El "viernes negro", paradigma de la fiebre consumista en EEUU, fue el día elegido por muchos manifestantes por el crimen de Mike Brown y por empleados de Walmart, para reclamar en los Estados Unidos.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Viernes 28 de noviembre de 2014 14:38
Black Friday (Viernes Negro), es el día de mayores ventas en los Estados Unidos. Producto de la fiebre consumista, millones se lanzan a realizar compras tras la fiesta del “Thanksgiving” o Día de Acción de Gracias. Hay quienes dicen que es un invento de comerciantes de los años 50, y otros que aseguran que viene de una tradición más infame. Cuentan que el día después de Acción de Gracias (Thanksgiving) se vendían los esclavos "con descuento". Serían quienes trabajarían en las plantaciones durante el duro invierno yankee, cuanto los propietarios necesitaban mucha “ayuda” para cosechar sus tierras.
Este “viernes negro” de 2014 está atravesado por una situación especial en EEUU. El crimen del joven afroamericano Mike Brown, y la posterior absolución del policía blanco que lo mató, ha desatado una ola de protestas en más de 80 ciudades. Ya son más de 300 los detenidos. Pero la represión no ha menguado el movimiento, que repudia la represión policial y el racismo que sigue pesando en los Estados Unidos.
Según varios medios, las protestas comenzaron el jueves por la noche, cuando llegaba a su fin el Día de Acción de Gracias, y continuaron el viernes en la madrugada. Manifestantes entraron a tiendas Macy’s, Target y Walmart, donde lanzaron consignas contra el fallo que dejó impune el asesinato policial de Brown.
En Sant Louis, varias decenas de personas hicieron pintadas y entraron a locales Walmart gritando ’’Sin justicia no hay paz, abajo la policía racista’’ y ’’Abajo el Viernes Negro’’.
También contra la explotación
A la opresión racial y el crimen impune de Ferguson, se sumó otra protesta. Fue la organizada por trabajadores de Walmart. Organizadas por el Sindicato Internacional de Trabajadores Unidos de Alimentos Comerciales (UFCW) y por el grupo “OUR Walmart”, planean realizar este viernes manifestaciones en 1600 locales de todo los Estados Unidos.
Exigirán un salario mínimo de 15 dólares por hora y pedirán a la empresa trabajos de tiempo completo. Según denuncia el Sindicato, “a pesar de que Walmart obtiene 16.000 millones de dólares en utilidades anuales, y sus propietarios, los Walton, construyen su fortuna de 150.000 millones de dólares, a la mayoría de los trabajadores de Walmart se les paga menos de 25.000 dólares al año”.
Walmart es el “modelo de empresa” para los Estados Unidos. Tanto como un paradigma en el mundo de la compañía explotadora y de prácticas antisindicales. Ha sido denunciada porque la casi totalidad de su 1.300.000 empleados en el mundo no están sindicalizados. Para eso cuenta con un manual que enseña a sus gerentes “cómo permanecer libres de sindicatos, en el caso de que elijan su establecimiento como próximo blanco”.
Mucho peor la pasan los trabajadores jóvenes y las mujeres. Humillaciones, salarios más bajos y discriminación para ascensos. Tanto que 1,6 millones empleadas de la cadena iniciaron la demanda laboral más grande de la historia.
“El modelo de negocio de bajos salarios de Walmart no está funcionando para nuestras familias”, dijo Bárbara, una de las empleadas. Clarísimo.
La bronca de los empleados de Walmart, que abandonaron el temor a los despidos para impulsar la huelga y las protestas, apunta contra al mismo enemigo que eligieron muchos manifestantes este Black Friday para denunciar el caso Brown.
Racismo, represión y explotación. Así funciona el “american life style”.
Por eso Barack Obama eligió a una de las gerentes de Walmart para su gabinete, y luego envió a Vilma Socorro Martínez como embajadora norteamericana en la Argentina. Martínez fue quién encabezó el ataque contra las obreras y obreros de Kraft, en 2009, con la complicidad del gobierno argentino.
En estos días, Obama intentó desmentir la bronca de miles de manifestantes contra el asesinato racista de Ferguson, asegurando que él era la prueba de que en EEUU no había racismo. Se limitó a decir que “algunos estarán de acuerdo o no con la decisión”. En el segundo mandato del presidente, la tasa anual de desempleo en la población negra es de 14,2 %, casi el doble que la tasa de la población blanca. El 28 % de los hogares negros vivía en la pobreza en 2011, casi tres veces más que los hogares blancos.
Ferguson y Walmart siempre estuvieron cerca
A pesar de las distancias y las diferencias obvias, hay cosas que acercan a Ferguson y Walmart, en EEUU, a lo que pasa en nuestro país. Primero, la necesidad de sentir como propia cada injusticia, cada crimen, cada ataque que sufren los trabajadores, los jóvenes y los sectores oprimidos en cualquier lugar del mundo. Las movilizaciones de la comunidad afroamericana en EEUU y en México por los normalistas desaparecidos, son nuestras causas.
Pero además, porque los capitalistas y su Estado utilizan, aquí y allá, métodos que se parecen. En La Izquierda Diario venimos denunciando cómo el gatillo fácil, que apunta sobre todo a los jóvenes pobres, es una política de Estado también en la Argentina. En la última década fueron asesinadas con el gatillo fácil, las desapariciones y la tortura en cárceles y comisarías 2280 personas. Una década fusilada.
El gobierno, Macri y Massa, están de acuerdo en reforzar el poder represivo y punitivo del Estado, contra los inmigrantes y contra los que protestan.
Y Walmart también está en Argentina. Llegada en los 90, durante la última década creció en sus sucursales en el país. Lo que no pudieron crecer tantos fueron los derechos de sus empleados. El caso más escandaloso había sido aquel que terminó con una cajera desnuda delante de los supervisores, por un supuesto faltante de plata. Pero en los últimos años se siguió empeñando en evitar la organización de cuerpos de delegados en sus cadenas, con la inestimable ayuda del Sindicato de Comercio.
A pesar de esas prácticas, el Ministerio de Educación impulsó con la empresa el programa “Wal Mart ayuda a tu escuela”, ayudándola a lavarse la cara. Como lo hace con McDonald’s, otro paradigma del modelo yanqui de negocios y explotación juvenil.
La juventud es la que menos “ha ganado” en esta década. La que más razones y energías tiene para salir a las calles a pelear por conquistar esos derechos pendientes, para enfrentar la opresión del Estado y los patrones que los usan como material descartable, para levantar las mismas banderas que se empuñan en las manifestaciones por Mike Brown y los normalistas mexicanos.