Esto es suficiente para crear un clima de terror y de "guerra civil", todo ello retransmitido por los medios de comunicación, que muestran repetidamente imágenes de tiendas atrincheradas y callejones cerrados por la policía. Como si la gente hubiera venido únicamente a romper ventanas, no a manifestarse contra el desorden social organizado por el gobierno.
Sábado 8 de diciembre de 2018
Numerosos vídeos y fotos están circulando. Por primera vez en París, se desplegaron tanques de 13 toneladas. Los paneles de madera cubren completamente las tiendas de los alrededores. El objetivo es construir un clima de ansiedad para provocar y al mismo tiempo deslegitimar a los manifestantes.
¿Un dispositivo de quasi-guerra civil?
El gobierno había advertido. Se trata de la movilización de un sistema de una amplitud excepcional. Después de que la situación se desbordara la semana pasada, Christophe Castaner, Ministro del Interior, tiene la intención de tratar de legitimar la autoridad del Estado contra los chalecos amarillos que hoy desafían su política antisocial y antipopular.
Por primera vez, vehículos blindados, una decena en la capital, monstruos sobre ruedas de 13 toneladas, capaces de disparar gas lacrimógeno desde una torreta, fueron movilizados en el corazón de París.
La última vez fue en Notre-Dame-des-Landes. Pero también se desplegaron durante las revueltas de la periferia de 2005, o en operaciones conjuntas en Kosovo. Ahora puede verlos en el corazón de París, en el Boulevard Haussmann o en la Bastilla. Instalados en los puntos calientes de París, su función es a la vez ofrecer "protección" a la policía para mantener a raya a los manifestantes y despejar las barricadas que puedan levantarse. Todo esto hace posible apoyar su discurso de "guerra civil".
Múltiples provocaciones policiales
Porque más allá de las medidas excepcionales puestas en marcha, son sobre todo las tácticas de las fuerzas policiales las que pretenden, a través de múltiples provocaciones, generar tensiones y excesos. Más allá de los arrestos masivos, casi 500 sólo de la madrugada, numerosos vídeos atestiguan verdaderas tácticas de hostigamiento. Las manifestaciones se cortan por la mitad, luego cargan contra una parte por un tiempo, dejan que la multitud se desbande y bloquean las calles adyacentes.
Las fuerzas policiales, con mayor movilidad, se están adaptando a la naturaleza sin precedentes y totalmente espontánea de las manifestaciones, mediante el despliegue de unidades móviles, la sistematización de los controles de identidad y las detenciones por incidentes menores.
Con esta estrategia, el gobierno está tratando de eclipsar las demandas de los manifestantes, de imponer su discurso y volverse a legitimar cuando se enfrenta a un movimiento de chalecos amarillos, pero también a trabajadores ferroviarios, jóvenes de los barrios obreros, estudiantes de secundaria que se oponen a Macron y a su política antisocial y antipopular.
Las exigencias centrales que han dado forma al movimiento deben volver a situarse en el centro del tablero, empezando por la restauración del impuesto sobre el patrimonio, el aumento del salario mínimo y la indexación de las pensiones y los subsidios a la inflación. ¡Estas son tres de las demandas de los chalecos amarillos que toda la clase trabajadora debe defender!