El apoyo del gobierno de Biden- Harris a la ofensiva del Estado de Israel sobre Gaza ya había dividido al partido en el periodo previo a las elecciones, ya que los votantes progresistas, árabes estadounidenses y musulmanes se oponían a que esta administración apoyara incondicionalmente la ofensiva israelí.
Gloria Grinberg @GloriaGrinberg
Miércoles 6 de noviembre 13:49
Estados Unidos financia en gran medida al ejército israelí y sus incursiones, tanto en Gaza como ahora en el Líbano. A su vez, la ONU ha votado reiteradamente, y por mayoría, un alto al fuego en Gaza. Sin embargo, el poder de veto de Estados Unidos ha impedido que se lleve a cabo esta resolución.
Estados Unidos ha gastado un récord de al menos 17.900 millones de dólares en ayuda militar a Israel desde que comenzó la guerra en Gaza y llevó a una escalada del conflicto en todo Oriente Medio, según un informe del proyecto Costos de la Guerra de la Universidad de Brown, que fue publicado a comienzos de octubre.
El partido demócrata ha perdido gran parte del apoyo luego de que la vicepresidenta haya manifestado su alianza con el Estado de Israel y su promesa de seguir armando a aquel país en medio de la ofensiva genocida en Gaza y Líbano, que han causado más de 46.000 muertos, en su mayoría mujeres, niñas y niños.
Desde la campaña Abandon Harris han manifestado “La necesidad de un alto el fuego sigue siendo primordial para los votantes musulmanes y árabes estadounidenses, pero ninguna de las dos campañas ha ofrecido una solución viable.”
En Estados Unidos, cada vez hay más sectores que cuestionan el apoyo incondicional de Estados Unidos al Estado de Israel. A esto se añade un mayor cambio entre los sectores de jóvenes que protagonizaron las tomas de campus universitarios y movilizaciones de miles en contra del genocidio en Gaza. Miles de jóvenes que fueron parte de estas gestas, fueron reprimidos en sus universidades y las manifestaciones por el gobierno de los demócratas.
Hundreds of protesters rally outside News Corp. headquarters in Manhattan to demand ‘no votes for genocide’ ahead of #USElection2024 polls closing.
The demonstrators say they are protesting the complicity of both political parties in the ‘ongoing genocide in Palestine’. pic.twitter.com/eqdcC628zR
— Al Jazeera English (@AJEnglish) November 6, 2024
Esto también se expresa en las tensiones dentro del Partido Demócrata en torno al apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel, aunque la dirección del partido pudo disciplinar y neutralizar a los progresistas. La diputada Rashida Tlaib quedó aislada en su apoyo a Palestina tras los ataques y el genocidio de Israel desde octubre de 2023.
Los congresistas Cori Bush y Jamaal Bowman, fueron despedidos por sus críticas al apoyo a Israel, casi un año después del genocidio. A su vez, la congresista Alexandria Ocasio Cortez trató de mostrar a Harris como una defensora del pueblo palestino, mientras la propia Kamala Harris sostenía el apoyo al Estado de Israel.
En estas elecciones también vimos como la congresista demócrata Rashida Tlaib derrotó a su oponente republicano en las elecciones del distrito 12 del Congreso de Michigan, asegurándose un cuarto mandato como única mujer palestino-estadounidense en el Congreso de Estados Unidos. Tlaib ha sido muy crítica de la guerra y ha pedido a Estados Unidos que no suministre armas a Israel, a la vez que apoyó las protestas propalestinas en los campus universitarios. En los días previos a las elecciones de noviembre, Tlaib retiró su apoyo a la vicepresidenta por este motivo.
En las elecciones de medio termino del año pasado, el movimiento Uncommitted realizo una consulta popular en la que mas de medio millón de personas votaron contra del genocidio en Gaza.
El Partido demócrata también viene siendo cuestionado por su participación en la guerra entre Ucrania y Rusia, financiando al ejército ucraniano.
Muchos cambios en la opinión pública son la expresión reaccionaria de los temores de los votantes ante la inestabilidad provocada por la guerra en Oriente Medio y Ucrania, el miedo a la recesión y el declive de la influencia de Estados Unidos en el escenario mundial, tanto política como económicamente, en su competencia con China. A esto se añade un sentimiento creciente de que el Partido Demócrata - campeón del neoliberalismo - no es capaz de gestionar estas crisis.
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Es claro que un gobierno que promete continuar financiando guerras y apoyando el genocidio al pueblo palestino, lejos de enfrentar a la derecha, le allanó el camino.