El “cara a cara” entre el actual presidente Pedro Sánchez del PSOE y el candidato a presidente Alberto Núñez Feijóo del PP se anunció como uno de los grandes debates de esta campaña. Pero lo cierto es que ni uno ni otro suponen una alternativa para las mayorías trabajadoras, ni discutirán en torno a sus verdaderos problemas. Repasamos aquí seis puntos esenciales que no se discutirán esta noche y en los que ambas formaciones coinciden.
Lunes 10 de julio de 2023 21:57
EFE/ Juanjo Martín
Los abandonos en la frontera y la masacre de Melilla
Sin duda la política exterior es uno de los temas donde la extrema derecha más “aprieta” al gobierno, exigiendo “mano dura” contra la migración y criminalizando a la población migrante o descendiente de migrantes como el gran mal social de nuestra sociedad. Una criminalización que hemos visto particularmente a raíz del asesinato del joven Nahel en Francia.
Sin embargo, aunque el ultraderechista Vox sea el que más ataca al gobierno en esta cuestión, lo cierto es que el Partido Popular (PP) no se queda atrás en sus propuestas e ideología racistas. A lo sumo se presentan como una versión más moderada de lo mismo, pero se trata de un partido que, por poner un ejemplo, responsabilizó a los migrantes de la transmisión del COVID-19 por su “estilo de vida”.
Además, en sus programas políticos hacia las elecciones generales y las anteriores municipales y autonómicas, plantean que la migración debe ser “ordenada y regulada” y plantean el refuerzo de las oficinas de inmigración y los procesos de devolución en caliente y retorno de los migrantes en situación irregular, que son personas que en su gran mayoría vienen a buscarse la vida al Estado español huyendo de situaciones de miseria o guerra.
Una política que no contrasta mucho con la que plantea el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que, de la mano de Unidas Podemos, ha llevado adelante un gobierno que ha avalado el abandono de migrantes en balsas hasta su muerte, no ha derogado la ley de extranjería y ha abierto nuevos Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs), un eufemismo para las cárceles en las que encierran a migrantes. Además, en abril, el mismo Pedro Sánchez alavó la política migratoria de la ultraderechista italiana Giorgia Meloni.
Por si fuera poco, el gobierno ha permitido la matanza de migrantes en Melilla que acabó con más de 30 personas hace un año, tras lo cual Pedro Sánchez aplaudió la actuación de la gendarmería marroquí.
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La militarización y pertenencia a la OTAN
La guerra de Ucrania supuso una escalada imperialista y militarista en toda Europa. Una escalada a la que el llamado “gobierno más progresista de la historia” se sumó sin reservas. Por ese motivo, en los Presupuestos Generales del Estado de 2023, el presupuesto en Defensa aumentó un 26%, mientras se mantienen infrafinanciados servicios básicos como la sanidad y la educación.
Ni el PP ni el PSOE cuestionan un ápice este marco, siendo el mismo PSOE el partido que durante el gobierno de Felipe González (1982-1996) aceptó la adhesión del Estado español a la OTAN, la organización más militarista del mundo.
Y si con el racismo PP y PSOE no tenían programas realmente muy diferentes, con el problema del militarismo mantienen agendas idénticas. A esto se suma que ambos aceptan un marco según el cual la OTAN define la migración de África como una “amenaza híbrida”, unas caracterización que profundizan en la dimensión imperialista del Estado español como frontera natural con el continente africano y necesario dique de contención de la migración para el resto de Europa.
Los servicios públicos
Para la guerra, todo. Para sanidad y educación, nada. Este podría ser el resumen de las políticas del PP y el PSOE en la cuestión de los servicios públicos. Allá donde gobierna la derecha es categórico: listas de espera interminables en sanidad, niños sin acceso a escuelas infantiles públicas y decenas de miles de jóvenes sin acceso a una Formación Profesional pública por la escasez de plazas.
Mientras, entre el año 2021 y el 2022, el incremento de las partidas oficiales para fines bélicos fue de un 7,3% (en 2023 fue un 26%), aunque tal y como denuncian organismos como el Centro Delàs, este incremento pudo ser mucho mayor. El presupuesto de sanidad aumentó en 2023 tan solo un 2%, la tercera parte que la inflación, manteniéndose así infrafinanciada en todo el Estado tras una pandemia que mostró que una sanidad 100% pública y universal era una cuestión fundamental.
Si comparamos el aumento entre 2021 y 2022 en gasto militar con el aumento en Sanidad, veremos que existe una diferencia a favor del militar. En Sanidad se destinó en 2022 un 6,7% más que en 2021. Ahora bien, 2021 supuso un decremento en inversión del 10% vs 2020. Es decir, a pesar del aumento del 6,7% en 2022, este aumentó no consiguió igualar la inversión en Sanidad que se tuvo en 2020.
Pero si lo analizamos con Educación, otra de las partidas sociales centrales, la comparativa deja todavía en peor lugar a este Gobierno. El aumento en la partida de Educación entre el año 2021 y el 2022 fue del 2,66%, es decir, casi tres veces menos que el aumento destinado a gasto militar en el mismo periodo. ¿Cómo se pueden combatir los recortes del PP con más recortes e infrafinanciación?
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La reforma laboral, aplaudida por los empresarios
La reforma laboral, llevada adelante por la ministra Yolanda Díaz, de Unidas Podemos y ahora Sumar ha supuesto una revalidación del marco anterior impuesto por las reformas del PP y el PSOE. Sí, esas que se supone que había que derogar. Se trata de una reforma que hasta Feijóo considera “sustancialmente buena”, en sus propias palabras, y que fue aplaudida por la misma Ana Botín, presidenta del Banco Santander y fiel representante de la burguesía española.
Y es que, se trata de una ley que revalida el contexto de precariedad previo: no aumenta los días por despido ni blinda los contratos, haciendo que el despido continúe siendo prácticamente libre. No acaba con la precariedad en la juventud ni establece subidas salariales conforme a la inflación, motivo por el cual el salario real de la clase trabajadora ha caído un 8% en la última legislatura.
Frente al discurso de “recuperación” y “escudo social” del gobierno del PSOE y Unidas Podemos que el PP combate poniendo el foco en los pequeños empresarios, lo cierto es que ninguno de los dos polos plantea una política que pueda suponer una diferencia para la clase trabajadora y las mayorías sociales, que continuarán en la más absoluta precariedad. Un ejemplo de ello son las cifras de paro juvenil, que se mantienen en torno al 30%.
Una solución para el problema de la vivienda
Si bien el problema de la vivienda no es nuevo, lo cierto es que cada vez está más presente en las campañas electorales. En 2022 hubo 105 desahucios al día, bajo un gobierno supuestamente progresista que no puso fin ni a los desahucios ni al problema habitacional que mantiene al 85% de los jóvenes en casa de sus padres y a numerosas familias con hijos en situación de inseguridad habitacional.
Pero, además, bajo los gobiernos del PP ha seguido aumentando la crisis de vivienda. Una crisis a la que responden con un discurso neoliberal y meritocrático cuyo parecido con la realidad de las mayorías trabajadoras es pura coincidencia. Una política de “pijos y señoritos”.
Y… ¿la Iglesia y la Monarquía?
En un contexto de crecimiento de las ideas de la extrema derecha, la iglesia católica juega un papel fundamental. Prueba de ello es el aumento de la dotación presupuestaria a centros privados y concertados en manos de la iglesia por parte de gobiernos del PP como el de Madrid y Ayuso que financia así una educación reaccionaria.
Lejos de avanzar hacia la separación total de la Iglesia y el Estado la derecha se sirve de esta institución medieval para implementar su programa entre los más jóvenes. Pero frente a esto ¿qué alternativa supone el PSOE? En cuatro años de legislatura no han dado un solo paso para apartar las garras de la Iglesia de la educación.
¿Y qué decir de la corona? Una institución anacrónica y corrupta que drena recursos públicos para que el rey emérito viva en Emiratos Árabes y toda su familia gane millones de euros (14 millones el rey Felipe y 9 la reina Letizia, según datos recientes). Frente a la monarquía ni el PP ni el PSOE plantean acabar con esa institución, uno de los pilares del régimen del 78. Como tampoco lo plantean otras opciones políticas progresistas como Sumar cuyos integrantes se han arrodillado ya todos y cada uno de ellos ante la corona.
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Estos son solo seis temas, pero podríamos enumerar muchos más. Por ejemplo, podríamos preguntarnos cómo pretende acabar Pedro Sanchez con esa violencia de género que niega la derecha manteniendo a las mujeres maltratadas en casa de su agresor por no poder asegurarles una vivienda digna.
O podríamos preguntarnos cómo se puede “plantear seriamente” el PSOE subir la edad de jubilación, un punto en el que tampoco tienen diferencia con la derecha. Pero basten estos puntos para dejar claro que a una derecha de verdad no la para una derecha de mentira.
Por eso, hoy más que nunca es importante que la clase trabajadora, las mujeres y la juventud y los migrantes le planten cara a la derecha y a su programa con la lucha. Sin ninguna confianza en que los partidos que han integrado el gobierno progresista sean una alternativa a ella.