hambre, o la pandemia.