Distintas iniciativas llevadas adelante por docentes, padres y alumnos, reflejan el rechazo a estas evaluaciones estandarizadas similares a las que el Banco Mundial impulsó en los ’90 para intentar avanzar en modelos privatistas de educación.
Martes 7 de noviembre de 2017
En las escuelas andan diciendo “No al Aprender”, y es que la Escuela como institución es una caja de resonancia de los conflictos sociales, un espacio testigo del contexto socio político que integran padres, docentes y alumnos.
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Es por esto que en muchos casos estos actores de la comunidad educativa toman una lectura de los programas educativos que va más allá del “discurso oficial” o el cuadernillo que baja el ministerio.
Hoy, en este contexto de ajuste, en el que se prepara una reforma laboral para atacar a las y los trabajadores, la educación es uno de los derechos que tienen que defenderse, y de eso se trata hoy el boicot al APRENDER.
“Sabemos que se realizan para implementar reformas educativas siguiendo los intereses del gobierno nacional. No podemos perder de vista que se da en el marco de recortes presupuestarios altísimos en la educación pública. Los resultados del Operativo Aprender que se realizó el año pasado, se usaron para deslegitimar la lucha que los docentes estaban llevando a cabo por un salario digno, para responsabilizar a la docencia de la crisis educativa".
Así lo expresan estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano que integran la agrupación "La Chispa" en una Carta Abierta a los estudiantes sobre el Operativo Aprender, que se puede leer completa acá.
En la misma escuela los padres también tomaron la palabra: “Son pruebas estandarizadas, externas y descontextualizadas. Por ende, no tienen en cuenta cómo nuestros hijos llevan adelante el proceso de enseñanza-aprendizaje y por lo tanto tampoco aportan a su desarrollo.
La evaluación es realizada por personal externo, o sea desconocidos para nosotros y nuestros hijos, lo que genera desconfianza y aporta estrés innecesario a los evaluados. Tiende a responsabilizar a los estudiantes y docentes de las carencias del sistema educativo”.
Así define la evaluación el Colectivo Madres y Padres del Belgrano por la Educación Pública, y continua:
“Entendemos que las evaluaciones deben ser una instancia de reflexión y diálogo que involucra a tod@s los actores.
Por todo esto: Rechazamos este tipo de evaluaciones en defensa de la escuela pública y de una educación de sujetos críticos y comprometidos con su realidad.
Promovemos no hacer la prueba adjuntando una nota que indique que no autorizamos a nuestros hijos a realizar la evaluación por los puntos arriba señalados”.
Por el lado de las y los docentes, a pesar de que el la UEPC juega un rol nefasto avalando los operativos, en las aulas crece el rechazo por parte de maestras y profesores que tienen que “preparar” a los alumnos. Es el caso de una docente primaria que nos relató:
"La directora de mi escuela pidió intervenir en una reunión de padres en septiembre, cuando estábamos entregando el IPE (Informe de Progreso Escolar). Allí comunicó que el 7 de noviembre el gobierno nacional tomaría las evaluaciones Aprender. Que las evaluaciones revelarían cómo están los aprendizajes de los niños en todas las escuelas del país y que a partir de esos resultados el gobierno tomaría decisiones para "mejorar" la educación. En ese momento aclaré que yo no iba a intervenir con eso que considero una farsa, que no iba a ser aplicadora del operativo y que no iba a interrumpir los temas que estaba dando para hacerles practicar. Que hacer este despliegue es carísimo y que era mentira que se proponían mejorar, ya que cada vez el presupuesto para educación es menor. Y que a ese dinero se lo podría destinar a las escuelas que tantas necesidades tienen.
Algunas madres dijeron que si no eran obligatorias podrían no hacerlas. A lo que la directora, elevando el tono de voz, dijo que ella era la autoridad y que posiblemente yo recibiría alguna sanción. Le respondí que eso no es posible, porque no es obligatorio para los docentes ser aplicadores.
Pero aun así, la semana pasada intentó obligarnos a hacerlos practicar. Volví a negarme. Y notablemente irritada gritando me dijo que era mi obligación pedagógica prepararlos. A lo que respondí que ella sabía bien que hace 2 años los estoy preparando.
De 25 alumnos que tengo en mi grado, solo van a asistir la mitad".
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Una mamá de la escuela Ejército de los Andes nos dijo que ella y su familia decidieron boicotear la evaluación no mandando a su hijo a la escuela. Ella acudirá a la escuela mañana para llevar una nota de “justificación” de la ausencia de su hijo con los motivos por los cuales se opone a este operativo.
“Este tipo de evaluaciones son las mismas que el Banco Mundial impulsó en los ’90 para privatizar la educación, quieren destruir la escuela pública. Si al gobierno realmente le interesa la educación pública, debería destinar el 10 % del PBI al presupuesto educativo”.
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A las acciones de desaprobación del Operativo Aprender mencionadas, se suma el proyecto de ley presentado en la unicameral de Córdoba por la legisladora del PTS-FIT, Laura Vilches, que desde la banca del Frente de Izquierda exigió que el ejecutivo provincial y los diputados nacionales rechacen la aplicación de estas pruebas estandarizadas recomendadas por el BID y el Banco Mundial a pedido del mercado.
Para organizar una campaña nacional y acciones contra esta reforma educativa “meritocrática”y flexibilizadora que ataca a la educación pública de conjunto, es importante que las conducciones sindicales rompan la pasividad y se pongan a la cabeza organizando a los trabajadores, junto al pueblo de conjunto, para boicotear este martes la aplicación de las evaluaciones externas en todo el país.
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Hay que unir fuerzas para que la pelea mancomunada de docentes, familias y estudiantes triunfe en defensa de una mejor educación pública, laica y gratuita.
