El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos tiró la primera bomba atómica sobre una población. Tres días mas tardes repetió la acción sobre Nagasaki, otra ciudad japonesa. Mirá la columna de "Historia sin filtro" del programa Mundo Obrerx.
Jueves 5 de agosto de 2021 20:42
Bombardeos a HIROSHIMA: el mayor acto terrorista de la historia - YouTube
El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos tiró la primera bomba atómica sobre una población. En un segundo murieron 80.000 hombres, mujeres y niños. Otros tantos murieron días después agonizando con dolores espantosos por las quemaduras y por la radiación.
La energía que anida en el núcleo de un átomo se podía liberar y controlar. Fue un enorme avance de la ciencia, tanto medicinal como energético. Pero su primera utilización fue la destrucción, la masacre, la carnicería que ya había costado más de 60 millones de vidas en larga segunda guerra mundial.
En mayo de 1945 ya había caído Berlín y el Tercer Reich era un recuerdo atroz de sus crímenes a la humanidad. La Italia fascista había sucumbido tiempo atrás. En Europa los aliados habían triunfado.
Pero en el extremo Oriente, Japón, el imperio milenario y gran potencia industrial, militar y financiera resistía.
La Unión Soviética había prometido a sus aliados imperialistas que atacaría a Japón 3 meses después que fuera vencida Alemania.
Con el resultado definido de la segunda guerra mundial el bando ganador se reunió en las Conferencias de Yalta y Potsdam para delinear como sería el mundo de la posguerra.
Un hecho era evidente: Estados Unidos quería ser la potencia hegemónica en el mundo, como había sido Inglaterra en el siglo XIX. Alemania estaba derrotada y la división de ese país, que evitara nuevos desafíos de supremacía o de dominio, fue sencilla. Inglaterra y Francia las otras dos potencias europeas habían quedado diezmadas y su inferioridad imperialista era manifiesta.
Sin embargo, la Unión Soviética -pese a los más de 20 millones de muertos que le costó la guerra- había entrado a Berlín como triunfadora. Los estadounidenses desconfiaban de los intereses del estalinismo gobernante, aunque este ya había demostrado su espíritu de coexistencia con los imperialistas y había frenado o traicionado todos los procesos revolucionarios en el mundo. El temor del gran capital era que las revoluciones que se habían desatado en Europa después de la Primera Guerra Mundial se repitan, por eso debían ser desviadas y controladas si sucedían. Que es exactamente lo que pasó y desarrollaremos en próximos videos.
Estados Unidos debía mostrar a sus aliados quien era el dueño indiscutido del mundo. Japón ya estaba derrotado. Según lo convenido el 8 de mayo las tropas rusas invadirían Manchuria, que era una colonia japonesa en el Continente. Si Japón se rendía frente a las tropas soviéticas, Estados Unidos sumaba un problema.
Y decidieron apurar el lanzamiento de la bomba atómica al día 6 de agosto sobre la indefensa población de la ciudad de Hiroshima que contaba con 250.000 habitantes. Fue el más grande atentado terrorista de la historia.
Tres días después tiraron la segunda en Nagasaki y con igual resultado aterrador. Japón se rindió.
¿Fue necesaria la bomba atómica para terminar con el conflicto?
En absoluto. El objetivo era demostrar la supremacía tecnológica armamentística estadounidense a la que todo el mundo debía respetar y temer de ahí en más.
Carlos “Titín” Moreira
Nacido en Rosario en 1953. Militante en el PST desde los 70, militó en España y Brasil. Fundador del MAS en La Plata y dirigente del PTS. Trabajó en Astilleros Astarsa y Río Santiago. Coordinador de los documentales Revolución y Guerra Civil en España (2006) y Zanon, el hilo rojo (2018).