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Red Internacional
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Estados Unidos. Bizarro: Rudy Giuliani acusa a China, Venezuela y Cuba de robarle la elección a Trump

La campaña de Donald Trump insiste con los reclamos por lo que consideran que fue un fraude en las elecciones presidenciales, en las que el candidato demócrata Joe Biden fue declarado ganador.

Diego Sacchi

Diego Sacchi @sac_diego

Jueves 19 de noviembre de 2020 21:24

En una conferencia de prensa liderada por el abogado de Trump y exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, el llamado "equipo de fuerza de ataque de élite" realizó una serie de acusaciones alejadas de cualquier argumento legal convincente. Giuliani ofreció varias teorías de conspiración y una letanía de afirmaciones sobre supuestos resultados que cambiarían el destino de la carrera por la Casa Blanca de 2020.

La abogada Sidney Powell, quien se unió al equipo de abogados de Trump, aseguró en la conferencia de prensa que el supuesto fraude en las elecciones fue financiado por “grandes cantidades de dinero comunista” y, sin inmutarse, agregó que todo tiene su origen en Hugo Chavez, el presidente venezolano fallecido en 2013.

"Cada día descubrimos las cantidades masivas de dinero comunista, a través de Venezuela, Cuba y probablemente China, para interferir con nuestras elecciones en los Estados Unidos.” dijo Powell sumando todos los países que Trump ha atacado como el “eje del mal” durante su presidencia y la campaña electoral.

Sidney Powell acusó a empresas encargadas de las máquinas para la votación, Dominion y Smartmatic, y aseguró que había precedentes para respaldar las declaraciones, asegurando que el sistema “fue exportado para afectar una elección en Argentina”. “Las máquinas se aseguran que los líderes corruptos dispuestos a pagar más ganen las elecciones”, agregó Powell, sin reparar en el detalle de que Smartmatic fue la empresa que intentó utilizar el expresidente argentino Mauricio Macri para imponer el voto electrónico en el país.

No obstante las denuncias, tanto Dominion como Smartmatic han negado tener vínculo alguno.

Giulani agregó que Dominion, el sistema de votación usado en distintas regiones del país, es parte de la empresa Smartmatic, cuyos fundadores son venezolanos y “eran aliados de Hugo Chávez y son aliados de Nicolás Maduro”, pero cuando le consultaron sobre las pruebas que respalden la insólita acusación el exalcalde de Nueva York no logró dar un respuesta clara.

Para completar la desopilante conferencia de prensa, en un momento, la transmisión de audio en vivo de la propia campaña de la conferencia de prensa fue interrumpida por voces desconocidas que comentaban sobre el tinte para el cabello que parecía correr por el rostro de Giuliani. La campaña de Trump afirmó más tarde en Twitter que las personas a las que se podía escuchar burlándose del exalcalde "NO eran empleados de campaña".

Pero estas declaraciones son parte de la decisión de Trump de no asumirse como “loser” y negarse a ser un “pato rengo” en los poco más de dos meses que le quedan en la Casa Blanca. También está en juego la evolución de la relación entre Trump y el partido republicano, que aún es una incógnita.

No hay muchas posibilidades de que Trump pueda deshacer en la corte suprema el resultado de las urnas, pero eso no quiere decir que su actual política no tenga importancia. Una encuesta de Reuters-Ipsos indica que entre los republicanos la mayoría sospecha de un fraude en la elección. Un 52% de estos asegura que Trump “ganó legítimamente”. Esta cifra baja al 29% respecto a su rival. Mientras el 68% de republicanos le preocupa que las elecciones hayan estado amañadas.

Para esos sectores Biden será un presidente ilegítimo y eso sin dudas es una debilidad de origen.

Algo que explica la preocupación de algunos de los grupos de presión empresarial más importantes del país, incluida la Cámara de Comercio y la Asociación Nacional de Fabricantes, que apoyaron al presidente Trump en su impulso para reducir los impuestos y revertir las regulaciones mientras estaba en su cargo, pero ahora reclaman que el mandatario deje de lado sus denuncias.

“Es imperativo que nuestra nación tenga un presidente y asesores que estén completamente preparados para liderar nuestra nación en el día de la inauguración dada la magnitud de los desafíos futuros y las amenazas a nuestra economía y seguridad nacional y, lo que es más importante, para la salud pública ”, escribieron los líderes del grupo que agrupa a los empresarios industriales, incluido su presidente y director ejecutivo, Jay Timmons, y los directores ejecutivos del gigante químico Dow y Trane Technologies. "Pedimos a la administración Trump que trabaje en cooperación con el presidente electo Biden y su equipo", agrega la carta.

Los grandes empresarios estadounidenses saben el peligro de un gobierno débil en un país polarizado, con el “populismo de derecha” como un factor en las urnas y en menor medida en las calles –Proud Boys, “vigilantes”-, y la lucha de clases y la radicalización política hacia izquierda de una amplia vanguardia -juvenil, multirracial, diversa, trabajadora, precaria- que fue la base del “fenómeno Sanders”.

La existencia de este fenómeno político-ideológico de izquierda explica que el “socialismo” haya estado en discusión en la campaña. Las bases materiales de este fenómeno, producto del agotamiento de la hegemonía neoliberal, se viene profundizando con la pandemia del coronavirus, la recesión económica aguda que afecta a alrededor de 25 millones de trabajadores, entre nuevos desocupados y subocupados, y la violencia racial y policial.

El gobierno de Biden, es decir de Wall Street, deberá lidiar más temprano que tarde con estas tendencias profundas a una mayor radicalización política y de la lucha de clases.


Diego Sacchi

Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.

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