La danza de candidaturas no para. El ministro de Seguridad de Kicillof se posiciona como uno de los favoritos. Mediático, provocador, y según él mismo, de derecha y muy fiel a la vicepresidenta.
Nicolás Laguna @NicolsBenjamin7
Viernes 9 de julio de 2021 17:38
La Provincia de Buenos Aires es la madre de todas las batallas en las elecciones. La frase se repite hasta el cansancio. Con un tercio del padrón nacional tiene un peso decisivo en cada elección y quien gana la provincia se considera el ganador a nivel nacional. El kirchnerismo que viene de perder las últimas 3 elecciones legislativas (2009, 2013 y 2017) busca con el peronismo unido lograr un triunfo.
Ahora en el poder, el kirchnerismo busca una victoria que le dé aire para los próximos dos años que le quedan en la gobernación a Axel Kicillof.
Aunque todavía las candidaturas no están definidas y tanto el gobernador como la vicepresidenta se van a poner a la cabeza de la campaña, cuidando su bastión electoral, uno de los posibles candidatos es el militar Sergio Berni.
Buscando al electorado que pide mano dura y represión
La provincia atraviesa una brutal crisis, un ajuste con todas las letras. 6 de cada 10 niños es pobre, en el conurbano esa estadística aumenta a casi 7, la inflación de un 3% en promedio mensual carcome los salarios y la escasa asistencia social. El gobernador Axel Kicillof, a pensar de los discursos contra el gobierno de Cambiemos, no toma medidas significativas en favor de las grandes mayorías populares.
El kirchnerismo en su gran bastión electoral está decidido a no cambiar las condiciones de vida de forma estructural. Ante los argumentos reiterados de que no se puede cambiar la realidad existente, son ellos mismo los que deciden reprimir a los vecinos de Lomas de Zamora en una tierra tomada, cómo también supo hacer en Guernica con el mismo Berni a la cabeza. También fue el mismo gobierno que le dio un gran aumento de salario a la Policía después del motín que llegó a rodear la Quinta de Olivos. El "de que lado de la mecha te encontras" de forma explícita.
Nadie puede dudar u ocultar que Berni es de los ministros más destacados, no solo por sus dichos sobre el Gobierno nacional de Alberto Fernández -a quien critica cada vez que puede, tanto como como a la ministra Sabrina Federic- sino por su discurso político de mano dura y contra los derechos humanos.
El funcionario de Kicillof no dudó en llamar “curro” a la histórica pelea de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Tampoco duda en su pedido de baja en la ley de imputabilidad para meter menores presos. Se lo ha visto en cada represión contra sectores populares que hubo, siendo la más famosa y brutal el desalojo de más de 3000 personas, incluyendo niñes, en Guernica.
Ese juventud que pide encarcelar, la de los barrios pobres, es la juventud que escucha L-Gante. A quien Cristina cito demagógicamente para buscar el voto joven, esos mismos que son perseguidos y amedrentados por la Policía que conduce Sergio Berni.
Berni ya no es un tipo suelto del kirchnerismo, sino que es parte central del principal gobierno provincial avalado constantemente por su jefa política, Cristina Kirchner, que lo sienta adelante de cada acto en la que está, mostrando el lugar privilegiado que ocupa no solo su persona, sino su discurso.
Ante la creciente situación social crítica, el kirchnerismo ha decidido pagar la deuda externa fraudulenta de Macri y no tiene nada para dar a los sectores populares. Más allá de si Berni o no candidato en estas elecciones, este discurso de la vieja derecha de mano dura para intentar capitalizar ese voto con más policía y represión, vino para quedarse.
Sin embargo, lo más crítico que queda al desnudo, es el malmenorismo crónico de los sectores progresistas que son parte del Frente de Todos. Incapaces de enfrentar la estrategia electoral de Cristina y Kicillof, aceptan la continuidad de Berni como funcionario y, seguramente, estarán dispuestos a apoyarlo si figura como candidato.
Si finalmente el ex carapintada no es candidato, todo indica que seguirá siendo parte central del kirchnerismo bonaerense.