El proceso de lucha de clases en el país vecino tiene una mecha en la juventud que empezó la rebelión contra el gobierno de Piñera y sus políticas de ajuste. La “evasión masiva”, “ huelga general” y las movilizaciones junto a los trabajadores y mujeres surgieron a partir de la organización de la base estudiantil que se sitúa en liceos secundarios y universidades.
Martes 29 de octubre de 2019 10:29
Las protestas convocadas como "evasión masiva", fueron protagonizadas, principalmente, por cientos de estudiantes secundarios que saltaron y liberaron los molinetes, hicieron sentadas en los andenes, y ocuparon la mayoría de las estaciones de metro de la ciudad de Santiago de Chile.
Desde el lunes 20 de octubre esta ciudad fue sacudida por masivas protestas de jóvenes estudiantes que irrumpieron en las estaciones de metro y llevaron a cabo distintas manifestaciones. Los estudiantes reclamaban contra el alza de la tarifa del boleto, que hace dos semanas llegó al valor de 830 pesos chilenos (unos 70 pesos argentinos), uno de los precios más altos de latinoamérica.
Con el correr de los días la protesta se fue haciendo cada vez más popular, ya que la mayoría trabajadora y el pueblo vio en la juventud una decisión e iniciativa que expresa el malestar que viene viviendo el pueblo chileno, y que fue el caldo de cultivo para que estas protestas se replicaran en todo Chile y pasen a tener una consigna más amplia.
También las fuertes represiones que vivieron en esos días las y los estudiantes, que se viralizaron por las redes en todo el mundo, fueron motivo para que sectores más populares se unan a estas manifestaciones que ya no se tratan solamente del alza del boleto sino que expresan un malestar social profundo que se arrastra como herencia de la dictadura y que se refleja en sueldos y pensiones muy bajos, en la precarización laboral, en precios altos, en constantes represiones al pueblo y sobre todo represiones a las y los estudiantes secundarios que, como en el 2006, se organizaron a favor del derecho a la educación y en contra de la privatización educativa que Pinochet había impuesto en los años ´70. Así los “pingüinos” paralizaron más de 400 instituciones, esto dio lugar a un paro general con la adhesión de más de 500.000 alumnos en todo el país, una de las protestas estudiantiles más grande en toda la historia de Chile. Otro ejemplo de una juventud chilena que se levanta, que se organiza, y no se deja pisotear fueron las protestas masivas de universitarios en el 2011.
Una vez mas la juventud organizada, no se calla ni se queda en su casa, sino que sale a la calle y recibe el apoyo de los trabajadores, las mujeres y los sectores más vulnerables, a través de la organización por lugar de estudio y exigiendo a las federaciones estudiantiles que llamen a huelga y movilización. Los mismos estudiantes que salieron en el 2006 y 2011 junto a los secundarios que salen hoy, dan una muestra muy clara de la tradición de lucha que existe en los jóvenes que no se resignan; forman parte de una vanguardia junto a obreros y mujeres para salir a las calles y reclamar que no son 30 pesos sino 30 años.
Juventud que no se resigna
En Argentina en el 68´ con el Cordobazo y a través de los 70, los estudiantes fueron parte de procesos de insurrección, acompañando al movimiento obrero y de mujeres en muchas luchas y procesos revolucionarios.
En las campaña por el aborto legal, seguro y gratuito, el movimiento de jóvenes mujeres, que forma parte del mismo y también se organiza, sale a las calles, como lo demuestra la agrupación internacional de mujeres feministas socialistas Pan y Rosas que esta presente en universidades, secundarios y terciarios.
La organización de jóvenes contra los brutales ataques de los diferentes gobiernos, desde el kirchnerismo que se dedicó a precarizar a los jóvenes, es responsable de los asesinatos de Luciano Arruga o Mariano Ferreyra. El macrismo que se dedicó a criminalizar a la juventud, agravo aún más la precarización, continuó desfinanciando la educación y generó más pobres, esto afectó doblemente a los jóvenes, llevando a que muchos dejaran sus estudios.
Ante la terrible situación que vivimos, que es responsabilidad de los gobiernos que pasaron y el que se está yendo, tenemos que tener una juventud organizada porque lo peor no paso, la deuda con el FMI sigue vigente y quienes nos van a gobernar ya garantizaron el pago de la misma. El INDEC publicó datos oficiales: la pobreza fue de 52,6% entre los menores de 15 años; de 42,3% en las personas de 15 a 29. “Se estima que, en Argentina, hay 2 millones 800 mil jóvenes de entre 16 y 24 años que pertenecen a la población económicamente activa, es decir, que trabajan o buscan trabajo. Pero en este sector el trabajo no registrado llega hasta el 61 %, con una duración promedio de cada empleo de 12 meses y con un salario 40 % más bajo que los adultos. Hay 550 mil jóvenes que buscan trabajo y no encuentran.”
Nuestra provincia
En Jujuy gobiernan empresarios y terratenientes, en enero de este año el Gobernador Gerardo Morales obligó a parir a una nena de 12 años víctima de una violación. En noviembre del 2018 dieron semáforo en verde a favor de la explotación del trabajo infantil.
La juventud, es donde más golpea el ajuste y la falta de trabajo. Según informes oficiales, 9 de cada 10 jóvenes tienen trabajos no registrados en la provincia, muy por encima de la media nacional. “Según datos del ex ministerio de Trabajo de la Nación el 90 % de las y los jóvenes de 18 a 24 años trabajan en negro en el conglomerado de San Salvador y Palpalá.”
Este año el gobierno provincial avanzó con el cierre de carreras en institutos terciarios de la mano de la Ministra de Educación, Isolda Calsina. A mediados de año continuaron los ataques, recortaron los boletos estudiantiles gratuitos para estudiantes de la provincia (BEGU y BEGUP) de 60 a 44 pasajes mensuales, a les estudiantes de escuelas profesionales directamente le quitaron el beneficio.
No les bastó con los boletos sino que desde el Ministerio de Educación continuaron, presentaron un proyecto para que la junta calificadora otorgue 15 puntos para los egresados de los IES, mientras a los egresados de la UNJu le otorgarían 10 puntos, al igual que egresados terciario de otras provincias. Este criterio de jerarquización de una carrera de formación sobre la otra, no posee sustento pedagógico-académico alguno, lo que vuelve totalmente arbitraria dicha diferenciación y muestra que quieren enfrentar a estudiantes terciarios y universitarios.
Las Direcciones y Burocracias
Los Centros de Estudiantes y la Federación Universitaria Jujeña ausentes en todos los conflictos, las burocracias han sostenido el régimen de Macri y Morales, estos años dejando pasar todos los ataques. Muchas de estas direcciones están conformadas y dirigidas por los partidos tradicionales como la Franja Morada del partido Radical o la conducción del Centro de Estudiantes de la FHyCS fiel péndulo del PJ.
La relación entre las direcciones estudiantiles y las autoridades del régimen pasan a través de la caja que administra el co-gobierno del Rector de la Universidad de Jujuy Rodolfo Tecchi, los decanos aliados y el gobernador de la provincia. El financiamiento es utilizado para clientelismo, así poder vaciar de política las direcciones estudiantiles, donde cada año parecen jugar aun más con las necesidades de los estudiantes, que denuncian aprietes por becas a dedo o bien terminan precarizados por “contratos de locación” en alguna oficina de la UNJu.
La derrota del macrismo por sus politicas de ajuste recibio el castigo en las urnas y permitio el regreso del peronismo en Argentina, que ya prometió pagar la deuda con el FMI, es una señal de que los ataques a la juventud van a tender a profundizarse. Cuando esto suceda la juventud tiene que salir a las calles, estar organizada, exigir a las direcciones instancias de organización con asambleas estudiantiles e interclaustro, por el no pago de la deuda, ya que la deuda es con los trabajadores, las mujeres y la juventud. El ejemplo es mirar y tomar nota del movimiento juvenil en Chile que sale a las calles a pesar de las terribles represiones de los carabineros, y el gobierno de Piñera que criminaliza y bandaliza a la juventud que se planta por sus derechos a la educación salud y trabajo. A un futuro.