Hasta ahora, Ucrania podía utilizar los misiles ATACMS para sus ataques contra posiciones rusas dentro del territorio ucraniano. Biden dio luz verde este domingo para qué sean usados sobre suelo ruso. Infografía del misil ATACMS.
Lunes 18 de noviembre 10:29
Fuente Efe
La autorización por parte de Estados Unidos del uso de misiles de largo alcance ATACMS contra objetivos en territorio ruso, adelantada por medios estadounidenses, es un cambio sustancial en la política de la administración de Joe Biden respecto a la guerra de Ucrania.
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Hasta ahora, Ucrania podía utilizar los misiles ATACMS para sus ataques contra posiciones rusas dentro del territorio ucraniano, aunque el presidente Volodímir Zelenski solicitaba desde hace meses emplearlos para bombardear objetivos en Rusia.
¿Cómo funcionan los misiles ATACMS?
El sistema de misiles tácticos convencionales del Ejército de Tierra (ATACMS, por sus siglas en inglés) es un sistema de ataque superficie-superficie de alta precisión fabricado por la empresa estadounidense Lockheed Martin.
Fueron utilizados por primera vez durante la operación Tormenta del Desierto, entre 1990 y 1991, durante el ataque de Estados Unidos a Irak.
Los ATACMS disponen de un sistema de navegación inercial asistido por GPS y son propulsados por combustible sólido. Miden aproximadamente 4 metros de longitud, tienen un diámetro de 60,96 centímetros y cuentan con una ojiva de 226 kilogramos de explosión fragmentada.
Pueden ser lanzados desde una plataforma de lanzamiento múltiple M270 o desde el sistema móvil HIMARS (por sus siglas en inglés).
Estados Unidos suministró a Ucrania los primeros ATACMS en otoño de 2023, pero solo para emplearlos en territorio ucraniano y en una versión con un alcance más reducido que los que han sido enviados en los últimos meses, 165 kilómetros frente a 300.
El pasado 3 de octubre el Ejército de Ucrania informó de la destrucción de un valioso radar ruso modelo Nebo-M mediante un misil ATACMS, aunque no precisó dónde se produjo el ataque.
Pese a la intensa campaña por parte de Kiev para que Washington levantara la prohibición de utilizar estos misiles dentro de Rusia, la Casa Blanca no había cedido hasta ahora y en octubre apostó por una solución alternativa: 800 millones de dólares de ayuda para que la industria militar ucraniana redoblara la producción de armamento de largo alcance.
El 1 de noviembre pasado Zelenski puso sobre la mesa la posibilidad de atacar con los ATACMS la región del Kursk en Rusia que fue ocupada parcialmente por tropas ucranianas meses atrás pero que hoy está siendo objeto de una ofensiva de tropas rusas, con la ayuda de tropas norcoreanas, para recuperarla.
Además de los ATACMS, Ucrania dispone de otros misiles de crucero, los Storm Shadow suministrados por el Reino Unido, y los SCALP-EG, proporcionados por Francia. Como en el caso anterior, hasta la fecha ninguno de los dos había aprobado su uso en suelo ruso, lo que es considerado una línea roja por el Kremlin.
Fuente : Efe