En dos movilizaciones multitudinarias entre el sábado y el domingo, cientos de miles de personas marcharon en Alemania contra el partido de la extrema derecha y contra la política oficial de expulsión de migrantes.
Lunes 22 de enero 11:48
Cientos de miles de personas salieron este domingo a las calles de Alemania, en el segundo día consecutivo de manifestaciones, en ciudades como Berlín, Múnich (sur) o Colonia (oeste) para protestar contra la ultraderecha, en particular el partido Alternativa por Alemania (AfD) y contra la expulsión de migrantes. Solo en Berlín se movilizaron más de 350.000 personas según los organizadores.
En la capital alemana, la protesta fue convocada por una alianza de partidos, ONG y sindicatos con el lema ’Defender la democracia: juntos contra la derecha’, mientras que los asistentes portaban pancartas con lemas como "No hay sitio para nazis" o "Derechos humanos en vez de humanos de derechas".
En Múnich, las autoridades decidieron "interrumpir" (en los hechos prohibir) la marcha convocada por 230 organizaciones de la sociedad civil cuando recién estaba comenzando bajo la excusa de que debido a la elevada afluencia de manifestantes, ya no era posible garantizar su seguridad. Allí había unas 100.000 personas, según la Policía, y el doble según los organizadores.
Decenas de miles de personas también se manifestaron en ciudades como Colonia (oeste), Bremen (norte), Saarbrücken (sur), y también hubo una nutrida asistencia en ciudades menores.
La oleada de protestas se produce después de que hace diez días un medio de investigación revelara que varios representantes del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD) participaron en un encuentro con neonazis, ultraderechistas y ultraconservadores de diversa índole en el que se abordaron planes para expulsar del país a millones de migrantes.
El ascenso del AfD ha adquirido proporciones alarmantes ya que a nivel nacional, es la segunda fuerza según las encuestas. Incluso podría ganar en las tres elecciones regionales de Alemania del Este en septiembre. La AfD, como lo demuestra la reunión secreta en Potsdam, ayuda a los nazis a establecer contactos con la política y el poder y busca una limpieza étnica en Alemania, que esté dirigida principalmente contra los musulmanes.
A pesar de los cientos de miles de personas en las calles, la derecha viene fortaleciéndose y ejerciendo influencia en la política gubernamental. De hecho, su propio crecimiento está estrechamente ligado con las políticas derechistas llevadas adelante por el gobierno de coalición que mientras por un lado saluda las marchas y, en algunos casos participa de ellas, por otro lado toma en sus manos las políticas exigidas por la extrema derecha. Es el caso de la implementación de las políticas antimusulmanas de la derecha con el pretexto de luchar contra el “antisemitismo importado”. Apenas una semana después de que se conociera la reunión de organizaciones nazis, la coalición gubernamental votó una ley para facilitar las deportaciones. Al hacerlo, legitimó la política promovida por AfD.
La demonización de los migrantes y de los sectores empobrecidos es un factor común compartido por la extrema derecha, la socialdemocracia, los socialcristianos y toda la coalición de Gobierno, que apoyaron un programa brutal de recortes en todas las áreas para financiar un programa de armamento guerrerista por 100.000 millones de euros que no tiene precedentes desde la segunda guerra mundial. Es un plan acordado desde el inicio de la guerra en Ucrania que busca fortalecer a la OTAN y en la que Alemania quiere tener un rol protagónico. Los efectos del ajuste que implica este presupuesto multimillonario de guerra, como el apoyo incondicional del Gobierno alemán al genocidio que Israel viene llevando adelante sobre la población palestina, es manipulado por la extrema derecha para cargar sobre los migrantes, en particular los musulmanes, y los sectores pobres, aprovechando para dividir a los más agraviados de la sociedad enfrentando a unos contra otros, y acelerando su política de deportaciones masivas.
Ante esta situación existen en curso debates sobre la exigencia de que AfD sea prohibido como partido, pretendiendo que de esa manera se puede acabar con la extrema derecha. Como señala un editorial de Klasse Gegen Klasse, que forma parte de la red Internacional La Izquierda Diario en Alemania: "Los debates actuales sobre la prohibición pasan por alto el núcleo del problema: dan la idea de que la amenaza inminente del AfD puede simplemente prohibirse, fortaleciendo así las ilusiones en el Estado. Pero no es así. Para destruir al AfD se necesita organización y movilización en las calles, en las fábricas y empresas, en las universidades y en las escuelas, en lugar de confiar en la policía, los tribunales y los servicios secretos.
El fortalecimiento del militarismo es el caldo de cultivo en el que la AfD puede seguir creciendo. Para detenerlos, los sindicatos deben ponerse a la cabeza del movimiento y convocar reuniones de fábrica y empresa para lo que implica el fortalecimiento de AfD y decidir democráticamente acciones como manifestaciones y huelgas. Esto debe ir acompañado del debate de un programa de conjunto para romper con lo que hoy le da fuerza a la extrema derecha. Un programa y un plan que incluya 1) manifestaciones masivas y huelgas políticas contra una posible participación de AfD en el Gobierno, 2)la movilización sindical contra la AfD y las reuniones en las empresas de sindicatos y comités de empresa para construir una base social contra la derecha 3) el fin de todas las deportaciones 4) la expropiaciones de bancos y corporaciones. Impuestos sobre la riqueza para financiar servicios sociales, vivienda, educación, sanidad y medio ambiente, en lugar de las empresas de defensa y el presupuesto multimillonario para un guerrerismo que terminan pagando los bolsillos de la población 5) Solidaridad con los agricultores y por las luchas comunes de los agricultores, los ferroviarios y la huelga climática contra los recortes 6) Reducción de la jornada laboral con salario completo, compensación por inflación e igualación de salarios en el Este y el Oeste 7) Detener todos los envíos de armas, y terminar con el apoyo al genocidio en Gaza."