Una noche de rock and roll se convirtió en la pesadilla de 194 que dejaron su vida y más de 700 heridos en el recital de Callejeros. La impunidad de Anibal Ibarra y la corrupción del “negocio de la noche” fueron los protagonistas.
Miércoles 30 de diciembre de 2015
Murió Chabán. Ibarra está libre. Nos faltan 194
Callejeros ese año había sido muy popular, shows seguidos y un supuesto cierre de 2004 en el estadio de Excursionistas el 18 de diciembre, después de Obras. Pero no conformes decidieron agregar tres noches en Cromañón.
Su regente, Omar Chabán tenía un lugar para espectáculos de rock que no estaba en condiciones. Él lo sabía porque lo dijo cinco minutos antes de que empezara el show. Esa noche demostró que para que estos lugares puedan funcionar igual sin la correcta infraestructura es necesario un cómplice, en este caso fue el ex jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra.
La impunidad vuelve a pisar firme cuando es de público conocimiento que Anibal Ibarra nunca fue procesado y ni siquiera fue llamado a declarar. Las coimas a los funcionarios del Gobierno de la Ciudad y a la policía son moneda corriente si de cultura para los jóvenes se trata. Así es el negocio para el dueño, Rafael Levy, y quien fuera su gerenciador, Omar Chabán, que falleció el año pasado en la cárcel.
Este año el caso tuvo novedades. El Tribunal Oral Criminal 24 rechazó el miércoles 18 de noviembre detener a los músicos de Callejeros y ex funcionarios porteños condenados a prisión por la tragedia de Cromañon. La Cámara Federal de Casación Penal a los recursos presentados por la defensa de los músicos, se recibieron “diversos planteos de las defensas solicitando se mantenga la situación de libertad ambulatoria de los imputados".
La masacre de Cromañon, mostró el asqueroso entramado de un negocio que se hace sobre los jóvenes, mientras los empresarios y los políticos de turno la levantan con pala. El arte y la cultura - lejos de ser algo para distenderse y crear después de una larga jornada laboral o estudiantil - se rige bajo las reglas del mercado.