El caso de Higui recorrió todos los medios. Está presa por defenderse de un ataque. Está presa porque quedó viva, por ser lesbiana y pobre.
Viernes 10 de marzo de 2017

La carta fue enviada a Carolina Abregú de la Defensoría de Género de San Miguel. Se reproducen extractos. Fue publicada por Silvana Audi de PanamaRevista.com
Espero que al recibir esta carta se encuentre bien de salud. Nunca nadie se preocupó tanto por mí como usted lo ha hecho. Gracias, señora Carolina, por guiar a mi familia en esta lucha (algo me mostraron de lo que está haciendo). Voy a estar en deuda con usted y algún día cuando salga, porque no voy a estar siempre acá, algún día voy a salir, cuente conmigo.
Acá adentro me borraron hasta mis sueños. Los ruidos de los candados se hacen cada día más insoportables, horribles. De que dormís encerrada en una piecita que apenas entra una cama, de tener que dormir encerrada, acá adentro te falta el aire. (…)
Me resulta muy difícil hacer la carta de mi niñez, ya no quiero recordar. Todos estos años viví en el pasado. Estando acá adentro volví a la realidad, mi presente. Esto me sirvió para acomodar los tiempos y pensar en el hoy. Estoy despierta. Todo lo que pasé fue como un sueño malo, una pesadilla, pero al fin desperté. Gracias por todo, señora Carolina, Raquel y Violeta.
Para mí no existe la justicia, no existe la persona que me crea.Muchos años atrás me prendieron fuego mi casa y a mi perro lo ataron de la ventana para que se prenda fuego. Mire usted la maldad de esos pibes que me odian por ser lesbiana.
Nunca molesté a nadie, nunca robé, nunca toqué nada que no fuera mío. Siempre pedí, pedí permiso y di las gracias a los mayores.De chica siempre tuve que ganarme mi lugar trabajando, pasando necesidad, hambre, valorando lo poco que gano con el sudor de mi frente.
Cuando los pibes me prendieron fuego la casilla, levanté otra de material en el mismo lugar y puse el agua (…) Lo que ganaba lo invertía en casa pero a los pibes los seguía cruzando, me amenazaban y me tiraban piedras. Esto llevó a mudarme. Vivía con miedo. Caminaba y constantemente miraba para atrás. Me decían muchas cosas feas… que me iban a llevar al campo. Por eso me mudé. Quisiera que conozca donde volví a empezar. Tengo 4 gatitos y la mamá. También una perrita que era de Luis, mi padrastro. Mi hermano, el travesti, se fue a vivir conmigo (…)
De mis hermanitas siempre estuve cerca. Me siento el papá de ellas. Mi hermano está mucho mejor. Le hice una casita, el piso y el techo con el muchacho del frente de mi casa. Ahora le estaba haciendo el baño y lavaderito. Quería terminar primero el de ella y después arrancaba con lo mío.
A los 15 años me fui de casa con mi hermano, travesti (…) Ah, ¿por qué se preguntará? Por qué me fui (…).
No me gustan los problemas. Digo las cosas en la cara. Es por eso que, a veces, la gente se enoja, se ofende porque digo la verdad. No dejo pasar una falta de respeto (…)
Solo quiero paz y tranquilidad.