El partidario de un Brexit duro, Boris Johnson ha sido elegido este martes líder del Partido Conservador británico y próximo primer ministro del Reino Unido. Reemplazará a Theresa May.
Martes 23 de julio de 2019 09:33
Si las sucesivas votaciones frustradas sobre el Brexit que impulsó la exprimera ministra británica Theresa May estuvieron en la base de su degradación política, los próximos meses mostraran la capacidad del extravagante nuevo primer ministro Boris Johnson para llevar adelante esta titánica tarea.
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Johnson, que partía como favorito para suceder a Theresa May, competía con el actual ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, en un proceso electoral que empezó el pasado junio tras el anuncio de dimisión de la primer ministra por la crisis del Brexit.
En las últimas semanas, los 160.000 militantes "tories" (como se conoce a los conservadores) votaron en estas primarias, después de que los diputados del partido celebrasen una serie de elecciones para ir eliminando a los distintos candidatos -un total de 10- hasta que quedaron dos.
Según los datos aportados este martes por la formación, Johnson recibió 92.153 votos frente a los 46.656 de Hunt, mientras que la participación electoral se situó en el 87,4 %.
Tras ser proclamado líder conservador, en un evento que tuvo lugar en el centro de conferencias "Queen Elizabeth II", frente al Parlamento de Westminster (Londres), Johnson agradeció el "servicio" dedicado por Theresa May a la agrupación y al Reino Unido.
En un muy breve discurso, el nuevo líder conservador aseguró que "unirá" al Reino Unido, al que le "dará energía" y un espíritu "de que podemos hacer" las cosas.
También agradeció a los miembros de su formación por el "extraordinario honor y privilegio" que le han conferido. "Sé que habrá gente por ahí que cuestionará el juicio de vuestra decisión", agregó Johnson, quien ha sido criticado por los sectores conservadores que están a favor de un "brexit" suave.
El cambio de primer ministro se producirá el miércoles cuando May acuda al palacio de Buckingham para presentar formalmente su dimisión a la reina Isabel II y comunicarle que su partido tiene un nuevo líder.
Después, el "premier" irá al palacio para celebrar la audiencia de rigor con la jefa de Estado, antes de trasladarse a la residencia de Downing Street para empezar a nombrar a sus ministros.
Johnson es partidario de un Brexit duro, es decir la ruptura con la Unión Europea aunque sea sin ningún acuerdo. Pretende apoyarse en el buen resultado del partido del Brexit (de Niegel Farage) en las recientes elecciones europeas, y el sentimiento eurofóbico de las fuerzas de derecha y conservadoras. Sin embargo el escenario político del último período y también las elecciones mostraron un panorama más polarizado y no necesariamente una carta blanca para avanzar en una ruptura unilateral con el bloque europeo con las consecuencias económicas y sociales que eso implicaría.
Es por esto que algunos miembros del Ejecutivo de May ya adelantaron su intención de no servir bajo el mandato de Johnson, entre ellos el proeuropeo titular de Economía, Philip Hammond; el ministro de Justicia, David Gauke, y el responsable de Cooperación Internacional, Rory Stewart.
Durante la campaña interna "tory", Johnson ha dejado claro que cumplirá con la fecha del "brexit" del 31 de octubre, un proceso que calificó de "a todo o nada", lo que ha hecho temer sobre la posibilidad de que el país salga de la UE sin pacto alguno.
El exministro de Exteriores ha recalcado que el Reino Unido puede salir del bloque europeo con un acuerdo si el país tiene "la voluntad y el espíritu" para hacerlo. Esto último es más una expresión de deseos que una realidad. La posibilidad real de llevar a buen puerto un acuerdo de Brexit que deje satisfechos a todas las partes está descartado. Ese intento infructuoso es el que durante unos años degradó al extremo a la carismática Theresa May, y los próximos meses prometen ser igual de complejos para el nuevo primer ministro.
Si existe una certeza es que la renuncia de May y la votación de Johnson no alcanza para desactivar la bomba del Brexit. Es de esperar que la crisis política se siga profundizando, como lo viene haciendo desde el triunfo del "leave" en el referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea.