En varias de las grandes ciudades del país el jueves pasado cientos de jóvenes precarizados y precarizadas se movilizaron para reclamar por su situación. Como estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UNC estuvimos acompañando en Córdoba la caravana de la Red de trabajadores precarizados e informales y realizamos algunas entrevistas. Esto fue lo que nos dijeron.
Lunes 18 de mayo de 2020 12:19
Jueves 14 de mayo, 11 de la mañana, Chacabuco y Corrientes. En sus bicis, jóvenes repartidores de las aplicaciones, jóvenes trabajadores de call centers, docentes y estatales, trabajadores de la gastronomía y el arte, colmaban la escena con el debido distanciamiento social y cumpliendo con las medidas correspondientes de seguridad e higiene.
Entre banderas y carteles, y pese a los intentos de la policía de dispersar lo que se daba, esta juventud rebelde colmaba la calle. ¿El denominador común? Las condiciones precarias en las que desarrollan su trabajo y esos míseros salarios con los que deben sobrevivir.
Ahora que sí nos ven
Dando inicio a la caravana, con entusiasmo y movilizados “Nuestros aplausos se hacían eco con nuestros reclamos entre los edificios, en cada frenada que hacíamos, cuando las manos no estaban sobre el manubrio”, nos expresaron Sole y Joaco, trabajadores de gastronomía. “En plaza San Martín cosechamos apoyos de varios transeúntes. En ese momento nos sentimos orgullosos de estar ahí, de ser parte de esta red de trabajadores que no se resigna, porque estamos convencidos de que la clave está en la organización. Debemos luchar por nuestros derechos y contagiar a miles para que esta caravana se replique y cada día seamos más en las calles”.
¿El porqué de la caravana? “Salario de cuarentena o IFE de 30 mil pesos para quienes no tienen ingresos, porque sin salario no hay cuarentena. Prohibición real de despidos y suspensiones, y basta de precarización laboral".
Finalmente, la movilización se vio interrumpida por la policía, sin poder llegar al Ministerio de Trabajo, donde se haría la entrega de un petitorio. Reubicados en la Plaza de la Intendencia, Romina, una de las trabajadoras, nos contó cómo se organizaron para la protesta: “La idea fue a raíz de las lecciones que venimos sacando, a partir de varias movilizaciones que se vienen llevando a cabo a nivel nacional y acá en Córdoba. Movilizarnos en unidad es la única forma de poder fortalecernos aún más para conquistar las demandas que venimos levantando”; “Pero esto no se queda acá, la idea es seguir impulsando desde la red de precarizades diferentes acciones invitando a todes a que se puedan sumar, porque a la precarización laboral la vamos a tirar nosotros unidos desde todos los sectores laborales”.
"Con la emoción de vernos unides y de saber que ésta es la primera de varias jornadas de lucha” manifestaron distintos participantes de esta insólita caravana que se hacía lugar entre el asfalto y las calles que vieron surgir al Cordobazo.
Nosotres, estudiantes…
Como jóvenes y estudiantes de la Facultad de Comunicación vemos que esto no es algo nuevo, y asimismo, nuestras esperanzas y el empeño que ponemos en la carrera se tropiezan con una realidad que no nos es ajena y una problemática que vino para perpetuarse en todos los sectores laborales. Hace tiempo se utiliza a la juventud como mano de obra barata, con salarios de miseria que alcanzan a duras penas para sobrevivir el día a día.
“En el verano he tirado curriculums por todos lados y nadie me llamó. Vengo de una familia humilde que también hace sacrificios para que yo pueda seguir estudiando. Conseguir trabajo es cada vez más difícil Y si conseguimos es en las mismas condiciones en las que trabajan quienes se movilizaron hoy. ¿Qué nos queda entonces?” dice Mili, estudiante de Ciencias de la Comunicación a La Izquierda Diario.
“Hay una realidad que los grandes medios no cuentan, o peor aún, una realidad que los medios romantizan. Qué indignante es decir que los médicos y los trabajadores de aplicaciones son “héroes” o esenciales” cuando están verdaderamente precarizados. Los insumos sanitarios faltan o son de mala calidad. Los pibes tienen que salir a pedalear sin importar qué tan lejos por un valor de miseria. Lo mismo pasa con los call centers y los docentes, que pasan horas frente a la computadora, mucho más de lo que les corresponde por horas que el Estado no les va a reconocer. Lo vivo desde los ojos de mi madre, de mi padre y de mis compañeros”, agregó Milagros.
La movilización que organizaron desde la Red de trabajadores precarizados e informales demostró y demuestra que la juventud no se queda callada, que nosotros no nos quedamos callados y eso es sumamente moralizante y movilizante. Nuestros sueños no se quedarán en el camino. Ver que tantos jóvenes se juntan, debaten y se organizan para darlo vuelta todo nos impulsa a seguir organizados. Nuestro aporte a La Red es redactar estas líneas.