“El feminismo es un veneno”, dijo una vez la primera mujer que lideró el Reino Unido. Margaret Thatcher fue una de las mejores representantes de su clase y le dio su impronta a lo que conoceríamos como neoliberalismo, también bautizado “reaganismo-thatcherismo”. Llevó adelante una guerra imperial y aplicó con dureza ejemplar un plan económico contra la clase trabajadora, jamás exageró o siquiera fingió características atribuidas al género femenino como el diálogo o la protección. Es conocida por haber eliminado la copa de leche gratuita en las escuelas primarias como su primera medida cuando fue ministra de Educación, nada más lejano de la imagen maternal que se quieren adjudicar a las mujeres en el poder.
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