×
×
Red Internacional
lid bot

Declaración del PTS. El gobierno de Milei, el FMI y las grandes patronales no va más

La estafa con la criptomoneda $LIBRA generó la principal crisis política del gobierno de Milei desde su asunción. Este gobierno y todo el plan de la patronal y el FMI no van más. Es con un paro activo, un plan de lucha y la huelga general que vamos a lograr que se vayan y cambiar el rumbo del país. A continuación presentamos la declaración del PTS/FITU.

Sábado 22 de febrero 22:21

Escuchá esta nota

1- El escándalo de la estafa con la criptomoneda $LIBRA generó la principal crisis política del gobierno de Milei desde su asunción hace poco más de 14 meses. El gobierno miente alevosamente respecto a su responsabilidad en la estafa diciendo que le dio difusión porque era un “tecno optimista” y que quería crear un fondo para favorecer a las empresas del sector. La realidad es que sin el posteo de Milei la operación no hubiera podido realizarse y que sus responsables se reunieron numerosas veces con el presidente en la Casa Rosada. Mientras Hayden Davis (el impulsor principal de la estafa) y otros como él se hicieron de al menos USD 100 millones, se estiman en 44.000 las cuentas afectadas por esta maniobra, entre ellos varios cientos de argentinos. Los especialistas en el tema afirman que no hay promociones de un emprendimiento de este tipo que no tengan retorno económico para quien las realiza. De hecho el propio Milei había promocionado una cripto similar en el pasado, COINX, y en una entrevista de 2022 afirmó que él cobraba por sus “opinions”. La estafa se vio agravada por la entrevista realizada por Milei para TN con Jonatan Viale, donde se filtraron las imágenes del “crudo” de la filmación en la que se puede ver cómo Santiago Caputo frena y modifica la entrevista con la aceptación del entrevistador.

2- La crisis golpeó fuerte la imagen presidencial en el país y en el exterior, con récord de menciones negativas en redes sociales y repercusión negativa en la prensa mundial. Más allá de las fluctuaciones de la opinión pública, todas las debilidades reales del gobierno quedaron en evidencia, con el Presidente y su hermana como principales implicados de las denuncias que tiene que enfrentar tanto en la Justicia argentina como en la estadounidense. Con Santiago Caputo diciéndole al oído lo que debía decir y Hayden Davis afirmando que “lo tenía controlado” porque le había pagado a Karina, Milei, el supuesto “león”, se mostró como alguien manejado por otros. Sus mentiras respecto del hecho no resisten ningún análisis mínimamente serio. Fue tal el escándalo que la estafa ha sido una suerte de catalizador para todos los agraviados por los ataques de Milei, las víctimas reales de su brutal ajuste y de sus ataques antidemocráticos, de su estafa más general: la de que venía a ajustar a la “casta”. Otra mentira evidente, cuando se rodeó de esa misma casta (empezando por ¡Scioli!) y ajustó brutalmente al pueblo. Ya habíamos tenido un anticipo de la reacción anti gubernamental que hoy estamos viendo en la respuesta frente a sus dichos en Davos, con sus ataques a los “zurdos de mierda”, al colectivo LGTBIQ, al movimiento feminista, con las multitudinarias marchas del 1 de febrero. En los lugares de trabajo y en las redes sociales, para mucha gente que se opone a este gobierno, la crisis se vivió como un cambio de situación, después de meses a la defensiva por obra y gracia de las direcciones políticas y sindicales que han venido sosteniendo al gobierno ultra derechista. No debemos olvidar que estamos ante un gobierno que es débil institucionalmente, pero que debe su fuerza al sostén del poder económico, al que beneficia con sus medidas y a los sectores políticos y sindicales que lo apoyan o se niegan a enfrentarlo, junto al alineamiento del grueso del poder mediático. Y que es sostenido por toda la ultraderecha internacional, empezando por Trump y Elon Musk.

3- En lo inmediato, el gobierno operó fuerte en el mercado de valores, mediante operaciones con acciones pertenecientes al Fondo de Garantías de la ANSES (que son recursos que pertenecen a jubilados y jubiladas) y con la liquidación de dólares en los mercados paralelos (CCL, MEP y blue) para que los efectos de la crisis no se contagie inmediatamente en los mercados financieros, algo que por ahora logró con un alto costo. Lo cierto es que la economía, sometida al FMI, ya venía en una situación de fragilidad por la falta de reservas (USD 10 mil millones negativas, igual a como las dejó Alberto Fernández), debido al pago de una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta, a las utilidades giradas al exterior por las grandes empresas y por los dólares gastados en intervenir en el mercado financiero. Además, la recesión continúa en varios sectores de la economía, con una nueva caída interanual del 10% del consumo de alimentos y bebidas en enero. Junto con las actividades extractivas (petróleo, gas y minería esencialmente) lo otro que funciona es la especulación financiera, donde gracias al “carry trade” se vienen realizando fabulosas ganancias en dólares. El centro de la política gubernamental ha sido mantener el esquema de ir devaluando el dólar oficial a un ritmo muy por debajo de la inflación, a costa de reservas, de los dólares del “blanqueo” y de recesión, para de esa manera contener la inflación, que según los especialistas se encuentra subestimada en las mediciones oficiales, estancada supuestamente entre el 2 y 3% mensual. Según JP Morgan, el gobierno ya gastó USD 21 mil millones en sostener el tipo de cambio. A la vez mantiene frenados los aumentos de salarios, permitiendo en la mayoría de los casos el 1% mensual, o sea dos o tres veces menos que la inflación declarada. Pese al brutal ajuste fiscal de estos 14 meses, descargado sobre las jubilaciones, la obra pública, los trabajadores estatales y las transferencias a los estados provinciales, la inversión es muy baja y se perdieron casi 200.000 puestos de trabajo de asalariados del sector formal. Por la suba de los costos en dólares y la recesión rubros enteros de la industria se encuentran afectados, con cientos de empresas que han cerrado, incluso filiales de multinacionales que han dejado el país. La apuesta del gobierno venía siendo mantener este equilibrio precario hasta lograr, vía la intervención del gobierno de Trump, un nuevo acuerdo con el FMI, ya sea uno de corto plazo para hacer frente a los vencimientos de este año, u otro de mayor envergadura que le permita contar con fondos frescos para tratar de avanzar en la salida del cepo a fin de año, devaluando la moneda como exige el Fondo después de las elecciones. Hay que ver si este plan puede sostenerse luego del “cripto gate”.

4- El desarrollo de la crisis política actual tiene, esquemáticamente, dos escenarios. El primero es que, más allá de los favores de la casta política y judicial, la crisis continúe y el gobierno no pueda sostenerse, cuestión que sin una intervención decidida del movimiento de masas difícilmente pueda darse. El otro es que, aún golpeado, logre sostenerse y siga apostando a un triunfo político en las elecciones de octubre. En el medio pueden ocurrir todas las combinaciones posibles. El gobierno, obviamente, apuesta a que debido a que la estafa solo afectó directamente a unos cientos de personas en el país, no genere mucha conmoción y pueda cambiar rápidamente la agenda política. Algo de esto consiguió con las votaciones en el Senado del jueves 20 de febrero, donde logró evitar por un voto que se constituya una Comisión Investigadora de la estafa y modificar el calendario electoral suspendiendo las PASO. Para la primera votación contó con el voto decisivo de 6 senadores radicales, entre ellos el Senador de Corrientes Eduardo Visch (jefe del bloque del Senado de la UCR), con el hecho insólito que había estado entre los firmantes del proyecto en votación. Para la segunda acompañaron al gobierno 11 senadores de Unión por la Patria, como ya había ocurrido con 25 diputados cuando se votó en la Cámara baja. Nuevamente los partidos del sistema salieron, en el Parlamento, en auxilio del gobierno, como lo han hecho en todo su mandato (ley Bases, no impulsar el tratamiento en Diputados del DNU 70/23, vetos a movilidad jubilatoria y financiamiento universitario, etc.). Lo que hemos denominado “el sistema de las pelucas”, donde diputados o senadores de la oposición votan lo que le conviene al gobierno, a veces en base a la compra de votos como muestra el caso Kueider en la corrupta Ley Bases. La justicia, a su vez, está actuando hasta el momento con su lentitud característica cuando se trata de causas que afectan al poder político en ejercicio. Este respiro no significa, sin embargo, que el gobierno haya superado la crisis: todos los días siguen saliendo nuevas informaciones respecto de la trama de coimas en la que se sustenta el funcionamiento del elenco gubernamental. Falta ver además el impacto de las causas internacionales, donde el gobierno no ejerce la misma influencia que localmente. Pero lo decisivo es si ante esta crisis se produce una intervención independiente del movimiento de masas, que aproveche la debilidad de Milei para ir por sus propias reivindicaciones, terminar con este gobierno de coimeros y estafadores, derrotar el ajuste patronal y cambiar el rumbo del país.

5- Ante la crisis, luego de dejar al gobierno debilitarse en un primer momento, tanto el PRO como la mayoría de los gobernadores salieron a sostener a Milei, como lo expresaron las votaciones en el Senado, donde Milei fue apoyado tanto por gobernadores del ex Juntos por el Cambio como del peronismo cordobés para evitar la Comisión Investigadora, y por varios gobernadores peronistas de Unión por la Patria para suspender las PASO. Al día siguiente el peronismo en bloque votó la suspensión de las PASO en CABA, incluso los legisladores que responden a Juan Grabois, favoreciendo a Jorge Macri. En la Cámara de Diputados, mientras el PRO se opone a cualquier tipo de investigación, un sector del radicalismo y de otros bloques menores proponen una Comisión Investigadora (como la que se rechazó en el Senado) mientras Unión por la Patria sostiene la necesidad de impulsar el juicio político, un camino que sus propios impulsores consideran que no puede avanzar. Como vimos con lo ocurrido en el Senado, en lo que hace al peronismo, el planteo de juicio político es una táctica distraccionista: lo plantean en la Cámara de Diputados donde no va a salir, mientras en el Senado le votaron la suspensión de las PASO como quiere Milei (para mejorar las condiciones para sacar más diputados y senadores) y no movilizan contra el gobierno. Incluso en medio de la crisis dos altos dirigentes de la CGT estaban con Kristalina Georgieva para favorecer el acuerdo de Milei con el FMI. En el sistema constitucional argentino, el juicio político se inicia en Diputados con una investigación que realiza la comisión respectiva y, si aquí se consigue dictamen, para formular la acusación se tiene que votar por dos tercios en el recinto. Luego va al Senado que es el órgano que juzga, y paradójicamente acaba de rechazar siquiera conformar una comisión investigadora. Además ni siquiera hay una mayoría garantizada en la Comisión de Juicio Político de Diputados para iniciar una investigación, sumado a que no está resuelto quién la preside por una interna de LLA. Y en el recinto también sería muy complicado conseguir los dos tercios que no se lograron para evitar los vetos a los jubilados o al financiamiento universitario. Pero lo que en el peronismo, como mostramos, es una política conscientemente distraccionista, para favorecer la desmovilización, en el caso de compañeros con quienes conformamos el Frente de Izquierda que impulsan el juicio político, como el PO e Izquierda Socialista, es abonar las ilusiones en que es el Parlamento y no las masas en las calles las que pueden terminar con este gobierno. Tiene además el problema que el juicio político es a Milei y, de ser destituido, la que quedaría al mando del Ejecutivo sería Victoria Villarruel. Independientemente que de tratarse en el recinto votemos favorablemente a un planteo de emplazamiento a que se constituya y sesione la comisión respectiva, y a utilizar como medio de denuncia del gobierno y como comisión de investigación si el proceso se iniciara, tenemos que señalar con claridad la trampa que significa este mecanismo. Como señalamos, todo nuestro eje pasa por impulsar la acción directa de la clase trabajadora y todos los sectores explotados y oprimidos y no crear la ilusión de que el Parlamento (o la Justicia) dará una respuesta positiva a esta crisis. A esta irrupción del movimiento de masas dirigimos todos nuestros esfuerzos. Desde el PTS-FITU, nuestro planteo es claro: la salida no va a venir del Parlamento ni de la justicia sino de la lucha en las calles. Esto no significa, obviamente, no utilizar la tribuna parlamentaria para desenmascarar las maniobras de impunidad del gobierno, pero rechazamos alentar la idea que será un mecanismo institucional el que pueda terminar con el gobierno y el régimen. Hay que decir claramente: esta crisis, que ha debilitado a Milei, plantea agitar que este gobierno y todo el plan de la patronal y el FMI no van más. Es con un paro activo, un plan de lucha y la huelga general que vamos a lograr que se vayan y cambiar el rumbo del país. La coordinación y el reagrupamiento de todos los sectores combativos y en lucha es clave para imponer esta perspectiva.

6- Nuestro partido plantea que no hay salida favorable a la clase trabajadora y a las masas populares sin imponer un cambio total de rumbo al que vienen imponiendo los gobiernos capitalistas y las grandes patronales. Ese cambio implica un programa de emergencia que plantee: un salario mínimo que cubra el costo de la canasta familiar; reducción de la jornada laboral a 6 horas sin afectar los salarios y que se repartan las horas liberadas entre ocupados y desocupados; terminar con toda forma de precarización laboral y que el aguinaldo, las vacaciones pagas y las licencias por enfermedad y estudio sean una realidad para el 100% de la clase trabajadora; un plan de obras públicas con eje en solucionar la situación de emergencia habitacional de cuatro millones de familias; la ruptura con el FMI y el desconocimiento soberano de una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta; la nacionalización bajo gestión de los trabajadores todos los recursos estratégicos de la economía; entre otros puntos fundamentales. que solo pueden materializarse hasta el final en un gobierno de las y los trabajadores. Desde el PTS en el Frente de Izquierda venimos debatiendo con trabajadores, mujeres y jóvenes que es necesario construir el partido de la resistencia de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud, contra todas las fuerzas políticas que defienden este régimen al servicio de las grandes patronales y de una u otra manera no quieren derrotar al gobierno y el plan de la extrema derecha. Esa fuerza política queremos que defienda la perspectiva de que gobierne la clase trabajadora y promueva una organización socialista de la sociedad. Como sabemos que esa perspectiva es hoy minoritaria, ante la pregunta de qué proponemos si se desarrolla la movilización y Milei es derrotado, planteamos una instancia democrática para que sea el pueblo todo, que confía en la fuerza de su voto (sufragio universal), el que pueda decidir mediante una Asamblea Constituyente Libre y Soberana. Una Constituyente convocada tomando el país como distrito único, para que sea el pueblo trabajador el que discuta y decida, sin limitaciones de ningún otro de los poderes del estado, donde impulsaremos el programa antes señalado. Desde ya, esta perspectiva, sólo puede darse mediante la irrupción en las calles de la clase trabajadora, que es hoy el principal desafío que tenemos por delante. El planteo de Asamblea Constituyente es también para enfrentar las distintas salidas alternativas que intentará montar el régimen si la crisis se agudiza y Milei no puede sostenerse en el gobierno, si el libertario se transforma en una suerte de De la Rúa. Esas variantes van de un gobierno de Villarruel con el PRO y sectores del peronismo; algún otro libertario de la línea de sucesión; o alguien salido de la Asamblea Legislativa, como en su momento fue Duhalde (Pichetto o alguien de Unión por la Patria si hay que contener al movimiento de masas); también el llamado a nuevas elecciones presidenciales unificadas con las legislativas. Desde ya, esas hoy no son variantes inmediatas, pero podrían plantearse si la crisis política se acelera. En cualquier caso, el planteo de Asamblea Constituyente permite enfrentar todas estas maniobras antidemocráticas. De irrumpir el movimiento de masas, la lucha por la Constituyente puede favorecer el desarrollo de los organismos de autoorganización de la clase trabajadora que se transformen en la base de un nuevo poder, de un gobierno de las y los trabajadores en ruptura con el capitalismo, independientemente de las causas iniciales que impulsen el desarrollo de estos organismos, los tenemos que impulsar en cada oportunidad que podamos. Tenemos que explicar que, si no logramos torcer el rumbo en este sentido, continuarán y se profundizarán las políticas de ajuste, con la continuidad del sometimiento al FMI, como ya vimos durante el gobierno del Frente de Todos de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Milei es solo un ejecutor de una partitura escrita por la clase dominante, a la que hay que derrotar para que no sean jubilados, trabajadores y el conjunto del pueblo pobre los que sigan pagando los costos de la crisis. O una irrupción de la clase trabajadora, o la continuidad de la esclavitud.

7- Algunas compañeras y compañeros preguntan: “¿Pero en Chile la Asamblea Constituyente no terminó siendo un mecanismo para frenar la rebelión popular?”. Cierto. Allí, durante la revuelta contra el gobierno de Piñera iniciada en octubre de 2019, el planteo de Asamblea Constituyente para terminar con la Constitución pinochetista se había vuelto popular y había jugado un rol progresivo al inicio de la rebelión, articulada con el planteo de “Fuera Piñera”. Pero, ante la entrada en escena del movimiento obrero con el paro general del 12 de noviembre de 2019, el régimen utilizó el planteo de Constituyente como forma de evitar la caída de Piñera e ir recomponiendo al régimen en etapas. En las masas movilizadas la Constituyente iba en el sentido de terminar con las Constitución neoliberal de la dictadura, que consagraba la privatización de la salud, la educación y las jubilaciones, entre otros puntos: terminar con los “treinta años” del Chile neoliberal, con la ilusión de poder hacerlo sin cuestionar el carácter capitalista del país. La maniobra, denunciada como “la Cocina”, se hizo finalmente en el Parlamento poco después del paro general, que asustó fuertemente al gobierno y a la burguesía. Por eso terminaron aceptando el llamado a una Constituyente pero controlada a partir de la cláusula de los dos tercios de los convencionales necesarios para aprobar los distintos artículos. Esta salida implicó la claudicación de una parte de la izquierda que la acordó con la derecha en el Congreso. Primero, se comprometieron a sostener a Piñera en el gobierno, respetando el calendario electoral: que no se plantee el “Fuera Piñera”; segundo, generaron ilusiones en una Constituyente amañada mientras se sacaba a las masas de las calles y se desacreditaba cualquier medida mínimamente transformadora. Este desvío se completó en varias etapas: llegada de Gabriel Boric al gobierno; derrota del proyecto de Nueva Constitución “progresista” en el Plebiscito; nueva propuesta de Constitución ahora hegemonizada por la derecha; la cual también fue rechazada. Resultado: gobierno de Boric como una versión reciclada de los gobiernos de la Concertación, sin ningún cambio estructural del régimen, ni siquiera el fin de las odiadas AFP (jubilaciones privadas) o de la salud como negocio. Y ahora una nueva elección presidencial en 2026 donde podría volver la derecha al poder o continuar un gobierno parecido al actual, defraudando todas las expectativas de cambio que había generado “la revuelta”, como se la conoce en el país hermano. Esto fue posible porque a pesar del carácter masivo de las movilizaciones, no hubo hegemonía de la clase trabajadora en las mismas y Piñera y todo el régimen, incluyendo las direcciones reformistas como el Partido Comunista, pudieron maniobrar para contener el desafío de las masas. También porque las experiencias de autoorganización fueron limitadas, desde las Asambleas Populares al Comité de Emergencia y Resguardo de Antofagasta. Estas lecciones del proceso chileno hay que tenerlas muy en claro, tanto para ver las potencialidades como los límites del planteo de Asamblea Constituyente, y cómo de ser progresivo puede transformarse en lo contrario.

8- Recapitulando: estamos en una crisis en pleno desarrollo. Hay una tensión entre las maniobras del régimen para sostener a un Milei golpeado y las posibilidades que la clase trabajadora y el conjunto de las masas aprovechen la oportunidad para irrumpir en la escena política. Nuestra apuesta es por esta última perspectiva, empezando por apoyar e impulsar cada reclamo, cada lucha como las del Hospital Bonaparte y los sectores de la salud, la docencia, los jubilados, de EPEC en Córdoba, de los movimientos de desocupados, la lucha de lxs trabajadorxs de los Sitios de la Memoria, del PAMI, de Granja Tres Arroyos en Entre Ríos, de Linde Praxair, Shell y todas las luchas que están en curso a lo largo y ancho del país. Llamando a romper la tregua y exigiendo paro y plan de lucha a las centrales sindicales. Impulsando toda forma de coordinación de los sectores en lucha. Batallando en todos los terrenos contra el gobierno coimero y estafador de la ultraderecha. Denunciando cada una de las claudicaciones de sus supuestos “opositores”. Todo el gobierno de Milei y el plan de las patronales y el FMI no van más. Es hora que la clase trabajadora gane las calles, junto a todos los sectores atacados y agraviados por el gobierno ajustador y liberticida. Se necesita una acción de la envergadura de lo que fue el Cordobazo contra la dictadura de Onganía. Derrotar a este gobierno tiene además una significación internacional, ya que es presentado como un ícono de la ultraderecha, bufón de Trump en cuanta oportunidad tiene. Desde la izquierda tenemos el desafío de postularnos para ser parte del proceso de masas de superación de un peronismo hoy en crisis, pero que busca seguir conteniendo al movimiento de masas y reeditar experiencias desastrosas como la que experimentamos en su último gobierno. Actuar, impulsando cada lucha agitando la necesidad de terminar con este gobierno, y explicar pacientemente nuestra perspectiva estratégica, son nuestras tareas del momento.