Hace 17 años un agente bonaerense casi la mata de un disparo por la espalda. La excusa fue que quería frenar un robo y el Gobierno lo defendió. Ayer y hoy, el gatillo fácil como política de Estado.
Daniel Satur @saturnetroc
Miércoles 7 de febrero de 2018 00:00
Fotos Enfoque Rojo
Un asesinato por la espalda, una mañana de diciembre de 2017 en el barrio de La Boca. El muerto: Pablo Kukoc de 18 años, quien poco antes le había arrebatado una cámara fotográfica a un turista estadounidense, que a su vez había sido apuñalado por otro joven. El asesino: Luis Chocobar de 30 años, agente de la Policía Local de Avellaneda.
Un juez que procesa al policía por homicidio y lo embarga por $ 400 mil. Inmediatamente la reacción del Gobierno, la invitación a la Casa Rosada, el bautismo de “héroe” y la escalada justificatoria de cuanto funcionario sea consultado sobre el asunto.
Un video que demuestra que el homicida ni siquiera estaba excediéndose en la “legítima defensa” como dice el juez. La madre de Kukoc, en una extensa entrevista con este sitio, denuncia con contundencia las mentiras de Chocobar. Y cuenta también la historia de su hijo, que explica muchas cosas.
Y el Gobierno nacional que no para de justificar lo que a todas luces es una escalada criminal avalada por los más altos estamentos del Estado. Y La Nación, Clarín, América y otras empresas periodísticas afines, cada una a su manera, acompañando el relato oficial.
Carla Lacorte vio los videos por televisión, como millones lo hicieron en estos días. Pero para ella esas imágenes tienen una valoración especial. Muchos recuerdos de aquella tarde de junio de 2001 volvieron a su mente, traidas por la memoria y por la indignación. Casi 17 años después de que un policía de la maldita Bonaerense la baleara por la espalda en una calle de Quilmes, dejándola en una silla de ruedas, Carla habla de Chocobar, de Kukoc, de Macri, de Bullrich y del gatillo fácil. También de Ruckauf, de los Kirchner y de todo lo que pasó en estas casi dos décadas, con sus cambios pero sobre todo con sus continuidades.
La referente del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), militante del PTS y varias veces candidata del Frente de Izquierda, analiza el caso Chocobar y lo compara con su experiencia personal.
“El mensaje del Gobierno es claro”
¿Cuál es tu primera reflexión alrededor del caso Chocobar?
¿Qué opinás sobre la calificación de “exceso en la legítima defensa”?
¿Qué pensaste cuando viste a Macri y Bullrich junto a Chocobar?
¿Creés que el policía mató a Kukoc sin querer, como dicen algunos?
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“Hay muchos puntos en común con lo que me pasó a mí”
La historia de Carla fue relatada a lo largo de los años en varios medios de comunicación, con entrevistas y hasta documentales. Ella logró sobrevivir al balazo de un oficial de la Policía Bonaerense y, quizás por eso, su denuncia es inapelable. Es a la vez testimonio y alegato. Buscar las similitudes entre su caso y el del joven Kukoc es un ejercicio tan inevitable como necesario.
¿Qué tienen en común este caso con el tuyo?
¿Y Salmo también fue avalado por sus superiores, como Chocobar?
Ahora este caso sale a la luz pocos meses después de las declaraciones de Patricia Bullrich defendiendo a la Gendarmería. Y el propio Presidente Macri dice públicamente que Chocobar es un héroe. Mi caso se dio en pleno 2001, cuando todo el mundo recordará que el entonces gobernador Carlos Ruckauf tenía como frase de cabecera que había que “meter bala” y que había que matar para evitar los delitos. En ambos casos hay un aval que termina envalentonando a las fuerzas. En el 2001 hubo un pico de casos de gatillo fácil policial. Con las declaraciones actuales, no podemos descartar que vuelvan a dispararse esas nefastas estadísticas.
Además es la misma policía que reprime manifestaciones obreras y sociales
“El gatillo fácil llevan décadas de continuidad”
Lo que le pasó a Carla sucedió en 2001. Desde entonces pasaron varios gobiernos nacionales (De la Rúa, Duhalde, Kirchner, Fernández de Kirchner y Macri) como provinciales (Ruckauf, Solá, Scioli y Vidal). Sin embargo las cifras de muertos por gatillo fácil crecieron siempre sostenidamente en una dinámica en la que también crecieron de forma exponencial el número de policías en la calle, de patrulleros, de tecnología securitaria y de presos atestados en cárceles y comisarías. Sin embargo cada administración política se la pasa echándole culpas a las herencias recibidas.
Vos decís que hay puntos en común entre 2001 y ahora. Pero en el medio pasó el kirchnerismo, tanto a nivel nacional como provincial. ¿Qué le respondería a quienes dicen que esos doce años fueron diferentes?
El kirchnerismo, mientras intentaba cooptar a familiares de víctimas del gatillo fácil, incrementaba justamente la cantidad de efectivos y el poder de fuego de las fuerzas represivas, al tiempo que buscaba lavarles la cara.
¿Entonces el macrismo en qué es distinto?
¿Cómo creés que hay que enfrentar esta escalada reaccionaria y represiva?
La acción coordinada y organizada es fundamental para enfrentar tanto la represión criminal como las políticas legitimadoras de esa represión.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).