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Red Internacional
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DÍA DE LA INDEPENDENCIA. Bolsonaro reivindicó el golpe genocida de 1964 contra la "amenaza comunista"

En el marco del aniversario del Día de la Independencia de Brasil, este 7 de septiembre, el ultraderechista Bolsonaro reivindicó el golpe militar de 1964 como parte de los "hitos" de la libertad del pueblo brasileño y contra la "amenaza comunista".

Martes 8 de septiembre de 2020 11:19

El ultraderechista presidente brasileño, Jair Bolsonaro volvió a hacer uso de un discurso inflamado de nacionalismo y patrioterismo, similar a las bravuconadas habituales de Trump en Estados Unidos. Lo hizo en el marco del aniversario de la independencia del país, este 7 de septiembre, y reivindicó el golpe militar genocida que vivió Brasil en 1964.

Bolsonaro volvió a la carga con sus clásicos ataques a la izquierda, y lo hizo defendiendo la dictadura militar en ese país: "En la década de 1960, cuando la sombra del comunismo nos amenazaba, millones de brasileños, identificados con las aspiraciones nacionales de preservar las instituciones democráticas, tomaron las calles contra un país superado por la radicalización ideológica, las huelgas, el desorden social y la corrupción generalizada".

Durante su discurso hizo uso de recursos demagógicos sobre la soberanía nacional rememorando la fecha de la independencia: "ese histórico 7 de septiembre de 1822, a orillas del Ipiranga, (un río de San Paulo) [Brasil le dijo al mundo que] nunca volvería a aceptar ser sumiso a ninguna otra nación y que los brasileños nunca abandonarían su libertad". En primer lugar Bolsonaro volvió a borrar de la historia a la esclavitud negra, que duró oficialmente hasta 1888 y fue el pilar de la construcción del país. También esconde que el papel de Brasil siempre ha sido subordinado, colonizado por países imperialistas, países como Estados Unidos, a los que Bolsonaro saluda.

Casualmente, el discurso de Bolsonaro de este martes es similar a los argumentos que utilizó el diario de derecha O Globo el 1 de abril de 1964.

Bolsonaro dijo también que la identidad nacional comenzó a dibujarse con el mestizaje entre indígenas, blancos y negros, reivindicando la falsa democracia racial que esconde el racismo de forma perversa. Hoy lo podemos ver con el levantamiento negro en Estados Unidos, o el racismo como agenda de primer orden en todo el mundo. Ocultar la realidad de la opresión racista en Brasil es fundamental para el bolsonarismo.

La dictadura iniciada en 1964, que duró 21 años, persiguió, asesinó y torturó a sus opositores para beneficiar a los empresarios mediante la destrucción de la organización de los trabajadores. En su orgulloso discurso, Bolsonaro incluyó a la dictadura militar en la lista de "luchas por la libertad" de los brasileños: "La sangre de los brasileños siempre se ha derramado por la libertad".

Esa libertad de la que habla Bolsonaro, la del racismo y la de la última dictadura militar, siempre sirvió a los grandes empresarios y se puso al servicio de explotar a los trabajadores y a los más oprimidos.