El personal de la limpieza del museo Guggenheim de Bilbao están una lucha contra la precariedad laboral y la brecha salarial de las trabajadoras esenciales de la limpieza.
Lunes 27 de diciembre de 2021 19:59
Precariedad y explotación laboral, brecha salarial, jornadas parciales y cargas de trabajo excesivas: estos son los motivos de una huelga que cumple 200 días, comenzó el 11 de junio de 2021, protagonizada por un sector en el que mayoritariamente son mujeres, tal como lo denuncian en su comunicado.
Doscientos días de lucha, de concentraciones, manifestaciones. Pero sin novedades ni soluciones para las huelguistas, a pesar de que siguen las reuniones de mediación entre empresa, sindicato y gobierno vasco. “Seguimos igual, no llegamos a un acuerdo. Nosotras, hasta que no consigamos nuestras propuestas, no vamos a volver. Ya lo hemos dejado bien claro”, dice Carmen Casas, delegada sindical del sindicato ELA (Solidaridad de los Trabajadores Vascos), que apoya la huelga y da sostén con su caja de resistencia.
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El sindicato ELA ha denunciado también la complicidad explícita entre las instituciones y las empresas, explicando cómo llevan años descuidando y maltratando a las trabajadoras de parte de “La dirección del Guggenheim de Bilbao, junto con el Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación de Bizkaia que son miembros del patronato y la ejecutiva (con el lehendakari presidiendo el patronato y el diputado general presidiendo la ejecutiva)… especialmente mediante la subcontratación”.
Doscientos días de huelga, y serán más, por esos más de veinte años de subcontratación de servicios esenciales como el de limpieza y mantenimiento. En este caso con la empresa adjudicataria Ferrovial, que se niega a escuchar las reivindicaciones de las trabajadoras.
Por otro lado, las trabajadoras habían interpuesto una demanda por vulneración de huelga contra la empresa Ferrovial y la han perdido, “Ya nos imaginábamos que esto iba a pasar, pero vamos a apelar, tenemos muchas pruebas y tenemos la razón. No pueden contratar a tres personas a jornada completa desde junio a octubre como hicieron en verano, mientras nosotras estábamos empezando la huelga”, sentencia Carmen.
También en el verano habían denunciado que desde el Ayuntamiento, gobernado por el PNV (Partido Nacionalista Vasco), aunque el museo es privado, se ha enviado a trabajadores municipales para limpiar cada día la explanada de la pinacoteca y otras zonas del interior del museo. El Ayuntamiento de Bilbao no sólo está dejando abandonadas a las trabajadoras de un museo de reconocimiento internacional, sino que, como dice Carmen “hablan mucho de “‘igualdad’, pero dejan que el museo no quiera reconocer nunca que sufrimos una brecha salarial”.
“En las negociaciones directamente dicen que ‘no van a reconocer la brecha salarial’
El eje de esta gran huelga es la brecha salarial, una reivindicación feminista y de clase, muy sentida por una clase trabajadora cada vez más feminizada en un 50 por ciento. Por ello, aunque las trabajadoras de Guggenheim conforman una plantilla chica, 19 de las cuales 14 son mujeres, actúan de altavoz de otros colectivos que también salen a luchar contra algo elemental: tener las mismas condiciones y salarios que otros colectivos.
“Nosotras hemos abierto una puerta, la haber salido nosotras por la brecha salarial, han salido más conflictos en otros centros por lo mismo. Eso nos da mucho orgullo. Ya no es sólo que pedimos un aumento de salario, sino una igualdad que no quieren reconocer las empresas. Y esto es político, porque así lo dicen en las negociaciones directamente, dicen que ‘no van a reconocer la brecha salarial’. Por eso es que no nos van a dar lo que pedimos”.
Las trabajadoras son conscientes de que sus reivindicaciones, aunque apuntan a buscar soluciones a los problemas que tienen como mujeres y como trabajadoras, resolverían también la situación de precariedad de todos sus compañeros “Tenemos cuatro compañeros que están secundando la huelga con nosotras, pidiendo que se reconozca la brecha salarial que hay en la limpieza, aunque ellos también cobran como nosotras”, señala Carmen.
“Nos ha costado mucho salir a la huelga, los medios de comunicación nos daban la espalda. Pero luego empezaron a salir otros centros, ayuntamientos, ahora las trabajadoras de IMQ, que como nosotras, lucha contra la brecha salarial”. Una huelga indefinida de las trabajadoras de hospitales, convocada el 7 de diciembre tras el despido de 90 trabajadoras que comenzaron a luchar contra la brecha salarial.
El motivo no está en que los trabajadores hombres que trabajan en el museo cobren más que las mujeres. Lo que las trabajadoras denuncian es que en el convenio viario, donde la mayoría son hombres, las condiciones salariales son más altas. “Hay una diferencia de 7.941 euros menos anuales de salario en el convenio de limpieza provincial, donde limpiamos en edificios y locales, al que nosotras pertenecemos. Una gran diferencia salarial, siendo que además nuestros compañeros hombres también limpian las zonas de fuera del museo, en sus alrededores, y deberían tener el convenio viario”, explican las trabajadoras.
La ecuación nos da, por tanto, una brecha del 49,81%. Es decir, la mayoría de los hombres cobran, por pertenecer al convenio de limpieza viaria, casi el doble. Además, los contratos a tiempo parcial, en su mayoría mujeres, determinan una media salarial de 600 euros mensuales y quien está bajo jornada completa su salario no llega a 16.000 euros anuales.
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