Un mayor desarrollo tecnológico puede contribuir a mejorar la autonomía y accesibilidad de las personas con discapacidad. Sin embargo las condiciones económicas de las personas con discapacidad de bajos recursos que sólo cuentan con una pensión por discapacidad, hacen que les sea imposible adquirir este tipo de recursos.
Katherine Vargas @dragonmoon1522
Martes 27 de noviembre de 2018 00:00
BraiBook es un libro electrónico en braille, capaz de convertir cualquier documento al alfabeto braille en cuestión de segundos.
Esta herramienta permite eliminar barreras de acceso a la cultura, educación e información en braille. Logrando una mayor autonomía, inclusión escolar, libertad y sobretodo la normalización de la lectura en braille con una tecnología potable y ágil.
El precio de un libro en braille es mucho mayor que la impresión de uno convencional y existe poca oferta de libros impresos en braille. Además el tamaño de un libro en braille duplica peso y espacio mientras que con esta herramienta se permite almacenar más de 8000 documentos en un pequeño dispositivo portátil.
En este libro electrónico, los caracteres se desplazan automáticamente a través de la celda del dispositivo, haciendo así que el dedo del lector quede inmóvil sobre esta. Además gracias a su sistema de audio, BraiBook es una potente herramienta de aprendizaje del braille, incluso en distintos idiomas.
El joystick permite controlar la velocidad de lectura, avanzar, retroceder palabras, páginas o líneas. El dispositivo es adaptable a la mano, teniendo todo el control en el dedo pulgar y toda la lectura en el dedo índice. Un tamaño que cabe en el bolsillo y una autonomía de cinco horas de batería en lectura continua.
Sin embargo el costo del mismo hace que el mismo no sea accesible para personas con bajos recursos, ya que tiene un precio de 395 euros, que equivalen a unos 450 dólares.
Este producto es una muestra de como un mayor desarrollo tecnológico puede contribuir a mejorar la autonomía y accesibilidad de las personas con discapacidad. Sin embargo las condiciones económicas de las personas con discapacidad de bajos recursos que sólo cuentan con una pensión por discapacidad, hacen que les sea imposible adquirir este tipo de recursos.
Según la OMS, más de 1000 millones de personas poseen algún tipo de discapacidad. Esto representa alrededor del 15% de la población mundial. Estas personas, se encuentran mayoritariamente en los países de menos recursos. Asimismo, tienen menos posibilidades de conseguir trabajo, e incluso de finalizar completamente sus estudios primarios. En Argentina, la población con algún tipo de discapacidad, es de cinco millones de personas, alrededor de un 12%. De este porcentaje, el 59% tiene algún tipo de discapacidad visual, según el censo del año 2010. Dentro de las personas económicamente activas, solo el 44% tiene un trabajo como ocupación.
Pero además, existen, en estos últimos tiempos, ataques directos a ambos colectivos, como por ejemplo: La quita de pensiones por discapacidad. La modificación de los requisitos para acceder a dichas pensiones, retomando un decreto del año 1997, en el que se exigía un grado de discapacidad del 75%. La quita de pensiones en caso de cónyuges, lo que quiere decir que, en una pareja de personas no videntes, solo uno de ellos podría conservar la pensión. La exigencia de enorme cantidad de requisitos para acceder a productos necesarios para el desarrollo pleno de las personas con discapacidad, como pueden ser, sillas de ruedas, para personas con discapacidad motriz, o líneas braille y/o lectores de pantalla para personas ciegas o sordo-ciegas, entre otros.
La única forma de garantizar el acceso a todos y todas las personas con discapacidad es la organización para la defensa de nuestros derechos y para exigir que el Estado implemente políticas públicas de accesibilidad sin distinciones.