Como en las películas distópicas, los mandatarios estadounidense y mexicano anunciaron que regresará el programa "Remain in México" creado por Trump, por el cual los buscadores de asilo en Estados Unidos, deberán permanecer del lado mexicano de la frontera.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Viernes 3 de diciembre de 2021 16:39
Verónica G. Cárdenas; The Texas Tribune/ProPublica
El pasado jueves 2 de diciembre se hizo público el anuncio de Biden y López Obrador del regreso del programa "Remain in Mexico" (permanece en México), un programa ideado por el republicano Donald Trump para frenar la ola migrante al gigante imperialista y que obliga a quienes buscan asilo a permanecer en el lado mexicano de la frontera.
El programa fue anunciado por primera vez el 20 de diciembre de 2018 y ratificado e implementado el 25 de enero del año siguiente, denominado como "protocolos de protección de los migrantes", popularmente conocido como "permanece en México". El mismo ha sido denunciado por organismos y defensores de migrantes y de derechos humanos por poner a merced del crimen organizado y bandas xenófobas a los migrantes que buscan ingresar a Estados Unidos en busca del "sueño americano".
El pasado jueves, la administración de Joe Biden anunció que el programa volvería con el aval del gobierno de López Obrador -AMLO- luego de llegar ambos mandatarios a un acuerdo. Esto vuelve a poner en riesgo a cientos de personas que van a volver a ser deportadas y mantenidas en la frontera tanto por la patrulla fronteriza estadounidense (junto a bandas paramilitares de derecha como los Minutemen) como por el Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional en México.
De "inhumano" a "seguir la ley"
En realidad, del lado estadounidense, la ley fue primero removida por la administración de Joe Biden, pero luego la revivió el juez federal Matthew Kacsmaryk, quien fue designado en su puesto por Trump.
Sin embargo, aunque Biden llegó a la presidencia con una agenda autodeclarada como progresiva y de defensa de derechos humanos, con el propio Biden denominando al programa "Remain in Mexico" como "inhumano", la decisión del juez Kacsmaryk, aunque está siendo apelada por su administración, por el momento se está respetando. Al respecto es que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, declaró el pasado jueves que Biden sigue creyendo que hay "costos humanos injustificados" del programa, pero que "también creemos en seguir la ley".
Con la medida, los migrantes que buscan asilo —y que lo hacen porque escapan a la pobreza e inseguridad de sus países, en su mayoría como consecuencia de las políticas dictadas para sus gobiernos desde la Casa Blanca— estarán no solamente en riesgo por exponerse a la extorsión, secuestros, violaciones sexuales e inseguridad del crimen organizado, sino también a las condiciones insalubres y los contagios de las diversas variantes de COVID.
AMLO beneficiado con los migrantes
Como ya señalamos desde este diario, la política del programa "Sembrando vida" fue llevada a la COP26 como un modelo "exitoso" para otorgar empleo. Pero en los hechos, esos empleos son ocupados por trabajadores migrantes centroamericanos que apenas perciben cerca de 5 mil pesos mexicanos por su esfuerzo.
Aunado a ello, los beneficiarios son los hijos mayores del presidente, empresarios que poseen fincas de cacao donde elaboran chocolate fino con la marca Chocolates Rocío. Eso tampoco impide que el gobierno mexicano por sí mismo deporte a miles de migrantes y los devuelva a sus respectivos países.
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Con la pasada Cumbre de Líderes de América del Norte, López Obrador se jactó diciendo que a México ya no se lo trate como patio trasero de Estados Unidos, pero este tipo de políticas y gestos demuestran una vez más que, sin importar si "burros" (demócratas) o "elefantes" (republicanos) sean los huéspedes de la Casa Blanca, el gobierno mexicano sigue diligentemente las instrucciones que se le dan.
Ante ello, tanto en México como en Estados Unidos es clave forjar una alianza bilateral e internacionalista entre los trabajadores mexicanos explotados, los migrantes de Centroamérica y el poderoso y multiétnico proletariado estadounidense. Para ello se necesita forjar una política independiente, en América Latina, de los gobiernos ya sean de la derecha neoliberal (encarnados en personajes como Juan Orlando Hernández o la coalición Va por México y el Frente Cívico Nacional) o la centroizquierda que mantiene continuidad con las políticas empresariales, donde encontramos al mismo AMLO.
Del lado estadounidense, es necesario romper con el Partido Demócrata, denominado con justa razón como el "cementerio de los movimientos sociales" y combatir también al trumpismo y las políticas de los republicanos, lo cual incluye la alianza de la clase obrera estadounidense, sumando en la lucha a los trabajadores blancos e inmigrantes. En ambos casos, la pelea incluye la recuperación de las organizaciones obreras y sindicales mediante la expulsión de los burócratas de la AFL-CIO y de los charros de la CTM (Central de Trabajadores Mexicanos) para volver a los sindicatos en órganos democráticos y combativos.
Debemos frenarle la mano a Biden, AMLO y garantizar condiciones dignas para los trabajadores y migrantes a ambos lados del Río Bravo. Como dijimos, para eso es necesaria la unidad y la fuerza social que posee la clase trabajadora multiétnica de Estados Unidos y trabajadoras y trabajadores mexicanos.
Esa además es la base fundamental para la perspectiva de un gobierno de los trabajadores y el pueblo pobre para derrocar al capitalismo y a los agentes políticos y económicos que lo perpetúan a expensas de las mayorías oprimidas del mundo.
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana