El largo prontuario del empresario amigo de Macri que hoy conduce a los espías y cuyos pliegos se tratan en el Senado.
Alejandro Wall @alejwall
Miércoles 3 de agosto de 2016 10:27
Casi como una paradoja, Gustavo Arribas jugaba como 5 en el equipo que Mauricio Macri armaba en la quinta Los Cardenales, a mediados de la década del 90, cuando el empresario disfrutaba del poder en Boca. El detalle táctico lo entregó por ese tiempo, mientras alimentaba su agrupación interna Por más Boca, el operador radical Enrique Nosiglia, que ahora controla de cerca los movimientos del escribano que ocupa el mismo lugar en el equipo del ingeniero, el del Señor 5. El jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (ex SIDE), que aspira a encontrar acuerdo del Senado por estas horas, es otro de los legados que Boca le deja al país con la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada.
Aunque, a simple vista, tiene asuntos que parecieran más importantes para atender, Arribas mantiene una pata firme en el fútbol. En el viejo petit hotel de Viamonte 1366 se sostiene que una de las integrantes del Comité de Regularización de la Asociación del Fútbol Argentino, Carolina Cristinziano, llegó a ese lugar por sus vínculos con el jefe de los espías. Como presidente de la Nación, Macri diversificó su influencia en el fútbol. El radical PRO Daniel Angelici, presidente de Boca, es uno de sus principales operadores. Pero Macri también lo tiene al empresario Fernando Marín, ex gerenciador de Racing a través de Blanquiceleste y titular del programa Fútbol para Todos. Y cuenta, además, con el asesoramiento en las sombras de Fernando Niembro, ex candidato a diputado nacional en territorio bonaerense de Cambiemos, caído en desgracia después de que se conocieran sus millonarios contratos con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, todavía en manos de Macri. Días atrás, el periodista Nicolás Zubermán contó en Tiempo Argentino que Niembro fue el nexo con Edgardo Bauza, flamante entrenador de la Selección.
Si bien son partes de un todo, también es cierto que cada uno juega su línea dentro de la interna del fútbol. Pero un nombre unifica el accionar de Angelici con el de Arribas: Darío Richarte, vicepresidente tercero de Boca. Ex abogado de funcionarios kirchneristas acusados de corrupción, como Amado Boudou, Richarte pisó fuerte en la SIDE durante el gobierno de la Alianza. Y ahora regresó a través de Juan José Gallea, designado como secretario de Finanzas de la AFI, el mismo cargo que ocupó cuando Fernando de la Rúa era presidente. Gallea fue gerente del Grupo Veintitrés que regenteaban Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, cuyo socio oculto era el propio Richarte. Esos nexos explican por qué, más allá de haber sido candidato a intendente de Tigre del Frente para la Victoria y haber recibido millones de pesos en pauta oficial, Szpolski es un protegido político del macrismo luego de haber dejado a 800 trabajadores de prensa en la calle.
Que Macri haya designado a Arribas al frente de la AFI sólo se pudo entender por una lógica: la amistad. De la misma manera, Arribas -inquilino de Macri en el departamento de Libertador y Cavia- desembarcó en los negocios del fútbol. “Me preocupa que aparezcan, por ejemplo, personas cuyo único título es ser amigo de Macri. Nadie se interesa en saber de dónde salió, quién es... ¿Te acordás de Las locuras de Isidoro? Había un personaje, Cachorra, que tenía un abuelo, el general Bazooka, que nunca aparecía en ningún lado. Arribas parece el general Bazooka. ¿Por qué no da la cara si el fútbol no es un negocio ilícito?”, le dijo hace 16 años el empresario futbolístico Marcelo Open al periodista Gustavo Veiga.
Era por abajo
Por entonces, Arribas recién llegaba al fútbol. O recién asomaba la cabeza. El periodista Elio Rossi lo recordó días atrás en el programa radial Era por abajo: “Arribas era el testaferro de Macri en Boca. Era el tipo que hacía los negocios para lo que se llamó el Fondo Común de Inversiones, que es el modo de introducir las sociedades anónimas (en el fútbol) sin que sean sociedades anónimas”. Lo dijo mientras reivindicaba haberlo denunciado nada menos que en el programa que Niembro tenía en radio La Red. “Dije que el 30% del pase de (Martín) Palermo era de Arribas. Fue un viernes, el domingo mostré el contrato en Tribuna Caliente”, contó Rossi.
Pero el rol en Boca del jefe de los espías es más recordado quizá por su participación en el pase de Carlos Tevez a Corinthians, en 2005. Arribas actuó como intermediario junto a dos socios, el argentino Fernando Hidalgo y el israelí Pinhas Zahavi, para que el jugador llegara al club controlado por el grupo inversor inglés Media Sport Investment, cuya cara visible era el iraní Kia Jorobchian. “Hidalgo y Arribas –escribió Daniel Santoro en Clarín el 20 de marzo de 2005- fueron los intermediarios con derecho a cobrar una comisión, que generalmente es del 10 por ciento. Hidalgo era un empleado de (Gustavo) Mascardi que, luego de una pelea económica que terminó en un juicio, se independizó de su jefe. Macri dijo que la comisión por el pase la pagó MSI y que no sabía cuánto fue”. Zahavi fue la clave para que Tevez -y también Javier Mascherano, que había llegado con él al Corinthians- pasara luego, no sin otras denuncias, al West Ham United de Inglaterra.
Según explicó el periodista Diego Genoud en el sitio Bing Bang News, haber desconocido esa empresa en su currículum estuvo entre uno de los cuestionamientos que se realizaron al pliego de Arribas que se presentó durante los últimos días en el Senado. La Iniciativa Ciudadana para el Control del Sistema de Inteligencia (Iccsi) reprochó que haya omitido su participación en HAZ Sport Agency S.A. "Haz Sport Agency S.A fue parte de una causa por evasión del pago del impuesto a las Ganancias, respecto del ejercicio anual 2003, es decir, mientras los socios fundadores, Fernando Osvaldo Hidalgo y Gustavo Arribas eran parte integrante de la misma. Presuntamente, la firma se habría encontrado obligada por el ejercicio referido, por una suma de PESOS DOS MILLONES TRESCIENTOS CINCUENTA Y TRES MIL OCHOCIENTOS VEINTE ($ 2.353.820)".
“La causa fue declarada extinguida por prescripción y después la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico sobreseyó en 2013 a Fernando Hidalgo, quien además fue inhabilitado por la AFIP e investigado por la Justicia por las irregularidades en la compra venta de jugadores”, agrega Genoud. Pero quienes impugnan a Arribas sostienen que, “considerando que el tipo de delito en la que se vio involucrada la compañía Haz” es “uno de los que la Agencia Federal debería analizar”, constituye “una incompatibilidad flagrante con las funciones que (Arribas) ya se encuentra cumpliendo como Director de AFI."
El grupo HAZ Sports fue un vanguardista de las triangulaciones en el fútbol. El FC Locarno, un club suizo, se convirtió en un asiduo comprador de jugadores argentinos. Pero no los compraba. Ninguno pisaba su vestuario ni se ponía la camiseta, aunque todos los que alguna vez formaron parte de la escudería de Hildalgo, Arribas y Zahavi pasaron por ahí. Como las personas físicas no podían ser propietarias de los derechos económicos de un futbolista, HAZ las anotaba en el Locarno. Los empresarios hicieron escuela.
La aparición de Arribas en Boca se produjo –no por casualidad- después del ocaso de Mascardi. Hidalgo, uno de los socios de Arribas, era hombre de Mascardi. El negocio de la representación en el fútbol es también, a veces, un juego de traiciones. Cada empresario va saliendo del riñón de otro. Cristinziano, una abogada de 40 años, trabajó junto a Mascardi. Pero también generó vínculos con Arribas. Apenas se supo de la designación de Cristinziano, se hizo hincapié en su relación de pareja con Gonzalo Belloso, ex futbolista de Rosario Central, y en la cercanía que mantenía con la barra brava de ese club. “Es lo de menos, no está acá por eso sino por su relación con Arribas”, dijo un dirigente que hoy le hace frente al normalizador Armando Pérez. Aunque el presidente de uno de los equipos más poderosos lo desmiente: “No me consta que Arribas esté jugando en la AFA”. Aunque enseguida alguien aclare que en la AFA, a esta altura, juegan todos.