A una semana de la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, la Organización para la Cooperación Islámica reunida en Turquía respondió respaldando a Palestina. Abás renuncia a los acuerdos de Oslo y a EE. UU. como interlocutor.
Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1
Miércoles 13 de diciembre de 2017 12:24
La respuesta de parte de los países musulmanes a la provocación de Donald Trump de declarar a Jerusalén como capital de Israel llegó tan solo una semana después, durante la reunión de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) que se realiza en Turquía este miércoles.
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El presidente Turco Recep Tayyip Erdogan fue uno de los primeros en contestar la semana pasada a la declaración de Trump, al denunciar que se estaba cruzando una "linea roja" al tomar la decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Erdogan convocó entonces a la reunión de la OCI para esta semana en la que aspira a aparecer como principal defensor de la causa Palestina y "héroe" de la calle árabe (sin ser Turquía un país árabe), poniendo a su país como un jugador clave de Medio Oriente, en un mosaico regional que aparece fracturado.
El borrador de declaración (ver el documento al final de este artículo) que se había hecho público unas horas antes, declaraba a "Jerusalén oriental como la capital del Estado de Palestina e invitaba a todos los países a reconocer el Estado de Palestina y Jerusalén oriental como su capital ocupada".
El documento también condena el reconocimiento por parte de Estados Unidos de Jerusalén como capital israelí y califica a Israel de "racista".
El comunicado de la OCI expresaba el compromiso de los países miembros en "la búsqueda de una paz" basada en una solución de dos estados. De hecho las divisiones internas se hacían notar, como en el caso de Arabia Saudita que envió un representante de bajo rango para no confrontar con Estados Unidos, y en un comunicado previo aseguró que su apuesta era por la paz.
Sin embargo, en la cumbre donde participan al menos 48 representantes de los 57 países miembros de la OCI, los oradores dijeron que Estados Unidos había perdido su capacidad de mediar tras su decisión, y que lo hacían responsable "de las consecuencias de su decisión".
La resolución de la OCI
El documento, presentado por "los reyes, jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI)", presenta en 23 puntos la postura del mundo musulmán ante la decisión de EE.UU.
En ese texto, la OCI "rechaza y condena en los más fuertes términos" lo que llama una "decisión unilateral" de reconocer Jerusalén como capital de Israel, al que se refiere como "fuerza de ocupación".
Los países musulmanes califican el anuncio de Washington de nulo y carente de legalidad y lo considera un ataque a los derechos del pueblo palestino y un "deliberado deterioro de todos los esfuerzos de paz".
Además, el texto alerta de que dará ímpetu a los movimientos extremistas y supone una amenaza a la paz y la seguridad internacional.
Según un comunicado hecho público por la OCI, la declaración final pedirá también a los miembros del organismo que impongan "restricciones políticas y económicas a los Estados, altos cargos, Parlamentos, empresas e individuos que reconozcan la anexión israelí de Jerusalén o colaboren con las medidas que intentan perpetuar la colonización israelí de los territorios palestinos ocupados".
El comunicado también considera al Gobierno estadounidense "plenamente responsable de cualquier repercusión" de la "decisión ilegal" de reconocer Jerusalén como capital de Israel", que considera "una clara deserción del Gobierno estadounidense de su rol como mediador de paz".
Además, el borrador de la declaración pide a todos los miembros de la OCI incrementar su apoyo diplomático y sobre todo económico a Palestina y sus habitantes.
Renuncia a los acuerdos de Oslo y a Estados Unidos como interlocutor
El la cumbre el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, anunció que considera que ya no están en vigor los Acuerdos de Oslo, ni cualquier otro firmado desde entonces, como consecuencia de la decisión de Trump.
"La decisión sobre Jerusalén nos libera de todo acuerdo que hayamos firmado. Por ejemplo los Acuerdos de Oslo. Los firmamos, pero ahora ya no son vinculantes para nosotros", dijo Abás durante la cumbre extraordinaria de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) en Estambul.
El mandatario palestino también anunció el fin del papel de EEUU como mediador en el conflicto.
Los acuerdos de Oslo, firmados en 1993, establecieron el reconocimiento internacional de la Autoridad Palestina como cuerpo administrativo en Cisjordania y Gaza, y pusieron la base para la colaboración administrativa entre el Gobierno israelí y organismos palestinos en los territorios ocupados. A decir verdad el acuerdo frcasó hace tiempo e Israel continuó colonizando territorios en Cisjordania y asfixiando a Gaza. Sin embargo, si bien el anuncio de Abás es esencialmente simbólico, se trata de una decisión precipitada por el cambio en la posición de Estados Unidos que amenaza con prender fuego todo Medio Oriente, empujando a la Autoridad Palestina a una posición confrontativa que no tenía intención de tomar.
En ese tono fue que declaró: "Trump ha provocado a todo el mundo. Estados Unidos ha elegido perder su capacidad de mediador y se ha descalificado para participar en el proceso de paz. Ha mostrado su parcialidad".
Un tablero en llamas
El viernes pasado el Secretario de Estado de EEUU Rex Tillerson, trató de poner paños fríos a la decisión de Trump diciendo que el traslado de la embajada a Jerusalén probablemente ni siquiera se realice bajo su actual mandato. Es decir, dejaba la puerta abierta a que nunca se lleve adelante y que la prorroga que los mandatarios estadounidenses vienen llevando adelante desde 1995 para evitar hacerlo se extienda en el tiempo.
Sin embargo el daño ya estaba hecho, y en una región tan inflamable como dividida, y con tantos actores externos implicados, cada uno salió a jugar su carta. Mientras Netanyahu festejaba y trataba de conseguir los favores del príncipe saudita (generando un cortocircuito con el Rey), Abás tuvo que ensayar un discurso pirotécnico (para el que no estaba preparado ni interesado), Irán aprovechó para aparecer como el defensor de Palestina ante su competidor saudita, y finalmente fue Turquía quién mejor movió sus fichas.
Erdogan, anfitrión de la cumbre que se desarrolla este miércoles, ya había logrado ser visto como un héroe para la calle árabe (sin ser árabe) en 2009 cuando enfrentó a Shimon Peres en Davos durante la operación Plomo Fundido que Israel llevaba adelante contra Gaza. Habiendo hecho un equilibrio que le permitió negociar jugosos acuerdos comerciales con Israel, al tiempo que patrocinaba una flotilla de ayuda humanitaria a Gaza (que fue atacada por el Ejército israelí y casi provoca el inicio de una confrontación), Turquía queda hoy en una posición privilegiada para el plan de Erdogan de fortalecerse como un jugador regional que no solo se aproveche las grietas del conflicto palestino israelí, sino la creciente confrontación entre Irán y Arabia Saudita. Al mismo tiempo Erdogan le manda un mensaje a Trump por su apoyo a las milicias kurdas en Siria (que son consideradas terroristas por el presidente turco).
Erdogan puede aprovechar la ocasión y quedar como figura central de un "consenso musulmán" sin la necesidad de incendiar las calles. La "calle árabe" quedó golpeada tras el desvío y posterior derrota de la Primavera Árabe, y la sangrienta guerra civil en Siria que concentró los intereses y las contradicciones de las potencias regionales y globales. Sin embargo, Medio Oriente sigue siendo un polvorín, y jugar con fuego puede ser muy peligroso.
A continuación el borrador del documento:
Borrador documento OCI sobre Jerusalén oriental by Juan Andres on Scribd
Juan Andrés Gallardo
Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario