Después de casi dos semanas de alegatos y show nacionalista, ambos países retiran sus delegación y ahora deberán esperar el fallo que se entregará hacia finales de año.
Jueves 29 de marzo de 2018
Desde la semana pasada el tema de La Haya y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se ha tomado los medios de comunicación masiva.
A través de extensas coberturas, los canales de televisión, diarios y radios han transmitido casi sin interrupciones las intervenciones que los abogados de uno y otro lado presentaron antes de los magistrados de la CIJ.
Pero anexo a la transmisión formal del proceso se dio todo un verdadero "show nacionalista" con informes desde La Paz o lugares centrales de la capital nacional.
Todo este verdadero montaje comunicacional incluyó banderazos, twitters, videos, debates, etc. cuyo objetivo no fue más que dirigir la atención pública hacia un conflicto que poco o nada afecta a los intereses del boliviano o chileno promedio.
Exaltando el nacionalismo
Probablemente lo que más llamó la atención durante estas semanas fue cómo a través de redes sociales y otros medios un alto porcentaje de la población salió a defender con unas y mugres una supuesta soberanía que podria ponerse en juego en caso de que Chile perdiera la demanda presentada por Bolivia en La Haya.
Pero lejos de ser esto una realidad, este ambiente favoreció a personajes nefastos para Chile como la alcaldesa de Antofagasta que se dedicó durante las últimas dos semanas a organizar una verdadera campaña antiboliviana en el norte. esta campaña la llevó incluso al extremo de aparecer disfrazada de militar para demostrar su compromiso con la defensa de la "soberania nacional".
Lo que no vio la alcaldesa Rojo es que este tipo de actitudes no hacen más que incitar al odio hacia los inmigrantes y genera un daño irreparable en el autoestima de los niños inmigrantes que viven en el país.
¿Quién gana con la demanda?
Después de dos semanas de show ahora lo que queda es esperar y reflexionar sobre los posibles escenarios que se abrirán a fines de año.
En caso de que la corte entregue la razón a la demanda Boliviana, Chile deberá sentarse a conversar con Bolivia sobre cómo resolver esta demanda, aunque no está obligado a entregar un territorio con soberanía marítima.
De ser este el escenario, no debería cambiar radicalmente la situación, a excepción de que Chile decidiera retirarse del Pacto de Bogotá (que es el que entrega atribuciones y reconocimiento a los fallos de la CIJ) y por lo tanto poner en cuestionamiento su posicionamiento internacional.
En caso de que Chile obtenga la aprobación del tribunal, Bolivia habrá quemado otro cartucho para mantener a flote su aspiración marítima y posiblemente Evo Morales decida cambiar de estrategia para mantener la problemática en los medios adenas de herramienta para la política interior.
Pero en uno u otro escenario no serán los trabajadores y el pueblo trabajador los que ganen.
Si el Estado chileno decidiera entregar territorio soberano a Bolivia, lo haría para beneficiar empresas bolivianas que hoy están buscando nuevos mercados para extender sus beneficios económicos.
El caso de Chile sigue siendo paradigmático ya que todo los recursos que se ubican en la zona del diferendo se encuentra en manos de transancionales (minería) o a grandes grupos económicos nacionales gracias a la corrupta Ley de Pesca.
La única solución viable pasará por cuestionar el nacionalismo a uno y otro lado de la frontera, avanzar a cuestionar los negocios de quienes nos explotan y recuperar los recursos naturales para las grandes mayorías y no para una élite capitalista que hoy los controlan. En este proceso será central el rol que la clase trabajadora pueda jugar en el control de los medios productivos que son los que generan la riqueza, sea boliviana o chilena.
